Un crematorio en el distrito Tongzhou de Beijing anunció un límite a la cantidad de cadáveres de los no residentes, según informó el jueves el Beijing Youth Daily.
El crematorio tiene que “mantener el equipo de cremación” y acepta un máximo de 20 cuerpos diarios de personas que no tienen certificados de residencia del distrito y han muerto en hospitales fuera del distrito, dice un aviso publicado por el crematorio.
La Oficina de Asuntos Civiles del distrito de Tongzhou le dijo al Beijing Youth Daily el 22 de diciembre que el crematorio del distrito se ha visto abrumado debido al aumento de cuerpos a incinerar.
“En el pasado, la carga de trabajo diaria [del Crematorio de Tongzhou] era de unos 40 cadáveres. Ahora los empleados tienen que trabajar horas extras para incinerar de 140 a 150 cuerpos todos los días”, escribió el medio estatal, y agregó que el crematorio está corto de personal ya que algunos de sus empleados se han infectado de COVID.
Tiempo de espera de 7 días
Los medios de comunicación extranjeros también han informado sobre el funcionamiento sobrecargado del crematorio.
“Estamos muy ocupados todos los días; nunca antes habíamos estado tan ocupados”, le dijo el Sr. Lin, empleado que trabaja en el Crematorio Babaoshao de Beijing, a The Epoch Times el 14 de diciembre.
En una entrevista anterior con la edición en chino de The Epoch Times, la Sra. Liu, empleada del crematorio de Tongzhou, dijo que el tiempo de espera para la cremación era de siete días y que se había cancelado la ceremonia de despedida a los fallecidos.
Reuters informó el miércoles sobre «una fila constante de alrededor de 40 coches fúnebres» que llevan cuerpos a los hornos de cremación. También informaron sobre «un estacionamiento lleno» en el crematorio de Tongzhou.
Según los informes, otras funerarias y crematorios en Beijing han estado extremadamente ocupados desde mediados de diciembre, con un tiempo de espera de cremación de cinco a 11 días.
Contrastando con los crematorios abrumados en Beijing, la Comisión Nacional de Salud de China anunció un total de 550 casos de COVID en Beijing el 22 de diciembre. No informó ninguna muerte ese día.
En la provincia nororiental china de Liaoning, que tiene una población menor a la de Beijing, el tiempo de espera para las incineraciones es, según los informes, de al menos dos días en su capital provincial, Shenyang. Los residentes tienen que buscar soluciones alternativas, como incinerar a sus seres queridos en funerarias de condados más remotos y pagar tasas más elevadas por los servicios funerarios y de cremación.
Las cifras contradictorias generan dudas sobre la verdadera fecha en que se originó la nueva ola de la pandemia. También hay dudas sobre la verdadera gravedad de la situación.
Radio Free Asia (RFA) informó el 19 de diciembre de la existencia de infecciones a gran escala en el sistema médico de Beijing, citando a un alto funcionario del sistema político y jurídico de Beijing. El funcionario chino afirmó que Beijing encubrió la grave epidemia debido al mantenimiento de la estabilidad durante el XX congreso nacional del Partido Comunista Chino (PCCh), que se celebró en octubre.
El director de emergencias de la OMS, Mike Ryan, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra el 14 de diciembre que el virus se estaba propagando «intensamente» en China mucho antes del levantamiento de las medidas de cero-COVID, informó Reuters.
Li Jing contribuyó a este artículo.
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