Los habitantes de las cuatro ciudades más ricas de la provincia de Guangdong, en el sur de China, se vieron sorprendidos recientemente cuando las autoridades, sin aviso, impusieron medidas de bloqueo. Lugareños le dijeron a The Epoch Times que muchas personas están preocupadas porque no tuvieron suficiente tiempo para abastecerse de alimentos y productos esenciales. Otros no confían en los datos del régimen chino sobre el número de infectados.
Las autoridades de la provincia de Guangdong anunciaron el 21 de junio que 230 personas estaban siendo tratadas por COVID-19 en hospitales locales, según el medio estatal Xinhua.
El 20 de junio, las autoridades de Guangzhou, Shenzhen, Dongguan y Foshan, donde residen más de 56,2 millones de personas, comenzaron a vigilar de cerca el movimiento de personas y vehículos que entraban y salían de las ciudades. El propósito aparente era frenar la propagación de la nueva ola de COVID-19.
El mismo día, la ciudad de Zhanjiang informó sobre un brote. Zhuhai y otras 12 ciudades metropolitanas de Guangdong también ordenaron a los residentes que no viajen fuera de la ciudad, según el sitio web del gobierno provincial.
The Epoch Times en idioma chino se acercó a algunos residentes en las regiones bloqueadas. Muchos expresaron su preocupación por no tener suficientes alimentos y leche para sus bebés. Los dueños de negocios están frustrados porque los barcos de carga no pueden entrar o salir de los puertos, y los productos, incluidos algunos artículos perecederos, no pueden descargarse.
Los residentes mencionaron que muchas personas están ansiosas y no saben cómo protegerse del COVID después que se conocieron casos de contagios entre quienes habían sido completamente inoculados con vacunas fabricadas en China.
Los habitantes de Guangzhou, Shenzhen, Dongguan y Foshan dijeron que no creen en los datos del gobierno sobre el número de infecciones y están convencidos de que el brote está empeorando.
“No escuchamos que las autoridades anunciaran nuevos contagios, pero no abrieron la terminal de contenedores en el puerto… El control se está endureciendo”, dijo el 19 de junio Cheng Dong (seudónimo), un hombre de negocios que trabaja en una fábrica cerca del puerto de Yantian, en el distrito de Longgang, Shenzhen, a The Epoch Times en idioma chino.
Cheng se quejó de que a una gran cantidad de buques de carga no se les permitió ingresar a los puertos de Shenzhen y estuvieron esperando en el mar por varios días, mientras que otros barcos decidieron navegar hasta la siguiente parada. Los productos de su fábrica han quedado retenidos. “Nuestro almacenamiento está lleno. No tenemos lugar para colocar los productos recién producidos”, dijo Cheng. Le preocupa que el brote pueda ser mucho peor de lo que afirman las autoridades.
Disminuye el suministro de alimentos
Las autoridades identificaron la variante india como la cepa del virus PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, que causó la nueva ola del brote de COVID-19 en Guangdong. Comenzó en la capital provincial de Guangzhou, el 21 de mayo, y se extendió rápidamente a otras ciudades a pesar de las draconianas medidas de bloqueo, incluido el cierre de complejos residenciales, de algunas clínicas, la limitación de viajes y el requisito de que todos los residentes se realicen pruebas para COVID.
La variante india es más contagiosa y las autoridades locales de las ciudades cercanas bloquearon los complejos residenciales sin previo aviso. Los residentes dijeron que las tiendas de comestibles se vieron obligadas a cerrar y la gente se está quedando sin alimentos en casa.
«[Mi familia] no tiene casi nada que comer debido al repentino cierre de la aldea el 18 de junio… No hay ningún lugar donde podamos comprar comida, aunque tengamos dinero», dijo Wang Ping (seudónimo), residente de la aldea de Xiashiwei, en Shenzhen, a The Epoch Times en chino el 19 de junio.
Chen Xian (seudónimo), vecino de Wang, se encuentra en una situación similar. Dijo: «Nuestra familia tiene seis miembros. Cuatro son niños. Toda la comida que tenemos está en mi tienda [en otra parte del pueblo]. No puedo ir a mi tienda para coger la comida, ni salir del pueblo para comprarla debido al bloqueo».
Chen tuvo la suerte de que un amigo entregó fideos instantáneos y leche a la entrada de la aldea, pero solo puede obtener los suministros después de tomar una prueba para COVID-19.
Xiashiwei es una aldea cercana al aeropuerto internacional de Bao’an, con decenas de miles de residentes, la mayoría de los cuales son migrantes y trabajan en el aeropuerto.
Zhang Xin (seudónimo) vive en la aldea de Jushu, en el distrito de Liwan, Guangzhou, y tiene un niño pequeño que depende de leche de fórmula para bebés. Jushu tiene alrededor de 15,000 habitantes y estuvo encerrado desde el 3 de junio.
“[Después del cierre], la leche de fórmula de mi bebé casi se había acabado y no pude encontrar ninguna solución para comprar… cuatro o cinco días después las autoridades montaron una plataforma online donde se vendía la leche. Sin embargo, el precio es 70 yuanes (USD 11) más que el precio de mercado”, se quejó Zhang. «Para los alimentos, solo podemos comprar paquetes suministrados por el régimen… [Hay] pocas opciones y a un precio más alto [que el del mercado]».
El salario mensual de Zhang es de 2000 yuanes (310 dólares) y el costo del alquiler de la habitación que comparte con su familia es de 1000 yuanes (155 dólares) al mes.
Xin Bing (seudónimo), residente de un complejo residencial en Dongguan, habló el 19 de junio con The Epoch Times en chino sobre la situación de su vecindario.
“Ayer (18 de junio) por la tarde, muchos trabajadores del gobierno vestidos con trajes protectores llegaron a nuestro complejo con cinco o seis autobuses. No sabíamos qué estaba pasando y pensamos que tal vez nos llevarían a algún lugar para ponernos en cuarentena”, dijo Xin. «Pero después, nos dimos cuenta de que sellaron nuestro vecindario».
«Anoche, más de 1300 familias que viven en el complejo hicieron fila para las pruebas de COVID-19″, agregó Xin. “[Antes de la prueba,] nos apresuramos a comprar en las tiendas dentro del recinto y los estantes se vaciaron de inmediato. A partir de hoy, solo podemos comprar por Internet».
Las personas vacunadas se están infectando
Los entrevistados le dijeron a The Epoch Times que varios gobiernos locales anunciaron que varias personas se infectaron con COVID a pesar de recibir dos dosis de la vacuna. Cuestionaron la efectividad de las vacunas chinas, pero aun así se vacunaron por miedo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de la ciudad de Beijing anunciaron el 21 de abril que la vacunación no puede proteger completamente a las personas y que las personas vacunadas deben ser tratadas como no vacunadas cuando necesiten hacerse la prueba de COVID.
Sin embargo, el régimen chino continúa diciéndole al público que la vacunación puede aliviar los síntomas de COVID en quienes se infectaron.
El 20 de junio, la Comisión Nacional de Salud de China anunció que los chinos habían recibido más de 1000 millones de dosis de la vacuna anti-COVID hasta el 19 de junio, y que se habían aplicado 100 millones de dosis en los últimos cinco días.
«Nos vimos obligados a someternos a pruebas después de que una persona [en el barrio] fue diagnosticada», declaró Liu Ya, de Dongguan, al periódico Epoch Times en chino, el 19 de junio.
Liu está preocupada por la cantidad de comunidades bloqueadas en la provincia y piensa que todos en su área podrían estar infectados con el virus, incluso si ya habían recibido la vacuna. Otros entrevistados expresaron la misma preocupación.
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