Los líderes republicanos están elogiando la anulación por parte de la Corte Suprema de EE. UU. de la decisión Roe vs Wade que legalizó el aborto a nivel nacional, mientras que los demócratas están denunciando lo que llaman la revocación de los derechos de las mujeres.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), que desempeñó un papel en la preservación del puesto que dejó vacante el fallecido juez de la Corte Suprema Antonin Scalia y que allanó el camino para una mayoría conservadora designada por los republicanos, dijo que el fallo del viernes es una «victoria histórica».
«La corte ha corregido un terrible error legal y moral, como cuando el caso Brown vs Board anuló el caso Plessy vs Ferguson», escribió McConnell en un comunicado, en referencia a la decisión de 1954 que puso fin a la segregación racial en las escuelas públicas.
«Los jueces aplicaron la Constitución. Sopesaron cuidadosamente los complejos factores relativos a los precedentes. La corte anuló fallos erróneos que incluso los liberales han admitido desde hace tiempo que eran incoherentes, restaurando la separación de poderes», continuó. «Elogio a la corte por su imparcialidad ante el intento de intimidación».
El senador Mike Lee (R-Utah), que fue secretario del juez Samuel Alito a finales de la década de 1990, dijo que el caso Roe vs Wade pertenece al «anticanon de la historia de la Corte Suprema», junto a decisiones infames como Plessy vs Ferguson y Dred Scott vs Sandford, que negó la ciudadanía a los descendientes de esclavos liberados.
«Nunca he estado más orgulloso de haber sido secretario del juez Alito o de la Corte Suprema de Estados Unidos. Rezo por la unidad nacional y por la seguridad de los jueces de la Corte Suprema que, en relación con este caso, se han enfrentado a ataques sin precedentes», dijo Lee, señalando las recientes amenazas de violencia por parte de activistas proaborto. «Doy gracias a Dios porque el pueblo de Utah y de Estados Unidos es ahora libre de promulgar protecciones para la vida y la dignidad humana».
Varios estados liderados por los republicanos se han movilizado para prohibir el aborto a raíz de la decisión. Eso incluye 13 estados que tienen «prohibiciones desencadenantes», así como algunos otros estados donde las leyes antiaborto han sido bloqueadas por los tribunales.
Los estados con «prohibiciones desencadenantes», diseñadas para entrar en vigor automáticamente en cuanto Roe deje de ser aplicable, son Arkansas, Idaho, Kentucky, Luisiana, Misisipi, Misuri, Dakota del Norte, Oklahoma, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming.
Mientras tanto, los demócratas desahogan su frustración, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo en su rueda de prensa que no tenía «sentido decir ‘Buen día’, porque ciertamente no lo es».
«Hoy, la Corte Suprema controlada por los republicanos ha logrado el objetivo oscuro y extremo del GOP de arrancar el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones de salud reproductiva», dijo Pelosi. «Por culpa de Donald Trump, Mitch McConnell, el Partido Republicano y su supermayoría en la Corte Suprema, las mujeres estadounidenses tienen hoy menos libertad que sus madres».
Pelosi también hizo afirmaciones sin fundamento sobre lo que el fallo significa para otras cuestiones relacionadas con el embarazo. «Los extremistas del Partido Republicano amenazan incluso con criminalizar la anticoncepción, así como la fecundación in vitro y la atención posterior al aborto», dijo, aunque los jueces dijeron explícitamente en la opinión mayoritaria que esto no deshará los casos sobre anticoncepción.
Fuera de la Corte Suprema, la representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.) se unió a una multitud de activistas proaborto que protestaban, llegando a corear con los manifestantes que el fallo era «ilegítimo».
«Esta decisión: ¡[es] ilegítima!» gritó Ocasio-Cortez en un megáfono aparentemente sostenido por Sunsara Taylor, una activista proaborto conocida por su afiliación al grupo radical maoísta Partido Comunista Revolucionario, EE. UU.
Las unidades policiales de Washington estaban en alerta máxima mientras la multitud seguía creciendo el viernes.
La policía del Capitolio de Estados Unidos también dijo que estaba llamando a fuerzas de refuerzo y que está trabajando con otras agencias policiales en preparación para posibles disturbios, en medio de las amenazas de grupos activistas de izquierda de salir a las calles en una «noche de furia».
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