Ron DeSantis y Nikki Haley, aspirantes a la candidatura republicana para las elecciones presidenciales de 2024, coincidieron en su desacuerdo con el levantamiento de sanciones al régimen de Nicolás Maduro. Esto ocurrió durante el debate republicano del miércoles en Miami, Florida.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, señaló que de llegar a la presidencia de Estados Unidos, volvería a imponer las sanciones contra la dictadura venezolana.
“Nunca debemos depender de Venezuela para obtener petróleo”, dijo. “Voy a ‘apretar las tuercas’ al régimen de Venezuela. Una dictadura corrupta y dictatorial y nunca debemos andar de la mano implorando por su petróleo».
DeSantis aseguró que revertiría las políticas energéticas del presidente Biden y que el Acuerdo Verde de la actual administración “es bueno para Venezuela, para Rusia, para Irán y bueno para China”.
Por su parte, la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, coincidió con DeSantis en que Estados Unidos debería mantener las sanciones contra la dictadura venezolana.
Dijo que había podido ver de primera mano en el puente Simón Bolívar, que conecta a Venezuela con Colombia, cómo los venezolanos pasaban dificultades para conseguir comida, huyendo del socialismo e implorando libertad.
“Ellos necesitan que hagamos lo que podamos para sancionar a Maduro. No tenemos por qué comprarle su sucio petróleo”, dijo Haley.
También se manifestó a favor de mantener el Estatus de Protección Temporal para los venezolanos.
DeSantis prometió bajar los precios del combustible y reducir el costo de la energía. Además de hacer que Estados Unidos sea un país independiente en materia de energía, priorizando la producción nacional por encima de la dependencia de Rusia o China.
Mientras tanto, Haley dijo que la seguridad energética es un tema de seguridad nacional. “Necesitamos un presidente que entienda que tenemos que asociarnos con nuestros productores y asegurarnos de que los respaldamos”, aseguró.
La exgobernadora criticó a DeSantis por prohibir el fracking en altamar en aguas de su estado, a lo que DeSantis respondió que apoyaba el fracking, pero explicó que la mayoría de los floridanos no estaban de acuerdo con que se realizara en el mar, por las posibles afectaciones ambientales.
El tercer debate republicano ocurrió mientras el expresidente Donald Trump, el favorito para la candidatura republicana, llevaba a cabo un rally en simultáneo en Hialeah, una ciudad mayoritariamente hispana.
Trump se dirigió a miles de seguidores, muchos de ellos cubanos que han huido del régimen comunista de su país.
Durante su discurso señaló cómo las dictaduras comunistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela han destruido sus propios países. También comparó a la administración Biden con la dictadura de Cuba.
Por su parte, la campaña de Biden también dirigió sus esfuerzos hacia los hispanos en Florida, difundiendo anuncios en español dirigidos a cubanos y venezolanos, los cuales comenzaron a transmitirse solo un día antes del rally de Trump y del debate republicano.
Se estima que actualmente hay más de 500,000 venezolanos en territorio americano y es uno de los grupos más grandes de hispanos en Estados Unidos.
Los hispanos están tomando mayor relevancia en el escenario electoral al ser la segundo grupo más grande de población en Estados Unidos. Aunque por década se les identificaba como votantes netamente demócratas, en los últimos años se ha visto una tendencia entre los hispanos a cambiar hacia el lado republicano.
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