Circular sin mascarillas tanto en ambientes abiertos como cerrados dejará de ser obligatorio a partir del martes en Río de Janeiro, que también levantará este mes la norma que exige la presentación del certificado de vacunación contra covid para ingresar a espacios como cines y atracciones turísticas.
El fin de dos de las principales restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia de la covid fue anunciado este lunes por el alcalde de la segunda mayor ciudad brasileña, Eduardo Paes, y convierte a Río de Janeiro en la primera gran urbe de Brasil en dejar de exigir máscara en cualquier lugar.
La ciudad más emblemática de Brasil ya había anunciado en octubre pasado el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios abiertos y este lunes extendió la liberación a los ambientes cerrados, aunque la medida sólo entrará en vigor el martes con su publicación en el «Diario Oficial».
«Cumpliendo la determinación del Comité Científico el martes será publicado el decreto que pone fin a la obligatoriedad del uso de máscaras en ambientes abiertos y cerrados», anunció Paes tras una reunión del organismo de científicos y especialistas que asesora la alcaldía en las medidas para hacer frente a la pandemia.
«Y con el esfuerzo para vacunar a todos los que pueden recibir la dosis de refuerzo, en tres semanas también pondremos fin a la exigencia del pasaporte (certificado de vacunación)», agregó.
El secretario municipal de Salud, Daniel Soranz, explicó en una rueda de prensa que el Comité Científico recomendó que la mascarilla tan sólo siga siendo obligatoria para los profesionales de salud y en las escuelas, así como para las personas con enfermedades de alto riesgo, las no vacunadas y las que presentan síntomas de gripe.
«Tenemos el menor índice de transmisión (de covid) desde el comienzo de la pandemia, de sólo 0,3 (tres nuevos contagios por cada diez infectados) y una positividad (porcentaje de diagnósticos positivos en las pruebas de covid) menor del 3,9 %, con una reducción gradual a lo largo de las últimas semanas», afirmó Soranz.
Recordó que menos del 1 % de los hospitalizados actualmente en la ciudad son tratados por covid y que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la emergencia puede considerarse bajo control cuando el porcentaje de casos positivos se ubica por debajo del 5 % del total de exámenes.
«Hoy es cada vez más difícil ver un caso grave de covid en Río de Janeiro debido a nuestra alta tasa de cobertura de vacunas», agregó el secretario, quien alegó que el elevado número de vacunados frenó los índices de transmisión, por lo que no se espera un aumento de casos ni tras las fiestas clandestinas de comparsas registradas la semana pasada durante el período del prohibido carnaval.
Añadió que la estrategia de prohibir la entrada de turistas sin vacuna en la ciudad más turística de Brasil también ayudó a controlar la pandemia en Río de Janeiro.
El 83,8 % de la población de Río ya tiene el ciclo completo de inmunización (dos dosis o vacuna de dosis única), índice que llega al 89,2 % cuando se considera a la población que puede ser vacunada (mayores de 5 años), y un 42,3 % ya tienen la dosis de refuerzo.
En las últimas semanas los números han caído de forma brusca en todo el país. El promedio de contagios en una semana en Brasil cayó desde casi 190.000 diarios el 3 de febrero hasta 40.130 por día este domingo, su menor nivel desde el 11 de enero, y la media de muertes bajó desde 951 diarias el 11 de febrero hasta 430 por día este domingo, la menor desde el 28 de enero.
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