El gobierno británico ha advertido a Rusia que necesita «dar un paso atrás» y desistir de una posible invasión de Ucrania, o los oligarcas vinculados al Kremlin podrían estar sujetos a sanciones.
Downing Street dijo que el primer ministro, Boris Johnson, hablará con el presidente ruso, Vladimir Putin, el lunes por la tarde y visitará Ucrania el martes para reunirse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Durante una visita a Tilbury el lunes, Johnson dijo que le diría a Putin que «Rusia necesita dar un paso atrás» y que una incursión en Ucrania sería «un desastre para Rusia».
Dijo que el Reino Unido apoya la «soberanía territorial» de Ucrania y cree que los ucranianos defenderán «implacablemente» al país contra la agresión.
Downing Street dijo que el primer ministro le diría a Putin que «tome un camino diplomático» y evite una acción militar «sumamente costosa» en Ucrania.
«Nuestro objetivo es continuar alentando a Rusia a tomar un camino diplomático, reducir la intensificación y dar un paso atrás en lo que podría ser un ejercicio muy costoso si continuaran el camino de una mayor agresión», dijo el portavoz oficial del primer ministro.
El portavoz advirtió a la élite rusa que sufrirán las consecuencias. «La élite rusa no debe tener ninguna duda de que tenemos fuerzas significativas y las llevaremos más lejos, lo que supondrá una presión masiva sobre ellos si continúan en este camino de agresión», dijo.
La secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, dijo el domingo que el gobierno británico modificará las normas de sanciones para ampliar el alcance de las medidas que puede aplicar a Rusia para tratar de disuadir la agresión hacia Ucrania.
Y dijo que Londres debería poder apuntar a «cualquier empresa de interés para el Kremlin y el régimen en Rusia» y que «no habría ningún lugar donde esconderse para los oligarcas de Putin».
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la amenaza de tales medidas equivaldría a un ataque contra las entidades rusas que resultaría contraproducente porque terminaría perjudicando a las empresas británicas y a los accionistas occidentales.
«No es frecuente que veas o escuches amenazas tan directas de atacar entidades», dijo Peskov. «Un ataque de un país determinado a las empresas rusas implica medidas de represalia, y estas medidas se formularán en función de nuestros intereses si es necesario».
Ucrania acogió con satisfacción las duras palabras de Gran Bretaña sobre las sanciones, diciendo que era una forma importante de disuadir la agresión rusa.
«Cuando los dignatarios rusos se den cuenta de que están hablando de sus activos, bienes raíces y dinero en el extranjero, donde ellos—los patriotas de Rusia—los guardan, los exaltados en el Kremlin se calmarán», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.
Con información de Reuters y PA Media.
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