El Reino Unido amplió la lista oficial de síntomas de COVID-19 para incluir a otros nueve característicos de la enfermedad, más de dos años después de que comenzó la pandemia.
La guía actualizada publicada el lunes por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido enumera ahora síntomas como el dolor de garganta, los dolores musculares y la diarrea.
Otros síntomas son la dificultad para respirar, el cansancio inexplicable o la falta de energía, la pérdida de apetito, la sensación o el malestar, el dolor de cabeza «inusual» o más prolongado de lo habitual y la congestión o el goteo nasal.
Anteriormente, los síntomas incluían fiebre, tos nueva y persistente y una pérdida o cambio en el gusto o el olfato.
La Agencia de Seguridad Sanitaria también señaló que los síntomas de COVID-19 son similares a los de otras infecciones respiratorias por lo que afirma que es imposible que las personas establezcan si tienen COVID-19, gripe u otra infección respiratoria basándose únicamente en sus síntomas.
La decisión de ampliar la lista de síntomas de tres a 12 se produjo apenas unos días después de que se pusiera fin a las pruebas de detección del coronavirus que eran gratuitas en Inglaterra, como parte del plan de «Vivir con COVID» del primer ministro Boris Johnson.
Todo ello surge a pesar de que el número de casos de COVID-19 ha alcanzado una cifra récord en todo el país.
Se calcula que unos 4.9 millones de personas se contagiaron de COVID-19 en la semana que terminó el 26 de marzo, frente a los 4.3 millones registrados en la semana anterior, según los datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
El último aumento está impulsado por la variante ómicron BA.2, más transmisible que las anteriores, actualmente la variante dominante en todo el Reino Unido.
Los funcionarios de la OMS dijeron que esas cifras son las más altas que se han visto desde que comenzó su encuesta a finales de abril de 2020.
«Los niveles de infección siguen siendo altos, con los niveles más altos registrados en nuestra encuesta vistos en Inglaterra y Gales y aumentos notables entre los grupos de mayor edad», dijo a la BBC Kara Steel, la principal responsable de la estadística en la encuesta de infección por COVID-19.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una actualización semanal del 29 de marzo, señaló que si bien se ha observado una disminución generalizada de la tasa de pruebas del SARS-CoV-2 en toda Europa, el Pacífico Occidental, América, África, el Sudeste Asiático y el Mediterráneo Oriental, «el número de nuevos casos semanales volvió a aumentar a principios y mediados de marzo, lo que indica que el virus está circulando actualmente a niveles muy altos”.
«La OMS está preocupada por la reciente y significativa reducción de las pruebas de detección del SARS-CoV-2 por parte de varios estados miembros», señaló la organización en la actualización.
«Los datos son cada vez menos representativos, menos oportunos y menos sólidos. Esto inhibe nuestra capacidad colectiva de rastrear dónde se encuentra el virus, cómo se está propagando y cómo está evolucionando: información y análisis que siguen siendo fundamentales para acabar eficazmente con la fase aguda de la pandemia».
En Estados Unidos, según los registros del gobierno publicados el 23 de marzo, BA.2 representó algo más de un tercio de los casos diarios de COVID-19 notificados.
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