Una investigación publicada recientemente revela un fraude de exportación de frambuesas de Chile, en el que participaba una empresa china.
El esquema fue descifrado por Reuters y publicado este 6 de octubre. Las frambuesas congeladas cultivadas en China eran enviadas a una planta empacadora en Chile, donde se las reetiquetaba como “productos orgánicos de primera calidad cultivados en Chile”, revelaron los archivos, datos de la empresa y registros de ventas incautados por aduanas.
Los certificados de productos orgánicos también eran falsos, descubrieron los inspectores de aduanas.
De acuerdo con el artículo, las bayas provenían principalmente de Harbin Gaotai Food Co Ltd, un proveedor chino. Mientras que Frutti di Bosco, una empresa comercializadora de frutas localizada en Santiago, era la encargada de volver a empacar las frutas.
Posteriormente, estas eran exportadas principalmente a Canadá. Aunque la empresa empacadora también hacía envíos a Estados Unidos, Kuwait, Holanda y los Emiratos Árabes Unidos.
Según aproximaciones de aduanas, es posible que al menos 12 millones de dólares en frambuesas mal etiquetadas se enviaran a Canadá entre 2014 y 2016.
Mientras que los inspectores de aduanas encontraron que en los mismos años, la compañía chilena exportó 3600 toneladas de frutas y verduras, la procedencia de la mitad de estos productos no está clara.
El propietario de Frutti di Bosco, César Ramírez, fue condenado el año pasado en Chile por falsificar documentos de exportación que facilitaron el esquema de fraude. Ramírez alegó que se había coludido con Alasko Foods Inc., una empresa compradora de fruta con sede en Montreal, Canadá. Alasko negó la acusación.
Por su parte, Harbin Gaotai Food Co Ltd también se vio involucrada en un brote novovirus en 2017 en Canadá, según un informe de la CFIA de Canadá obtenido por Reuters. Más de 700 personas enfermaron, dijeron el Ministerio de Salud de Quebec y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Alasko Foods fue uno de los tres importadores de las frambuesas contaminados.
Las autoridades canadienses ordenaron retirar del mercado las frutas que llegaron directamente a Canadá desde China a partir de julio del 2016, señaló Reuters.
El informe final de las aduanas chilenas sobre la investigación también señaló que Frutti di Bosco importó a Chile fruta de Alasko.
“Esta investigación tiene alcances que van más allá de nuestro territorio nacional, toda vez que se ha vislumbrado que existen operadores chinos y canadienses que triangulan las operaciones desde China para evadir las barreras arancelarias”, afirmó la agencia en el informe.
Informante alerta a las autoridades
En 2016, Juan Miguel Ovalle, gerente general de la planta empacadora Fruticola Olmué, alertó sobre la actividad sospechosa con una carta a los funcionarios de aduanas de Chile.
Esto luego de que una auditoría interna mostrara que su planta había reempacado y etiquetado frambuesas como orgánicos chilenos. Una actividad, que de acuerdo con la carta, inició en 2014 bajo la administración anterior y seguía sucediendo hasta que el nuevo dueño, Juan Sutil, la descubrió, según documentos de la aduana.
Solo en los siete primeros meses de 2016, cerca de 400 toneladas de fruta mal etiquetada fue enviada por Frutícola Olmué a Canadá, decía la carta de Ovalle con fecha del 24 de octubre de 2016.
“Esta situación incluso podría generar serios problemas a la industria alimentaria de nuestro país”, escribió Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, en una carta a la aduana el 15 de noviembre de 2016, obtenida por Reuters.
En ese momento, Bown pidió a aduanas investigar los informes y expresó su preocupación por un “cierre de los mercados” a la fruta chilena.
Luego de la publicación del informe de Reuters un grupo de parlamentarios del Partido Socialista de Chile solicitó realizar una sesión especial, diciendo que “las autoridades del Ministerio de Agricultura y Aduanas deben explicar qué pasó y porqué se guardó tanto silencio respecto a estas exportaciones”, reportó The Clinic.
“Este tipo de prácticas son muy peligrosas para nuestra economía tomando en cuenta que nuestros productos cuentan con un cierto prestigio internacional. La imagen país puede venirse abajo, si se detecta que los productos que son exportados no son nacionales y vienen de mercados con barreras sanitarias menos exigentes”, añadieron.
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