Rosario Murillo, esposa del líder nicaragüense, anunció este lunes que su marido Daniel Ortega hará una reaparición el jueves próximo, cuando cumplirá 15 días de ausencia.
En su alocución diaria, Murillo dijo estar preparando el mensaje que va a dar el «comandante Daniel” a los nicaragüenses, sin especificar si lo hará en un acto público o lo transmitirá desde su vivienda.
Las apariciones de Ortega, de 74 años, se han vuelto novedad en Nicaragua, ya que apenas se ha sabido de él en los últimos tres meses, en contraste con la primera dama, de 68 años, quien se dirige al país casi todos los días a través de audios, aunque tampoco se deja ver.
La del próximo jueves será la segunda vez que Ortega aparecerá ante la nación, desde su última presentación el pasado 15 de abril, cuando interrumpió una ausencia de 34 días, en los que se llegó a especular sobre su muerte.
La última vez que el líder de Nicaragua participó en una actividad oficial fuera de su casa fue el 21 de febrero pasado, cuando el general Julio César Avilés tomó posesión por otros cinco años como comandante en jefe del Ejército.
La ausencia de Ortega ya se había notado el 13 de marzo pasado, al no presentarse junto a los sandinistas a la caminata oficialista denominada “Amor en tiempos del COVID-19», criticada por ir contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las aglomeraciones.
El mandatario también falló, en dos días seguidos, a las honras fúnebres del exdiputado sandinista Jacinto Suárez, uno de sus hombres más cercanos y amigo de toda la vida, a pesar de que Murillo lo había anunciado.
Las prolongadas ausencias de Ortega, justo cuando Nicaragua enfrenta la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, le han valido las críticas de la oposición, que sostiene que no está capacitado para gobernar el país, que ya lleva dos años en una profunda crisis sociopolítica desde el levantamiento popular contra su régimen en 2018.
En la última aparición del líder nicaragüense había expectativa por el estado de su salud, pero también porque se esperaban anuncios importantes que, al no ocurrir, dieron paso a las especulaciones basadas en su físico, aparentemente desmejorado.
Ortega, quien ya había liderado Nicaragua entre 1980 y 1990, también como protagonista de una profunda crisis nacional, se ha mantenido en el poder desde 2007, pese a los reclamos de los opositores por supuestos fraudes electorales.
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