Una coalición de demócratas progresistas se reunió en una llamada virtual el 7 de noviembre para discutir sus planes de renovar el Partido Demócrata en los próximos años tras la derrota del partido en las elecciones presidenciales ante el expresidente Donald Trump.
Titulada «Making Meaning of the Moment» (Dando sentido al momento), la llamada virtual invitó a los oyentes a organizar eventos comunitarios de acción política y participar en un plan plurianual de cuatro pasos para aumentar la coalición más amplia del Partido Demócrata para recuperar el Congreso.
Los anfitriones también planearon poner una lupa sobre Trump, a sus primeros 100 días en el cargo, para destacar cualquier acción que pueda ser impopular entre el electorado estadounidense y distribuyeron una petición para instar al presidente Joe Biden a aprovechar sus últimos meses en el cargo para firmar acciones ejecutivas de gran alcance para «proteger la democracia».
Los organizadores también reconocieron que muchos de los principales legisladores están ahora reevaluando públicamente qué grupos del partido deberían tener asientos en esa mesa para definir su ética de cara al futuro, así como quién tiene la culpa de que la vicepresidenta Kamala Harris haya perdido al menos seis estados disputados ante Trump y probablemente el restante aún no convocado por The Associated Press.
El senador Bernie Sanders (I-Vt.) escribió en una carta publicada en X el 6 de noviembre, que el liderazgo del Partido Demócrata, defendiendo el statu quo y abandonando a la clase trabajadora, es lo que llevó a la victoria de Trump.
«En las próximas semanas y meses, aquellos de nosotros preocupados por la democracia entre los electores comunes y la justicia económica necesitamos tener algunas discusiones políticas muy serias», escribió Sanders.
Los legisladores moderados del partido han culpado públicamente a las facciones progresistas de alienar al electorado estadounidense con temas marginales que no resuenan en medio de los problemas económicos de la nación.
«En estas elecciones, los estadounidenses han dejado clara su voz: los demócratas tienen que centrarse más en las cuestiones que preocupan a los estadounidenses, como los salarios y las prestaciones, y menos en ser políticamente correctos», escribió Tom Suozzi (D-N.Y.) en un posteo en X.
En su opinión, los estadounidenses ahora tienen más miedo de «la izquierda» que de «lo que hará el presidente Trump» y que su partido no respondió al GOP destacando el caos en los campus universitarios, el apoyo al movimiento de desfinanciar a la policía, la autorización de «niños biológicos en deportes de niñas» y los ataques a los valores tradicionales.
«No podemos dejarnos envolver por nuestra base y la política de resistencia», dijo Suozzi.
Al representante Suozzi se unió su colega de la delegación del Congreso de Nueva York, el representante Ritchie Torres (D-N.Y.), que también culpó a la «extrema izquierda» de la victoria de Trump en un posteo en X.
«Donald Trump no tiene mayor amigo que la extrema izquierda, que ha logrado alejar del Partido Demócrata a números históricos de latinos, negros, asiáticos y judíos con absurdos como ‘Desfinanciar a la Policía’ o ‘Del río al mar’ o ‘Latinx’», escribió Torres.
«La clase trabajadora no se traga las tonterías de torre de marfil que vende la extrema izquierda».
Los organizadores de la convocatoria virtual defendieron su coalición.
«Tal vez ustedes sean un izquierdista que siente una profunda frustración ante los muchos llamados a mover a los demócratas hacia el centro a expensas de comunidades específicas y marginadas, a expensas de la gente que sufre y de los tiempos normales», dijo a los asistentes Ash-Lee Woodard-Henderson, codirectora ejecutiva del Centro de Investigación y Educación Highlander.
A ella se unió la congresista progresista Pramila Jayapal (D-Wa.), quien rechazó los llamados a culpar a las coaliciones de izquierdas del partido por la derrota de Harris.
«El juego de culpar, ya lo vieron, ya empezó con un montón de golpes bajos a nuestro movimiento progresista, y es fácil señalar con el dedo incluso para nosotros, pero tenemos que resistirnos a ello», dijo Jayapal.
«Imagino que compartimos muchas teorías sobre estas elecciones y lo que nos ha llevado hasta aquí, pero creo que en realidad tenemos que mirar los datos [de las encuestas a pie de urna]».
Ella dijo que el Partido Demócrata no fue capaz de «articular claramente a suficientes votantes» lo que el partido «haría para mejorar materialmente sus vidas» y que necesita decidir qué defiende el partido de cara al futuro.
En una encuesta nacional de septiembre de The New York Times/Siena College, casi la mitad de los votantes registrados dijeron que Harris es «demasiado liberal o progresista».
En su encuesta nacional de octubre, una pluralidad de votantes -el 37%- dijo que Harris empeora la división partidista en este país, aunque el 48% dijo lo mismo de Trump.
Si se observan los datos de las encuestas a pie de urna, Harris perdió terreno entre los bloques de votantes demócratas tradicionales, incluidos los hombres hispanos.
Trump aumentó su apoyo entre ese grupo en un 18 por ciento, y entre las mujeres hispanas en un 7 por ciento, desde 2020.
Mientras que algunos demócratas han alegado públicamente que el racismo y el sexismo llevaron a esos grupos a alejarse de Harris este año, los republicanos argumentan que es la fijación del Partido Demócrata en temas de guerra cultural, particularmente los derechos de los transexuales, lo que ha alienado a algunos estadounidenses latinos.
Varios asistentes a la mesa redonda sobre latinoamericanos, organizada por Trump en Miami el mes pasado, dijeron a The Epoch Times que este era uno de los temas que más había empujado a su comunidad hacia la derecha en los últimos años.
Aproximadamente el 75% de los latinoamericanos que han oído el término Latinx dicen que no debería usarse para describir a la comunidad hispana o latina, según una encuesta de septiembre del Pew Research Center.
El término fue impulsado por la izquierda progresista como una alternativa «neutra en cuanto al género» a Latino o Latina, que son significantes gramaticales basados en el género para los miembros de la población hispana.
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