Investigaciones recientes relacionan la clozapina, un potente medicamento para la esquizofrenia, con un mayor riesgo de mortalidad asociada a neumonía y complicaciones gastrointestinales graves.
La clozapina es el único fármaco aprobado en Estados Unidos para tratar la «esquizofrenia resistente al tratamiento», que afecta a uno de cada cinco pacientes esquizofrénicos. Se retiró de los mercados mundiales en la década de 1970 debido a su asociación con recuentos de glóbulos blancos peligrosamente bajos en el 2 por ciento de los consumidores.
Tras su aprobación por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. en 1989, está disponible clínicamente en este país desde 1990.
Un análisis exhaustivo de 25 años de datos de pacientes reveló que, en los 20 años siguientes al inicio del tratamiento, el 30 por ciento de los pacientes esquizofrénicos que tomaban clozapina desarrollaron neumonía, mientras que el 5 por ciento experimentaron obstrucciones intestinales.
Según los investigadores, estas complicaciones son más graves de lo que se había documentado anteriormente y están relacionadas con un mayor riesgo de muerte.
«La neumonía y la obstrucción intestinal inducidas por la clozapina deberían tomarse tan en serio como lo fue en su día la disminución de glóbulos blancos», afirmó en un comunicado de prensa el Dr. Jukka Koskela, director del estudio realizado en el Instituto de Medicina Molecular de Finlandia (FIMM) de la Universidad de Helsinki.
El estudio se publicó recientemente en la revista American Journal of Psychiatry. Se basó en datos de 2659 participantes con diagnóstico de esquizofrenia en FinnGen, que realiza un seguimiento de los historiales médicos electrónicos en Finlandia.
La duración media del consumo de clozapina entre los participantes fue de más de ocho años.
El papel de la clozapina en el tratamiento de la esquizofrenia
Los autores del estudio hicieron un seguimiento de las historias clínicas electrónicas de más de 30,000 pacientes durante 25 años, centrándose especialmente en los pacientes esquizofrénicos y los consumidores de clozapina.
Identificaron varios efectos adversos graves asociados al uso de clozapina, como íleo —una afección en la que el tracto gastrointestinal funciona mal—, convulsiones, neumonía y otras infecciones respiratorias.
La clozapina también se relacionó con un recuento bajo de glóbulos blancos, diabetes de tipo 2 y taquicardia. Las razones de estos efectos adversos siguen sin estar claras.
El Dr. Peter Breggin, psiquiatra, declaró a The Epoch Times que la pérdida de glóbulos blancos puede estar relacionada con la inmunosupresión. Sostiene que, aunque la clozapina puede superar a otros medicamentos en la supresión de los síntomas, no aborda los problemas subyacentes a los que se enfrentan los pacientes esquizofrénicos, haciéndolos en última instancia más manejables en lugar de fundamentalmente tratados.
El medicamento actúa afectando la liberación de dopamina y serotonina en el cerebro. Los psiquiatras recetan clozapina porque puede mejorar la tendencia suicida, la cognición y el estado de ánimo de los pacientes.
«Sin embargo, el uso de la clozapina se ve obstaculizado por los efectos adversos, algunos de los cuales ponen en peligro la vida y relegaron a la clozapina a una opción de tratamiento de tercera línea», escribieron los investigadores finlandeses.
La clozapina se metaboliza en el hígado, y algunas personas con variaciones genéticas que afectan su descomposición pueden experimentar efectos adversos.
Las altas concentraciones y metabolitos de clozapina se relacionaron con convulsiones, sedación y exceso de salivación, escribieron los autores. El estudio reveló que, en general, el 70 por ciento de los consumidores de clozapina experimentaron al menos un acontecimiento adverso durante el tratamiento.
Los autores destacaron especialmente la relación entre la neumonía y el íleo, que pueden aparecer años después de iniciar el consumo de clozapina. Ambas afecciones también están significativamente relacionadas con un aumento de la mortalidad.
Tener íleo cuadruplicaba con creces el riesgo de muerte entre los consumidores de clozapina, mientras que la neumonía triplicaba las probabilidades de mortalidad.
El prolongado período de seguimiento del estudio permitió una evaluación más precisa de los efectos secundarios de la clozapina, señaló en el comunicado de prensa la Dra. Juulia Partanen, médico investigadora de la FIMM y coautora del estudio.
«Los estudios anteriores identificaron los efectos secundarios que se producen principalmente poco después de empezar a tomar la medicación», dijo.
La investigación fue financiada por varias instituciones, entre ellas el Programa de Doctorado en Salud de la Población de la Universidad de Helsinki, la Fundación Médica Finlandesa, la Sociedad Sueca de Investigación Médica, la Academia de Finlandia y el Centro de Excelencia en Genética de Enfermedades Complejas de la Academia de Finlandia.
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