Después de leer las revelaciones “repugnantes” de un denunciante sobre una clínica de género pediátrica, el senador Josh Hawley (R-Mo.) dijo que su oficina estaba iniciando una investigación inmediata de sus prácticas.
“Este es un relato repugnante de esterilización forzada y abuso infantil”, dijo Hawley en un tuit el 9 de febrero, adjuntando el extenso relato denunciante de un exempleado del Centro Transgénero de la Universidad de Washington en el Hospital Infantil de St. Louis.
En un artículo publicado por The Free Press, el exadministradora de casos Jamie Reed pide que se detenga en todo el país el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas para el cambio de género y cirugías para menores que se identifican como transexuales—prácticas que los legisladores estadounidenses han intentado prohibir en varios estados.
The Epoch Times intentó ponerse en contacto con un portavoz del hospital de St. Louis, pero una recepcionista dijo que la línea para los medios estaba “ocupada”; posteriormente la llamada se cortó.
El hospital se autodenomina “los guardianes de la infancia”.
Pero el artículo de Reed, titulado «I Thought I Was Saving Trans Kids. Now I’m Blowing the Whistle» («Pensé que estaba salvando a los niños trans. Ahora estoy denunciando»), afirma que los niños sufren daños en la clínica de género.
El artículo de Reed incluye capturas de pantalla de correos electrónicos en los que expresó repetidamente su preocupación por la falta de conciencia de los padres y los niños sobre las posibles consecuencias de estas intervenciones médicas. Reed fue despreciada por dar la alarma.
«Deja de cuestionar»
Describe cómo los médicos les dijeron a ella y a una colega que tenían que «dejar de cuestionar la ‘medicina y la ciencia’, así como su autoridad».
Reed dijo que dejó su trabajo en la clínica a finales de 2022 porque no podía soportar los efectos «moral y médicamente espantosos» en los niños.
Durante el período de cuatro años de Reed en la clínica, cerca de 1000 jóvenes angustiados llegaron allí en busca de ayuda; a la mayoría de ellos se les recetaron hormonas “que pueden tener consecuencias que alteran la vida, incluida la esterilidad”, escribió Reed.
Ella cree que es necesario detener a nivel nacional los procedimientos transgénero para menores “dado el secretismo y la falta de estándares rigurosos que caracterizan la transición de género juvenil en todo el país”.
Reed dijo que quería seguir con su vida después de cambiar de trabajo. Pero se sintió obligada a revelar la verdad sobre sus experiencias después de leer un artículo de octubre de 2022 de Reuters News Service.
La doctora Rachel Levine, una persona transgénero que ocupa un alto cargo en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, “dijo que las clínicas están procediendo con cuidado y que ningún niño estadounidense está recibiendo medicamentos u hormonas para la disforia de género que no debería recibir”, según Reuters.
La respuesta de Reed al artículo: «Me sentí aturdida y asqueada. No era cierto. Y lo sé por una profunda experiencia de primera mano».
Dijo que empezó a documentar todo lo que pudo sobre su experiencia en el Centro de Transexuales. Entonces, hace un par de semanas, compartió su relato con el fiscal general de Missouri. «Él es republicano. Yo soy progresista. Pero la seguridad de los niños no debería ser objeto de nuestras guerras culturales», escribió.
The Epoch Times solicitó los comentarios del fiscal general de Missouri, Andrew Bailey. El artículo de Free Press incluía un enlace a una carta que Reed le escribió a Bailey.
En la carta, Reed afirma que fue testigo de cómo continuaban los tratamientos en niños a pesar de los efectos adversos.
Reed concluyó su artículo de Free Press afirmando que algunas personas se refieren a los procedimientos transgénero que se realizan en menores como «experimentales». Ella dijo que es un nombre inapropiado porque los experimentos deben ser éticos y bien pensados, a diferencia de estos tratamientos para niños.
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