El senador Marco Rubio (R-Fla.) ha instado a 22 universidades estadounidenses a poner fin a sus asociaciones académicas y de investigación con escuelas chinas a las que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha encomendado apoyar a la modernización militar de Beijing.
«Sigo profundamente preocupado por la agresiva campaña del EPL [Ejército Popular de Liberación] para infiltrarse en la iniciativa de investigación de Estados Unidos», escribió Rubio en cartas con fecha del 8 de febrero.
«Durante décadas, Beijing ha explotado abiertamente la experiencia de los estudiantes y académicos chinos que estudian o investigan en Estados Unidos para acelerar el desarrollo económico y militar de la RPC», decían las cartas, en referencia al nombre oficial del país, la República Popular China.
Las cartas iban dirigidas a 22 universidades estadounidenses, que han establecido asociaciones académicas o de investigación con universidades chinas encargadas de aplicar la estrategia de fusión militar-civil (MCF) del PCCh. Esta estrategia dirigida por el Estado pretende aprovechar la investigación y la tecnología desarrolladas por los civiles para ayudar a la modernización militar de China, difuminando así la línea entre los sectores civil y militar.
La estrategia de fusión militar-civil también «dirige la colaboración con universidades extranjeras para adquirir investigación y tecnología de vanguardia con el fin de avanzar en sus esfuerzos para lograr un ejército de clase mundial para el año 2049», según el Departamento de Estado de EE. UU. (pdf).
Tecnologías clave, como la inteligencia artificial (IA) y la tecnología aeroespacial, son adquiridas por el PCCh a través de «medios lícitos e ilícitos», señaló el Departamento de Estado en un documento de 2020. «Las instituciones de investigación conjunta, el mundo académico y las empresas privadas están siendo aprovechadas para construir los futuros sistemas militares del EPL —a menudo sin su conocimiento o consentimiento», decía.
Un informe de 2018 del think tank Australian Strategic Policy Institute (ASPI) mostró que el EPL envió a más de 2500 científicos chinos a formarse y trabajar en universidades extranjeras entre 2007 y 2017. Algunos de esos científicos se hacían pasar por civiles, pero todos fueron enviados para «obtener habilidades y conocimientos de valor para los militares chinos» y «se cree que son miembros del partido que regresaron a China cuando se les instruyó», señaló el informe.
La reciente condena de un prominente profesor de Harvard, Charles Lieber, por cargos derivados de sus vínculos no revelados con instituciones chinas, plantea «importantes preguntas sobre cómo Estados Unidos evalúa el riesgo para su seguridad nacional dentro de su iniciativa de investigación más amplia», dijo Rubio en la carta.
«La RPC está integrando plenamente a la industria privada china y a las universidades civiles de la RPC en su estrategia de fusión militar-civil», se lee en la carta.
El pasado mes de diciembre, Lieber fue declarado culpable por un jurado estadounidense de seis cargos relacionados con mentir sobre la financiación que recibió de instituciones chinas como parte de un programa de reclutamiento patrocinado por el país denominado Plan de los Mil Talentos.
Al menos 68 universidades civiles en China han sido descritas oficialmente como parte del sistema de defensa del régimen o supervisadas por la agencia de la industria de defensa del régimen, según descubrió ASPI.
Docenas de las principales universidades estadounidenses tienen asociaciones académicas y de investigación con escuelas chinas que apoyan la industria de defensa del régimen, según un informe de diciembre del think tank Fundación para la Defensa de las Democracias. Entre ellas, 10 «mantienen relaciones activas de escuela hermana con universidades chinas que realizan investigaciones clasificadas para apoyar el sector de la defensa de China».
En la carta, Rubio instó a las 22 universidades a poner fin a sus acuerdos de asociación y «tomar medidas para investigar a fondo sus otros socios académicos de la República Popular China para detectar riesgos similares que impliquen la apropiación indebida de la investigación académica».
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