SAN FRANCISCO— Un hombre fue desalojado el miércoles de un lugar de protesta tras agredir a un reportero de NTD que cubría la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
El incidente se produjo cerca de la intersección de las calles 4th Street y Market Street, a pocas manzanas del Moscone Center, donde se celebran numerosas reuniones de la APEC. El ataque fue grabado con un teléfono móvil por Jason Blair, reportero de NTD, medio de comunicación asociado a The Epoch Times.
En una entrevista con The Epoch Times el miércoles por la noche, dijo que el hombre, probablemente de unos 20 años, primero se dirigió a los practicantes de Falun Gong antes de atacarle a él. Los practicantes habían estado colocando grandes pancartas en el lugar para sensibilizar sobre los 24 años de persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) contra su fe, mientras el líder del PCCh, Xi Jinping, se encuentra en la ciudad para asistir a la cumbre de la APEC.
El hombre primero dio una patada a un altavoz perteneciente a los practicantes de Falun Gong, y las pilas del altavoz se cayeron, dijo el Sr. Blair, añadiendo que poco después empezó a filmar al hombre, con la esperanza de que no hiciera nada más.
Sin embargo, el hombre se acercó a una pancarta e «intentó arrancarla», dijo el reportero.
En el vídeo, se oye al Sr. Blair decir al hombre: «Oye, yo te tengo en la cámara, hermano», justo después de que agarrara la pancarta. A continuación, el hombre se vuelve hacia el Sr. Blair y establece un contacto visual.
El Sr. Blair explicó por qué decidió hablar con él.
«Yo le dije: ‘Oye, estoy grabando'», dijo el reportero. «No me burlaba de él ni nada parecido. Pero se lo hice saber».
El hombre entonces golpeó al Sr. Blair con su mano derecha mientras sostenía un dispositivo de aspecto metálico.
«Él me dio en el brazo y en la mano. Él apuntaba a mi teléfono. Un golpe muy fuerte. Me dio sobre todo en el brazo. Mi teléfono se tambaleó, pero no se cayó», dijo el Sr. Blair.
Un agente vestido de civil que estaba cerca sujetó entonces al hombre y le hizo marcharse. «El agente consiguió que se marchara tras oponer cierta resistencia», añadió el reportero.
El incidente fue «bastante intenso», dijo el Sr. Blair, debido a «lo rápido» que estaban sucediendo las cosas y no estaba seguro de lo que el hombre haría después. Sin embargo, no estaba asustado en absoluto.
«Solía practicar deportes de combate del tipo MMA [artes marciales mixtas] y boxeo tailandés. Así que no tenía ningún miedo», dijo el reportero. «Estuve bastante tranquilo todo el tiempo».
Represión transnacional
Si bien se desconoce la identidad del hombre y su motivación, agregó que no piensa que el agresor fuera «solo un tipo loco y sin hogar».
El reportero de NTD indicó que sintió una “energía muy odiosa” proveniente del hombre por lo que pensó que “definitivamente estaba influenciado”.
El ataque le recordó un incidente en el vecindario Flushing de la ciudad de Nueva York en febrero de 2022, cuando Zheng Buqiu, un hombre asiático con tatuajes en los brazos y el pecho, atacó puestos de información que buscaban arrojar luz sobre la persecución del PCCh contra Falun Gong. El Sr. Zheng fue luego imputado con cargos de delito de odio y conducta criminal en cuarto grado.
Se cree que el ataque de 2022 fue organizado por el régimen chino en un intento de intimidar a los practicantes de Falun Gong. Ha habido incidentes similares en Nueva York y otros lugares.
A principios de este año, un hombre de 77 años llamado Qi Zhongping fue arrestado después de presuntamente agredir a un practicante de Falun Gong que trabajaba como voluntario en un puesto de información en Flushing. A continuación, el Sr. Qi recibió cargos penales.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas morales. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, alcanzando entre 70 y 100 millones de seguidores a finales de la década, según estimaciones oficiales en esas fechas.
Desde 1999, el año en que el PCCh lanzó una brutal campaña para erradicar la práctica, millones de practicantes de Falun Dafa han sido detenidos en prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
El PCCh es conocido por llevar a cabo operaciones de represión transnacional en suelo de Estados Unidos. En abril, el Departamento de Justicia imputó cargos a 40 miembros de la policía nacional de China de delitos relacionados con una campaña coordinada de acoso selectivo a residentes estadounidenses.
Peticionarios
Muchos peticionarios chinos organizaron protestas frente al hotel St. Regis de San Francisco, donde Xi se hospeda durante su viaje. Una de las peticionarias, Jia Junwei, de la provincia de Helojoing, en el norte de China, fue golpeada el 14 de noviembre por manifestantes pro Beijing que ondeaban banderas.
La Sra. Jia le dijo a Radio Free Asia que cayó al suelo después de que algunos manifestantes pro-Beijing le tiraran del pelo. “Luego me dieron una fuerte patada en la cabeza. Mientras todavía estaba tirada en el suelo, algunos me golpearon con sus astas de bandera”.
La Sra. Jia busca justicia para su difunto padre, Jia Ruifeng, víctima de la expropiación de tierras en China. En una entrevista de 2017 con The Epoch Times, la Sra. Jia cuestionó la verdadera causa detrás de la muerte repentina de su padre, sugiriendo que los funcionarios de la prisión podrían haberlo torturado antes de fallecer.
Según la Sra. Jia, su padre había estado buscando reparación desde que su fábrica fue demolida por la fuerza en 2013. En lugar de ayudar al Sr. Jia con sus quejas, en diciembre de 2016, las autoridades chinas decidieron silenciarlo, condenándolo a cuatro años de prisión por el delito de extorsión mediante chantaje. El Sr. Jia murió en octubre de 2017.
Durante su protesta del martes, la Sra. Jia dijo a Voice of America que trajo una carta firmada por más de 900 peticionarios de su provincia, en la que acusan a los funcionarios chinos locales de corrupción. Ella alegó que las autoridades habían estado acusando falsamente a los peticionarios de cometer delitos y encarcelándolos.
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