El representante James Comer (R-Ky.), presidente entrante del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, anunció el domingo una «amplia investigación sobre la crisis energética del presidente [Joe] Biden, que está perjudicando el bolsillo de los estadounidenses», con especial énfasis en el «acuerdo secreto» del mandatario con Arabia Saudí.
«Desde el primer día en el cargo, el presidente Biden ha iniciado una guerra contra la energía fabricada en Estados Unidos y disparado los costes para los estadounidenses. El presidente Biden ha cerrado unilateralmente el oleoducto Keystone XL, ha implantado una moratoria sobre la producción de petróleo y gas en tierras federales, ha vaciado reservas críticas de petróleo y ha impulsado políticas que han provocado directamente una subida desorbitada de los precios de la energía», dijo Comer en un comunicado.
«Con el dominio unipartidista de los demócratas en Washington, han convertido en armas su poder sin control, han librado una guerra contra la producción de energía estadounidense y han impuesto al pueblo estadounidense las políticas del Nuevo Acuerdo Verde. Los republicanos de Supervisión han presionado a los altos funcionarios de la Administración Biden para obtener respuestas y continuarán buscando sus planes para revertir las políticas energéticas perjudiciales para el pueblo estadounidense y nuestra seguridad nacional», continuó Comer.
«Con el poder del mazo, haremos responsable a la Administración Biden por atacar imprudentemente a una industria crítica que proporciona al pueblo estadounidense energía asequible y oportunidades de empleo bien remunerado».
Como muestra del amplio alcance de la investigación de Comer, hizo públicas las cartas de los miembros republicanos del panel de supervisión a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, al secretario de Estado, Anthony Blinken, a Michael Regan, administrador de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés), y a Gary Gensler, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por su sigla en inglés).
En una de las dos cartas dirigidas a Granholm, los republicanos recordaban a la secretaria de Energía una carta que le enviaron el 21 de octubre de 2021 en la que «planteaban su preocupación por el hecho de que la escalada de los precios de la energía iba camino de poner a prueba las finanzas estadounidenses en los próximos meses de invierno».
Al no recibir respuesta de Granholm, Comer y sus colegas señalaron en su carta actual que «la Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA) predice que los consumidores podrían gastar hasta un 51 por ciento más que el año pasado para calentar sus hogares desde octubre de 2022 hasta marzo de 2023».
«Los hogares de la Costa Este podrían pagar un 45 por ciento más que el año pasado por el combustible para calefacción, debido principalmente a la falta de oleoductos que excluyen a la región del acceso a formas más baratas de energía.
«Además, las reservas regionales de diésel y combustible para calefacción se encuentran en sus niveles más bajos de la historia. Sin suficientes reservas de energía y una infraestructura adecuada, los precios de la energía seguirán disparándose».
En su carta, los republicanos también señalan las declaraciones de Biden diciendo: «Vamos a cerrar estas [plantas de carbón] en todo Estados Unidos y a tener energía eólica y solar», y que Biden cerró el oleoducto Keystone que habría entregado millones de barriles de petróleo diarios a Estados Unidos desde Canadá, lo que habría evitado que los precios de la gasolina en los surtidores se descontrolaran.
«El pueblo estadounidense merece conocer el plan de la Administración —si es que existe un plan— para mantener bajos los costes energéticos cuando el gobierno federal está eliminando las fuentes de energía más disponibles, asequibles y limpias antes del invierno», dijeron Comer y los demás republicanos a Granholm.
Solicitaron que Granholm proporcionara copias desde enero de 2021 hasta el presente de «todas las proyecciones de los costes energéticos para el consumidor creadas por el Departamento de Energía (DOE), todos los documentos y comunicaciones referidos o relacionados con la estrategia de la Administración Biden para reducir los costes energéticos, todos los documentos y comunicaciones referidos o relacionados con el análisis de costes de la Administración Biden sobre el cierre de las plantas de carbón, y todos los documentos y comunicaciones entre el personal del DOE y grupos no gubernamentales referidos o relacionados con los costes energéticos».
En su carta a Blinken, Comer y los miembros del GOP del panel de supervisión se centraron en una noticia del New York Times que reportaba de un «acuerdo secreto» negociado por Amos Hochstein, enviado especial de la Administración Biden y coordinador de asuntos internacionales del Departamento de Estado, y Brett McGuirk, alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés).
Según la noticia del NY Times, Comer, Hochstein y McGuirk «buscaron un acuerdo clandestino en dos partes con Arabia Saudí para aumentar la producción extranjera de combustibles fósiles». Según la propuesta, la OPEP+ aceleraría primero varios meses el aumento de la producción de petróleo y, a continuación, la organización anunciaría incrementos adicionales de la producción a partir de septiembre con el propósito de reducir temporalmente los precios de los combustibles en todo el mundo, todo ello convenientemente antes de las elecciones de noviembre».
Por ello, Comer afirmó que «el pueblo estadounidense merece transparencia. Esta comisión tiene la responsabilidad de revelar los hechos que rodean cualquier acuerdo a puerta cerrada del presidente Biden o sus emisarios. El presidente está prefiriendo las fuentes extranjeras a las nacionales, todo ello con fines políticos».
«Si esta Administración está participando en manipulaciones de mercado a puerta cerrada con naciones adversarias mientras pone en peligro nuestra seguridad nacional en aras de asegurar unas condiciones electorales más favorables para los demócratas, el pueblo estadounidense tiene derecho a saberlo».
En la carta se pedía a Blinken que facilitara «todos los documentos y comunicaciones entre Amos Hochstein, Brett McGurk y el Reino de Arabia Saudí o cualquier representante del mismo que se refieran o estén relacionados con el aumento de la producción de petróleo en otoño de 2022, todos los documentos y comunicaciones entre empleados o funcionarios del Departamento de Estado y cualquier representante o representantes de un país miembro de la OPEP+ en relación con la producción prevista de combustibles fósiles, y todos los documentos y comunicaciones entre el Departamento de Estado y la Casa Blanca en relación con la visita del presidente Biden a Arabia Saudí».
La carta a Regan solicitaba copias de «una sesión informativa a nivel de personal, documentos e información sobre una norma sobre el metano cuyos costes de cumplimiento son onerosos y cuya disposición fomenta el acceso de terceros a la propiedad privada».
La carta a Gensler se centraba en un «fallo» técnico que creaba problemas con la Norma de Divulgación Climática propuesta por la SEC que «impondría requisitos onerosos e innecesarios a empresas de todos los tamaños, incluidos requisitos de divulgación de emisiones de carbono directas e indirectas de terceras entidades».
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