El senador estadounidense Marco Rubio instó este lunes a la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC) de EE.UU. a que invierta más en Ecuador «para contrarrestar la influencia del Partido Comunista Chino (PCCh)», según una misiva enviada a su director, Scott Nathan.
Rubio, senador republicano por Florida, justificó la carta por el hecho de que «antes de fin de año, Ecuador planea firmar un tratado de libre comercio con la República Popular China (RPC)», acuerdo que «brindaría más oportunidades para que las empresas controladas por el PCCh influyan en sectores críticos de la economía ecuatoriana».
«Los insto a trabajar con el gobierno ecuatoriano para identificar sectores estratégicos de la economía, como telecomunicaciones, infraestructuras, energía y minería, para que Ecuador tenga opciones», señaló.
El senador de origen cubano argumenta que «es vital que la DFC cumpla con su mandato y brinde a Ecuador, un valioso aliado de Estados Unidos, una alternativa a las inversiones dirigidas por el PCCh, que se ha demostrado que atrapan a los países en desarrollo».
«Si bien la Administración Biden continúa afirmando que EE.UU. es el ‘socio de elección’ para Ecuador y otros países latinoamericanos, los gobiernos y la sociedad civil de la región lamentan la falta de alternativas lideradas por EE.UU. y otros países occidentales al Partido Comunista Chino», añadió.
Según Rubio, reelegido en los comicios intermedios de noviembre pasado, «la intención del PCCh es exportar su modelo autoritario a otros países, incluidos los sistemas que Beijing utiliza actualmente para reprimir las protestas pacíficas en la República Popular China».
«Estados Unidos tiene un interés duradero en mantener este sistema represivo fuera de nuestro hemisferio», remarcó el senador.
En su misiva, Rubio recuerda a Nathan que «la administración anterior firmó un acuerdo con el gobierno ecuatoriano que prometió hasta 2800 millones (de dólares) en fondos de la DFC para proyectos en Ecuador».
«Hacerlo no solo protegería a Ecuador de la creciente red global de opresión masiva del PCCh, sino que también brindaría nuevas oportunidades para los trabajadores y las empresas estadounidenses», matizó.
La DFC se asocia con el sector privado «para financiar soluciones a los desafíos más críticos que enfrenta el mundo en desarrollo en la actualidad», según su dirección en internet.
Invierte en sectores que incluyen energía, salud, infraestructura crítica y tecnología, además de proporcionar financiación para pequeñas empresas y mujeres con el fin de crear puestos de trabajo en los mercados emergentes.
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