Nuevos documentos desclasificados y publicados el 21 de julio, corroboran las sospechas de que un grupo de altos funcionarios del gobierno de Barack Obama utilizaron un expediente de investigación opositora, no verificado y financiado por la campaña presidencial de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata, para obtener una orden de espionaje contra Carter Page, un exvoluntario de la campaña presidenccial de Donald Trump. Lo hicieron sin informar al tribunal sobre quién financió el expediente.
El entonces director del FBI, James Comey, y la subsecretaria de Justicia, Sally Yates, firmaron la solicitud de la orden inicial ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC), de acuerdo con los documentos publicados por el Departamento de Justicia. A pesar de decir ante el Comité de Inteligencia del Senado en enero del año pasado que, que él sabía que el expediente era «elocuente y no verificado», Comey firmó más tarde dos solicitudes de renovación de la orden para espiar a Page. Las 400 páginas de los documentos judiciales secretos abarcan la solicitud inicial de la orden y las tres renovaciones. En ninguna de ellas se revela al juez que la evidencia presentada fue pagada por la campaña presidencial de Clinton y el Comité Nacional Demócrata.
El FBI renovó la orden inicial de vigilancia en Page tres veces con firmas de Comey y Yates seguidas por las aprobaciones de la entonces Fiscal General en funciones Dana Boente, el entonces Director Adjunto del FBI Andrew McCabe y el Diputado del Fiscal General Rod Rosenstein. A pesar de un año de vigilancia, nunca se presentaron cargos contra Page. La publicación de los documentos también sugiere que es poco probable que Page halla sido el verdadero objeto de la investigación.
En los casi 40 años de historia del FISC antes del 21 de julio, el Departamento de Justicia nunca lanzó solicitudes de autorización de este tipo. La revelación del documento del 21 de julio, es la primera evidencia importante que respalda las afirmaciones de que la campaña presidencial de Trump fue sometida a una vigilancia politizada.
Los documentos del FISC son notablemente escasos en cuanto a evidencia, y los reclamos del expediente financiado por Clinton son la base de los reclamos contra Page. Christopher Steele, un ex espía británico, utilizó fuentes de segunda mano para compilar el dossier, según muestran los documentos. Steele fue contratado por Fusion GPS a instancias de Perkins Coie, una firma de abogados que trabaja para Clinton y el Comite Nacional Demócrata.
Los funcionarios de Obama encabezaron los reclamos del expediente de Steele con casi ocho páginas de reclamos recogidos en artículos de prensa. Cada uno de estos informes de los medios informativos, utilizó un ángulo negativo sobre la campaña presidencial de Trump.
En un caso, los funcionarios del FBI cita de la prensa, «la especulación en los medios de comunicación de Estados Unidos», como prueba de que el gobierno ruso está detrás de la piratería de los servidores del Comité Nacional Demócrata.
En otro caso, la orden pone en evidencia un artículo de prensa que especula que Trump no le daría armas a Ucrania si fuera elegido Presidente. El año pasado, Trump aprobó la venta de misiles antitanque Javelin a Ucrania.
En una tercera instancia, los funcionarios citan un artículo que informa que Page está bajo investigación. Los funcionarios nombran una «fuente de inteligencia occidental» como una de las fuentes en el artículo, pero, a sabiendas o no, no revelan que la fuente del artículo era el propio Steele.
En los círculos de inteligencia, el uso de tal tipo de evidencia se llama informe circular: un acto de citar la misma evidencia a través de múltiples fuentes para crear una aparente corroboración. Usando esta táctica, en otro caso observado en la solicitud de autorización de espiar a Page se cita una carta del senador demócrata de Nevada, Harry Reid, al entonces director del FBI James Comey. Reid menciona las acusaciones obtenidas de la carta del entonces director de la CIA, John Brennan, quien a su vez se enteró de los reclamos del expediente financiado por Clinton.
Los documentos de la orden de espionaje denominada orden FISA también revelan, por primera vez, que el FBI le pagó a Steele por sus servicios. Se había dado a conocer que la agencia planeaba pagar a Steele USD 50.000, pero cortó lazos con él porque Steele comenzó a hablar a los medios en violación de las políticas de origen del FBI. Los nuevos documentos confirman que Steele recibió el dinero a pesar de haber infringido las reglas.
Steele contrató «sub-fuentes» para llevar a cabo la investigación de su expediente, según muestran los documentos. Pero en lugar de verificar la credibilidad de esas fuentes, los funcionarios del FBI utilizaron los reclamos en el expediente basándose en la evaluación de que Steele era una fuente confiable. El subdirector de la división de contrainteligencia del FBI, Bill Priestap, admitió bajo juramento en el Congreso que la verificación del expediente financiado por Clinton estaba en sus inicios durante la primera solicitud de espionaje FISA, según un memo (pdf) del Comité de Inteligencia de la Cámara.
Espionaje político
El presidente Donald Trump sugirió el 22 de julio que los documentos de la orden FISA corroboran las acusaciones de que la campaña de Trump fue objeto de espionaje politizado para beneficiar a su oponente en las elecciones de 2016.
«Mirando cada vez más como la Campaña del presidente Trump, fue ilegalmente espiada (vigilancia) para beneficiar a políticos corruptos de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata», escribió Trump en Twitter el 22 de julio. «Los Republicanos deben ponerse difíciles ahora. ¡Es una estafa ilegal!
Looking more & more like the Trump Campaign for President was illegally being spied upon (surveillance) for the political gain of Crooked Hillary Clinton and the DNC. Ask her how that worked out – she did better with Crazy Bernie. Republicans must get tough now. An illegal Scam!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 luglio 2018
Los documentos de la orden de espionaje FISA muestran cómo la investigación de Page podía abrir la puerta al espionaje de toda la campaña de Trump. En la solicitud inicial, los funcionarios del FBI afirman que «estas mismas autoridades también pueden requerir de manera incidental otra información de inteligencia extranjera, tal como se define en la Ley».
La admisión sugiere que el equipo del FBI recibió la aprobación para recopilar la vigilancia de las personas conectadas a Page. Por ejemplo, si el FBI vigilaba electrónicamente a Page, esto es casi seguro derivaba a una lista redactada de casi cinco páginas de «autoridades específicas solicitadas» relacionadas con Page, y los agentes podrían sacar información de ellos de la base de datos de comunicaciones de la Agencia de Seguridad Nacional usando la regla del «salto doble».
Según la regla, una orden de vigilancia se extiende a las comunicaciones de todas las personas que contactan al objetivo, en este caso, Page. Además, a través del segundo «salto», las comunicaciones de todos los que contactaron a las personas que contactaron a Page también podrían ser obtenidas por el FBI, una red que podría extenderse fácilmente a toda la campaña presidencial de Trump.
Trump indicó que está al tanto de la posibilidad como parte de otro mensaje de Twitter el 22 de julio citando al presentador de Fox News, Pete Hegseth.
«Carter Page fue solo el pie para vigilar la campaña de Trump», escribió Trump.
Page negó vehementemente las acusaciones que se argumentaron en los documentos, durante una aparición en CNN el 22 de julio.
«Esto es tan ridículo que está más allá de las palabras», dijo Page al «Estado de la Unión».
«Nunca he sido un agente de una potencia extranjera por ningún tramo de la imaginación», agregó Page. «Eso realmente se hizo girar».
Once congresistas acusaron a Comey, McCabe, Yates y Boente de privar a Page de sus derechos y de su mala conducta investigativa en una remisión criminal enviada el 18 de abril al Fiscal General Jeff Sessions y al Director del FBI Christopher Wray.
Trump despidió a Yates por insubordinación en enero pasado y eliminó a Comey en mayo, por usurpar al fiscal general, entre otros errores. Sessions despidió a McCabe por autorizar una filtración interesada a los medios y mentir al respecto a los investigadores. Boente es ahora el abogado general del FBI.
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