El primer ministro del régimen castrista justificó aumento de contagios del COVID-19 a ciudadanos vacunados con las dosis cubanas explicando que los residentes estuvieron «confiados» y no se cuidaron lo suficiente.
En una conferencia de prensa, el primer ministro del régimen cubano, Manuel Marrero, señaló que el aumento en la cifra de contagios por el virus del PCCh es porque las personas vacunadas con las tres dosis «están confiadas».
Según cifras del régimen, el 72 por ciento de personas en La Habana fueron vacunadas con tres dosis y de esas, el 42 por ciento se contagió tienen las tres dosis desde hace más de 15 días.
«Ojo, todo esto puede ser porque están confiados, y entonces me cuido menos y me infecto más», dijo Marrero el 6 de agosto.
Esto ocurre luego de que el 2 de agosto finalizara el plan de vacunación contra el COVID-19 en veinte de sus 168 municipios, donde más de 2.6 millones de personas recibieron el esquema completo de Abdala o Soberana 02 + Soberana Plus, las candidatas a vacunas de las cinco desarrolladas por instituciones científicas del régimen.
De acuerdo con el Ministerio de Salud del régimen, en 15 municipios de La Habana—que alberga a 2.2 millones de cubanos—se han vacunado a más de 1.3 millones de personas mayores de 19 años con las 3 dosis recomendadas de alguna de las candidatas a vacunas diseñadas en Cuba.
La Habana concentra desde el pasado 23 de julio el mayor número de contagios diarios en la isla, con más de 1000 en cada jornada, la cifra más elevada desde el inicio de la pandemia en la isla en marzo de 2020.
El mes pasado, la candidata a vacuna Abdala aún era considerada un prototipo a vacuna con más del 90 por ciento de aprobación—según el régimen de Díaz-Canel—en sus resultados preliminares. Sin embargo, en los últimos meses ha desatado controversia por no tener autorización de uso por parte de alguna entidad reguladora.
En Venezuela, un grupo docentes y enfermeros rechazaron que Abdala se aplique a menores de edad, por aún considerarse un “prototipo”.
La presidenta del Colegio de Enfermeros en Caracas, Ana Rosario Contreras señaló que el régimen de Maduro había indicado que si el ensayo clínico realizado en la isla con niños entre 3 a 16 años resultaba en un éxito, que lo aplicaría igualmente en Venezuela.
“Abdala es una vacuna que todavía no está certificada, y [el régimen] pretende tomar al pueblo como experimento–sobre todo haciendo alocución sobre los niños y adolescentes del país. Eso no lo vamos a permitir”, dijo.
A las denuncias del Colegio de Enfermeros, se sumó la ONG Médicos Unidos de Venezuela (MUV), alertando que no existían aún resultados comprobados sobre la eficacia de la vacuna cubana.
“Consideramos que, hasta no ser evaluada, cumpliendo normas internacionales, y no exista comprobación de su seguridad y eficacia, seguirá siendo ‘candidata a vacuna’, y la misma no debería ser administrada a la población”, salvo que exista un estudio experimental con consentimiento de los voluntarios que quieran participar y “una vigilancia de ética estricta”, escribió la ONG en ese momento.
Con información de EFE.
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