Una reportera cuestionada por el presidente Donald Trump respecto a si trabaja para el régimen chino, ciertamente trabaja para una estación de televisión dirigida por el Partido Comunista Chino (PCCh), confirmaron varios expertos.
Phoenix TV tiene su sede oficial en Hong Kong, donde los medios de comunicación pueden operar de forma independiente, pero su programación ha sido controlada por el régimen del PCCh, dijo Gordon Chang, comentarista político y analista de China.
«No es formalmente parte del régimen chino, como la Televisión Central de China [CCTV], pero no obstante su contenido está determinado en Beijing», dijo a The Epoch Times en una llamada telefónica.
Los vínculos de la estación con Beijing son conocidos desde hace mucho tiempo por los observadores chinos.
Phoenix TV es «un ejemplo de un canal de propaganda china que no es directamente propiedad del régimen de Beijing», dijo Sarah Cook, una experta en China del grupo de derechos humanos Freedom House, en su testimonio ante el Congreso en mayo del 2017.
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La CCTV solía tener una participación del 10 por ciento en Phoenix, pero el vínculo más fuerte con el PCCh es el jefe y fundador de la estación, Liu Changle, un exoficial del departamento de propaganda del Ejército de Liberación Popular que solía trabajar en la Estación Central de Radio Popular del PCCh. Desde su fundación en 1996, varios otros ejecutivos de Phoenix fueron exfuncionarios del régimen del PCCh o de los medios de comunicación del régimen.
La Organización Mundial para Investigar la Persecución da Falun Gong, una organización sin fines de lucro que investiga la represión del PCCh contra el grupo espiritual Falun Gong, señaló desde 2005 que Phoenix TV ha sido uno de los principales canales utilizados por Beijing para exportar su propaganda hacia Hong Kong (pdf).
El senador Ted Cruz (R-Tex.) señaló los antecedentes de Phoenix en 2018 en una carta al presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Ajit Pai.
Cruz instó a la FCC a impedir que una empresa vinculada a Phoenix adquiriera una emisora de radio que transmitiera en California. Si se permite, la estación de radio se usaría para transmitir «propaganda aprobada por el régimen [chino]» a la gran población de habla mandarín en el sur de California, advirtió (pdf).
«Phoenix TV ha estado conduciendo una guerra de información en Estados Unidos durante [años]», dijo Cruz en un tuit del 7 de abril, señalando que las organizaciones de medios de comunicación estadounidenses no deberían haber permitido que Phoenix asistiera a una sesión informativa de la Casa Blanca en la que su reportero tuvo un diálogo con Trump el día anterior.
Chang estuvo de acuerdo.
«Hasta que Estados Unidos no pueda enviar un reportero de la Voz de América a la sede del PCCh en Zhongnanhai para interrogar en vivo al jefe del PCCh, Xi Jinping, no deberíamos permitir que cualquiera de los medios de comunicación de China entre a la sala de reuniones de la Casa Blanca», dijo.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca debería revocar las credenciales de la reportera y si no lo hace, la Casa Blanca debería negarse a aceptarla, dijo.
Empuje de la propaganda
El PCCh está en medio de un empuje propagandístico global, tratando de eludir la responsabilidad de la pandemia del virus PCCh que ha asolado al mundo, infectando a más de 1.4 millones de personas y matando a más de 80,000.
El virus del PCCh, también conocido como el nuevo coronavirus, apareció en Wuhan, China, alrededor de noviembre y se le permitió propagarse por todo el mundo debido al encubrimiento y la mala gestión del PCCh.
El PCCh intenta ahora presentarse como un salvador mundial que envía suministros médicos a todo el mundo, comentó Trevor Loudon, experto en infiltración comunista en Occidente, en una llamada telefónica con The Epoch Times.
De hecho, el PCCh ha instado a los chinos en el extranjero a que compren suministros médicos a pedido y los envíen a China.
Cuando se envían suministros desde China, el mensaje de propaganda lo llama «apoyo» o «asistencia», confundiendo intencionalmente si los países receptores están pagando por ello, según Jakub Jakóbowski, investigador del Centro de Estudios Orientales con sede en Polonia.
En muchos casos, los países compraron realmente el material a precios de mercado.
Los comentarios del reportero de Phoenix durante la sesión informativa de la Casa Blanca «transmitían claramente la línea de propaganda de China», dijo Chang.
El uso de Phoenix parece ser el intento del PCCh de hacer llegar su mensaje a través de un grupo con una «mirada independiente».
«Me parece que lo que están haciendo es crearse cierta negación», dijo.
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