El regreso a la Tierra de la nueva nave espacial Starliner de Boeing se detuvo hasta el 18 de junio mientras analistas de la misión investigan problemas que podrían afectar el reingreso de la cápsula, según informaron el 11 de junio la NASA y Boeing.
En un principio, estaba previsto que la CST-100 Starliner se desacoplara de la Estación Espacial Internacional (ISS) el 14 de junio antes de regresar a la Tierra. Boeing y la NASA lanzaron la cápsula con dos tripulantes, Barry Wilmore y Sunita Williams, el 5 de junio.
El vuelo es una misión de prueba crucial para que Boeing obtenga la aprobación de la NASA de certificar el Starliner para viajes espaciales, marcando el final de un proceso de investigación y desarrollo de 10 años y miles de millones de dólares.
Los responsables de la NASA en Houston sopesan múltiples factores a la hora de programar el regreso del Starliner, entre ellos la resolución de los componentes defectuosos, las condiciones meteorológicas y la realización de los paseos espaciales programados de los astronautas a bordo de la ISS.
Las autoridades podrían anunciar más cambios en el calendario de regreso del Starliner a lo largo de la misión.
El 11 de junio, la NASA y Boeing barajaban la fecha del 18 de junio para desacoplar el Starliner de la estación espacial y aterrizarlo seis horas más tarde en el terreno desértico de White Sands Missile Range en Nuevo México, Willcox Playa en Arizona, u otros lugares similares en función de las condiciones meteorológicas.
La fecha original de lanzamiento del Starliner, el 6 de mayo, se retrasó un mes después de que la NASA y Boeing detectaran una válvula de oxígeno defectuosa y, posteriormente, una fuga de helio en el sistema de propulsión.
Tras el lanzamiento de la nave, el 5 de junio, se descubrieron otras fugas de helio, pero las autoridades afirmaron que no pondrían en peligro la misión ni a su tripulación.
Sin embargo, la subdirectora de programas de la NASA para la ISS, Dina Contella, declaró a la prensa el 11 de junio que la agencia también había detectado una válvula de oxidación «pegajosa» en el Starliner mientras estaba en la estación espacial.
Posteriormente, la NASA indicó a través de una entrada en su blog del 10 de junio que se había encontrado otra fuga de helio en el sistema de propulsión del Starliner, además de las cuatro fugas descubiertas mientras la nave espacial se dirigía a la ISS tras su lanzamiento desde Cabo Cañaveral, Florida.
Durante el vuelo inicial, Starliner perdió cinco de sus 28 propulsores de dirección, pero la tripulación restauró cuatro antes de acoplarse con éxito a la ISS poco después. La tripulación no pudo acoplarse en el momento previsto, pero pudo reunirse con los astronautas a bordo de la estación espacial una hora más tarde, mientras planeaba a 260 millas sobre el Océano Índico.
Funcionarios de la NASA dijeron que el Starliner puede permanecer en la estación espacial durante un máximo de 45 días.
Starliner nació de un contrato que la NASA adjudicó a Boeing y a su competidor SpaceX en 2014.
Las empresas recibieron 4200 y 2600 millones de dólares, respectivamente, para desarrollar naves para misiones tripuladas al espacio después de que la NASA retirara el programa de transbordadores en 2011.
Mientras que SpaceX envía astronautas al espacio desde 2020 a bordo de su nave Dragon, Boeing sufrió contratiempos con Starliner después de que su primer lanzamiento de prueba en 2019 no lograra acoplarse a la ISS.
Una misión repetida en 2022 se acopló a la estación espacial, pero la primera misión tripulada no llegaría hasta dentro de dos años.
Si la primera misión del Starliner dirigida por un astronauta tiene éxito, podría marcar una nueva era para el conglomerado aeroespacial Boeing tras años de problemas con su fabricación aeronáutica y el avión 737 MAX.
La Administración Federal de Aviación todavía tiene un límite de producción para el popular avión luego de que en enero se reventara en pleno vuelo un panel de la puerta en un avión de Alaska Airlines y provocara una revisión reglamentaria.
Con información de Reuters.
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