En un informe británico sobre desinformación global y manipulación de las redes sociales, Cuba, Venezuela y Guatemala aparecen como los únicos tres países del hemisferio occidental que utilizan “tropas cibernéticas” permanentes y entrenadas para “vigilar, censurar y restringir los espacios públicos digitales”.
El estudio, titulado The Global Disinformation Order: 2019 Global Inventory of Organized Social Media Manipulation (pdf), fue publicado por Oxford Internet Institute (OII) de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y establece que “en numerosos regímenes autoritarios la propaganda computacional se ha convertido en una herramienta de control de información estratégicamente usada en combinación con la vigilancia, la censura y amenazas de violencia”.
En el caso de Cuba, la investigación no incluye datos sobre empleados públicos dedicados exclusivamente al “combate ideológico”, pero investigaciones independientes documentaron miles de cuentas y perfiles falsos en redes sociales utilizados para replicar la propaganda del régimen comunista y denigrar a activistas, opositores y periodistas imparciales.
El Partido Comunista de Cuba (PCC) controla la desinformación por medio del monopolio de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA), en manos del Ministerio del Interior.
Uno de los casos más notables relacionados con la utilización de redes sociales para difundir propaganda quedó retratado a principios de septiembre cuando Twitter suspendió decenas de cuentas asociadas al régimen cubano, entre ellas la del general Raúl Castro, su hija Mariela, así como las cuentas de medios de prensa oficiales como Cubadebate, todas utilizadas para promover la dictadura.
En cuanto a Venezuela, los expertos encontraron que el aparato de desinformación también está controlado por régimen de Maduro.
La guerra cibernética en Venezuela estaría impulsada por “políticos, partidos y contratistas”. En este sentido, de forma similar a lo que ocurrió en Cuba, Twitter eliminó en febrero una base de datos con más de mil cuentas en Venezuela por estar “involucradas en una campaña de influencia impulsada por el Estado”.
Se cree que la dictadura de Maduro empleaba estas cuentas para viralizar su propaganda y hacer creer que tenía un fuerte apoyo del pueblo, aún en medio de la crisis política, social y económica que atraviesa el país. Algunas estimaciones sugieren que Venezuela cuenta con “varias brigadas de 500 personas” con entrenamiento formal para este tipo de operaciones de desinformación y propaganda, según el informe. Lo que posiciona al régimen en una categoría de “alta capacidad” propagandística.
El otro país de Latinoamérica donde se intenta manipular la opinión pública de manera regular es Guatemala. En este caso, de acuerdo a los investigadores, las operaciones son realizadas por empresas privadas, aunque también se cuenta con evidencias de la participación del Estado, partidos políticos y grupos civiles, a través de múltiples contratos valuados aproximadamente en 100.000 dólares.
El objetivo del informe, según una publicación del OII, es “explorar las herramientas, capacidades, estrategias y recursos empleados por las ‘tropas cibernéticas’ globales, normalmente agencias gubernamentales y partidos políticos, para influir en la opinión pública de 70 países”.
Entre los países latinoamericanos que realizan estas prácticas también se encuentra México, Argentina, Colombia, Brasil y Ecuador, sin embargo en estos las “tropas” son puestas a funcionar temporalmente, en mayor medida durante campañas electorales.
Según el estudio, las campañas desplegadas en redes contra políticos, periodistas, disidentes y la sociedad civil están centradas en “desacreditar a la oposición y disolver la disidencia política”.
Facebook es la red social utilizada en mayor medida para este tipo de prácticas a nivel global, destaca el documento.
El profesor Philip Howard, director del OII, dijo:
«La manipulación de la opinión pública a través de las redes sociales sigue siendo una amenaza crítica para la democracia, ya que la propaganda computacional se convierte en una parte omnipresente de la vida cotidiana”, señaló el profesor Philip Howard, director del OII, añadiendo que “las agencias gubernamentales y los partidos políticos de todo el mundo están utilizando los medios de comunicación social para difundir desinformación y otras formas de manipulación”.
«Una democracia fuerte requiere acceso a información de alta calidad y la capacidad de los ciudadanos de reunirse para debatir, discutir, deliberar, sentir empatía y hacer concesiones”, objetó Howard.
El informe, aparte de tratar la manipulación pública a nivel nacional en diferentes países, también destaca actores con operaciones de influencia internacional, entre los que se destacan China, Rusia, Irán, India, Pakistán, y Arabia Saudita, con Twitter y Facebook como las redes sociales mayormente utilizadas por las “tropas cibernéticas”.
China, gobernada por el Partido Comunista Chino (PCCh), figura como el país número uno en capacidad desinformativa y de manipulación, tanto por el tamaño de las “tropas” como por su entrenamiento y montos invertidos. El estudio estima una cifra de entre 300.000 y 2 millones de personas dedicadas exclusivamente a esta tarea en oficinas locales y regionales.
Estos individuos especializados en generar discordia en la Internet china e internacional son conocidos como el “ejército de los 50 centavos”, nombre que hace referencia a lo que paga el PCCh a cada uno de ellos por su trabajo: 50 centavos de yuan (0,07 dólares) por comentario.
*****
Descubre:
Cómo Huawei es utilizado como herramienta de espionaje y subversión
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.