Gran Bretaña se convirtió en el primer país de Europa en autorizar la venta de carne cultivada en laboratorio, tras la aprobación de los alimentos cultivados para animales de compañía por los organismos reguladores británicos.
La nueva empresa Meatly recibió autorización para producir y manipular su pollo cultivado, y tiene previsto lanzar este año las primeras muestras de su alimento comercial para mascotas.
Tras recibir la aprobación de los organismos reguladores británicos en menos de dos años de funcionamiento, Meatly afirmó que se trataba de un «hito significativo para la industria europea de la carne cultivada».
«Estoy increíblemente orgulloso de que Meatly sea la primera empresa europea en obtener luz verde para vender carne cultivada», declaró en un comunicado Owen Ensor, Director General de Meatly.
Respaldada por una inversión de 3.5 millones de libras, la empresa superó las «rigurosas» inspecciones de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA), el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, y la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal (APHA).
Meatly afirmó que seguirá cumpliendo las inspecciones en curso de la APHA y que tiene previsto empezar a escalar la producción para alcanzar volúmenes industriales en los próximos tres años.
Carne de cultivo
La carne cultivada, o carne en cultivo, es auténtica carne animal que se produce cultivando directamente células animales. Las células madre de animales se cultivan en laboratorios a altas densidades y volúmenes. Se las alimenta con nutrientes y se las suplementa con factores de crecimiento y otras proteínas.
La carne cultivada en laboratorio elimina la necesidad de criar animales de granja para alimentarse.
«Nuestras mascotas consumen enormes cantidades de carne cada día, por lo que este desarrollo puede desempeñar un papel crucial en la reducción de las emisiones, el consumo de recursos y el sufrimiento animal que provoca la producción tradicional de carne», afirma Jim Mellon, fundador de Agronomics, inversor en Meatly.
Un comunicado de Meatly afirmaba que su pollo cultivado es seguro y saludable para las mascotas. Subrayaba que la carne cultivada en laboratorio de Meatly no contiene bacterias, virus, OMG, antibióticos, patógenos nocivos, metales pesados ni otras impurezas.
La carne cultivada para consumo humano aún no recibe aprobación en el Reino Unido. En 2022, el Departamento de Agricultura estadounidense dio luz verde a dos productores para que empezaran a producir y vender sus productos similares al pollo cultivado en laboratorio, con lo que Estados Unidos se convirtió en el segundo país del mundo, después de Singapur, en permitir la venta de «carne» sintética cultivada a partir de células animales.
Hay al menos 23 empresas de carne cultivada trabajando para desarrollar sus productos en el Reino Unido.
Según investigación del Good Food Institute, Gran Bretaña necesita invertir 390 millones de libras esterlinas en proteínas alternativas entre 2025 y 2030 para seguir siendo competitiva a escala mundial.
Desde 2012, «Investigación e innovación en el Reino Unido», invirtió alrededor de 43 millones de libras en investigación y desarrollo de carne, marisco, huevos y lácteos de origen vegetal, fermentación y cultivo.
Actitudes
Una encuesta encargada por la FSA y publicada en 2022, reveló que un tercio de los consumidores británicos probaría la carne cultivada.
Otra encuesta, publicada en PLOS One, reveló que la mayoría de los encuestados que estaban dispuestos a comer carne cultivada, también se la darían a sus mascotas. Los encuestados también dijeron que les preocupaba sobre todo la seguridad de los alimentos cultivados en laboratorio para sus mascotas.
Investigadores de la Royal Agricultural University examinaron las actitudes de los granjeros británicos hacia la carne cultivada. Los agricultores manifestaron que les preocupaba que el sector de la carne cultivada consolidara aún más el poder de las grandes corporaciones alimentarias a su costa.
«Algunos temían que, en lugar de cambiar las reglas del juego, siguiera exacerbando la industrialización de la producción alimentaria y su desconexión de los consumidores y las comunidades, lo que se consideraba una «americanización», decía el informe.
Alguno de los agricultores también cuestionaron la autenticidad de la carne cultivada en laboratorio.
«Eso es una comida Frankensteiniana. Lo que están tratando de crear ahí es algo que intentaría sacar de un cobertizo y echarle desinfectante para tratar de matarlo. No, definitivamente no», respondió un agricultor.
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