Los médicos están publicando en revistas médicas un número creciente de casos de miocarditis recurrente y/o con recaídas tras la vacunación contra el COVID-19.
Uno de los artículos más recientes, en la edición de agosto de Vaccine: X, describe a dos chicos de 16 años que sufrieron miocarditis tras su segunda dosis de la vacuna de Pfizer.
Los pacientes se recuperaron y fueron dados de alta del Hospital Infantil Bambino Gesù de Roma.
Pero ambos reingresaron meses después, en lo que los investigadores describieron como casos recidivantes.
Uno de los pacientes volvió a aparecer nueve meses después de su diagnóstico inicial y una resonancia magnética cardiaca mostró anomalías. Los médicos le prescribieron inmunoglobulinas intravenosas e inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, tratamientos habituales de la miocarditis tras la vacunación contra el COVID-19.
Le dieron de alta al cabo de 13 días y le aconsejaron que evitara el ejercicio extenuante durante seis meses.
El otro paciente ingresó de nuevo ocho meses después del episodio inicial, y unos seis meses después de infectarse contra el COVID-19. Se inició el tratamiento y el dolor torácico mejoró. Se inició el tratamiento y el dolor torácico mejoró. Fue dado de alta tras seis días de hospitalización con recomendación de continuar el tratamiento.
Ambos pacientes experimentaron un realce tardío persistente del gadolinio, que los expertos creen que indica cicatrización del corazón.
El Dr. Donato Amodio y los demás investigadores dijeron que los virus podrían servir de desencadenante para los pacientes, cuyos sistemas inmunitarios podrían haberse visto afectados por la vacuna contra el COVID-19, que utiliza ARNm.
«Dado el breve tiempo de seguimiento y la historia reciente de la enfermedad, aún no se sabe si los pacientes con antecedentes de miocarditis tras la vacuna contra el COVID-19 de ARNm tienen un mayor riesgo de miocarditis recurrente. Además, sería importante realizar una evaluación genética para aclarar la presencia de mutaciones en genes asociados a la miocardiopatía. Tales evaluaciones siguen en curso en nuestros pacientes», escribieron el Dr. Amodio y sus colegas.
Incógnitas pendientes
Los investigadores dijeron que el mecanismo de la miocarditis posvacunal sigue siendo desconocido. Si el mecanismo implica autoinmunidad, «cabría esperar remisiones y recaídas (como en otras enfermedades autoinmunes)», dijo el Dr. Eyal Shahar a The Epoch Times en un correo electrónico.
La autoinmunidad es cuando el sistema inmunitario de una persona se ataca a sí mismo.
El Dr. Shahar, que no participó en la investigación y es profesor emérito del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de Arizona, dijo que la autoinmunidad «es un mecanismo plausible» para los casos.
El Dr. Amodio no respondió a una solicitud de comentarios.
El Dr. Sanjay Verma, cardiólogo de California que tampoco participó en el estudio, dijo que hay que vigilar a los pacientes con miocarditis posvacunación, independientemente de una recaída.
«El riesgo de muerte súbita cardiaca con una actividad aeróbica excesiva o a nivel de competición continúa durante seis meses. … El riesgo continúa durante seis meses aunque la función cardiaca fuera normal. Si en el momento del diagnóstico inicial de miocarditis, la función cardiaca estuviera disminuida, entonces el riesgo de muerte cardiaca súbita con actividad aeróbica puede continuar durante años», dijo el Dr. Verma a The Epoch Times. «Si tienen un episodio recidivante, como los dos casos de ese artículo… necesitan sin duda una vigilancia a largo plazo con un cardiólogo».
Eso incluiría visitas de seguimiento para evaluar los síntomas y posibles repeticiones de pruebas de imagen para detectar problemas como el realce tardío de gadolinio, que, en la miocarditis clásica, se ha relacionado con peores resultados.
El Dr. Andrew Bostom, profesor jubilado de medicina en Rhode Island, revisó el trabajo y dijo que las recaídas se produjeron tanto más tarde que es posible que se desencadenasen por otra causa. Lamentó que los investigadores no analizaran la proteína de espiga circulante.
«Eso habría sido realmente aterrador si aún hubiera pruebas de que estaban produciendo proteína de espiga, pero no creo que hubiera pruebas de ello», dijo el Dr. Bostom a The Epoch Times.
Otros casos
A finales de 2022, investigadores surcoreanos informaron del caso de una chica de 17 años con miocarditis tras la vacunación de Pfizer que fue dada de alta tras mostrar una mejoría clínica. Al día siguiente, quedó inconsciente mientras estaba sentada en un restaurante, lo que motivó su readmisión.
La chica fue dada de alta de nuevo aproximadamente un mes después, pero fue hospitalizada una tercera vez en el plazo de nueve días por inflamación del colon. Finalmente fue dada de alta por tercera vez.
En octubre de 2022, unos investigadores canadienses informaron que un hombre de 25 años con inflamación cardiaca postvacunación fue dado de alta pero ingresó de nuevo tras experimentar síntomas recurrentes. Los médicos calificaron el caso de recaída. Finalmente diagnosticaron al hombre miocarditis crónica, entre otras afecciones.
Investigadores estadounidenses describieron en mayo de 2022 el caso de un hombre de 74 años que fue hospitalizado con pericarditis posvacunación, o inflamación del tejido externo al corazón. Fue dado de alta, ingresado de nuevo una semana después, y más tarde dado de alta de nuevo con resolución de los síntomas.
En 2021, médicos israelíes describieron el caso de un hombre de unos 50 años que ingresó con dolor torácico una semana después de recibir la vacuna contra el COVID-19. El hombre fue dado de alta, pero tuvo tres reingresos posteriores debido a «reagudizaciones de la pericarditis durante la reducción de los esteroides».
Casos recurrentes
Otros artículos han descrito a pacientes que experimentaron miocarditis o pericarditis en el pasado, tras una infección vírica o una vacunación, y vieron cómo reaparecía con una dosis de la vacuna contra el COVID-19.
Un hombre de 45 años de Estados Unidos, por ejemplo, sufrió dolor torácico tras una infección por COVID-19, de nuevo tras una primera dosis de la vacuna de Moderna, y de nuevo tras una segunda dosis de la vacuna. La afección se resolvió, informaron los médicos.
Un japonés de 23 años sufrió miocarditis vírica tres años antes de recibir la inyección de Moderna. Se le diagnosticó miocarditis posterior a la vacuna. Finalmente fue dado de alta y no tuvo síntomas persistentes.
Dos jóvenes de Australia sufrieron miopericarditis tras recibir la segunda dosis de la vacuna de Pfizer. Sus síntomas se resolvieron y cada uno recibió una dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 de Novavax. Ambos sufrieron después una reaparición de la inflamación cardiaca.
Otros investigadores han analizado conjuntos de pacientes y han encontrado casos recurrentes.
En aproximadamente un año, el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Udine vio a 24 pacientes con pericarditis tras la vacunación contra el COVID-19 sin infección. Cinco experimentaron una recurrencia de la pericarditis.
Entre 179 militares estadounidenses que sufrieron miocarditis tras la vacunación contra la viruela, 11 experimentaron síntomas cardíacos como dolor torácico. Cuatro cumplían los criterios de miocarditis recurrente asociada a la vacuna.
«Está justificada más investigación sobre los factores que pueden predisponer a los pacientes a sufrir lesiones cardiacas asociadas a la vacuna y qué plataformas o calendarios de vacunación pueden reducir el riesgo de recurrencia entre los pacientes que han experimentado estos acontecimientos», dijeron los investigadores.
El Dr. Verma dijo que los pacientes deben tener en cuenta que la mezcla de dosis entre fabricantes puede aumentar el riesgo de miocarditis, y que los síntomas no siempre son cardíacos. Ha visto pacientes con síntomas generales como náuseas y fatiga.
El paciente evitó la vacuna
La mayoría de los investigadores que informan de estos casos de miocarditis posterior a la vacunación recomiendan a los pacientes que no reciban más dosis de las vacunas contra el COVID-19. Pero algunos aconsejan inyecciones adicionales.
Ben Cutler, estadounidense de 29 años, sufrió miocarditis tras un refuerzo de Moderna a finales de 2021. Aprendió más sobre la enfermedad, incluida la forma en que puede ser causada por otras vacunas.
El Sr. Cutler consultó a su cardióloga para ver si debía evitar alguna de esas vacunas.
«Le pregunto: ‘¿Debería tener cuidado con otras vacunas [por la] miocarditis? Me dijo, completamente seria: ‘La próxima vez, ponte la vacuna de Pfizer'», contó el Sr. Cutler a The Epoch Times. «Fue una locura. Me dije: ‘No voy a hacer eso'».
En la actualidad, salvo raras excepciones, las personas que han sufrido miocarditis tras la vacunación no deben recibir más vacunas, dijo el Dr. Bostom.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. afirman que, en general, las personas con esta afección deben evitar más vacunas, pero que pueden administrarse más dosis una vez que se resuelvan los síntomas. Los CDC han aconsejado directamente a algunos pacientes que reciban dosis adicionales, incluso cuando la agencia no podía descartar la vacunación como causa de su acontecimiento adverso.
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