Altos cargos rusos amenazaron al Oeste si permiten a Kiev disparar contra el territorio ruso misiles de largo alcance suministrados por Occidente.
«La decisión está ahí, todas la cartas blancas, las indulgencias, han sido emitidas [a Kiev]. Por lo tanto, responderemos de forma brutal», declaró el 14 de septiembre el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, según la agencia de noticias estatal rusa TASS.
«Aquí hay un elemento de grave riesgo, porque los oponentes en Washington, Londres y otros lugares, claramente subestiman el grado de peligro del juego que ellos siguen jugando», dijo Ryabkov.
Las amenazas se produjeron mientras el presidente Joe Biden y el primer ministro británico, Keir Starmer, se reunían para discutir, entre otros temas, si se debería conceder permiso a Kiev para atacar objetivos dentro de Rusia con las donaciones de misiles de largo alcance. Antes de las conversaciones en la Casa Blanca, el presidente Putin advirtió a las naciones occidentales de que tal medida sería considerada como una «participación directa» de la OTAN en la guerra.
«Esto cambiaría de manera significativa la naturaleza misma del conflicto», dijo Putin, según el canal oficial de Telegram del Kremlin. «Significaría que los países de la OTAN, Estados Unidos, los países europeos, están en guerra con Rusia».
Washington aclaró que, al menos por ahora, no tiene previsto flexibilizar las restricciones impuestas al uso de armamento occidental por parte de Ucrania.
«No hay ningún cambio en nuestra opinión sobre la provisión de capacidades de ataque de largo alcance, para que Ucrania las utilice dentro de Rusia», dijo el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, a la prensa el 13 de septiembre, antes de la reunión entre Biden y Starmer.
«No hay ningún cambio en nuestra política ahora mismo con respecto a esa capacidad, por todas las razones por las que dijimos que no la apoyábamos antes».
Dmitri Medvedev, expresidente de Rusia de 2008 a 2012, que ahora es vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, advirtió de que, aunque Moscú se abstendrá por ahora de responder con fuerza nuclear a los ataques ucranianos con misiles de largo alcance, su paciencia puede acabar agotándose.
«Los rusos hablan mucho de responder con armas de destrucción masiva, pero no hacen nada», escribió Medvedev el 14 de septiembre en la plataforma de mensajería Telegram. «Los rusos no cruzarán la frontera. Solo amenazan. Un conflicto nuclear es inútil para ellos, ellos tienen mucho que perder, incluido el apoyo del Sur Global», agregó.
Según Medvedev, el reciente ataque de Ucrania contra la región rusa de Kursk ya da al Kremlin una razón válida para utilizar armas nucleares, pero en lugar de ello optó por ejercitar la paciencia, reconociendo la gravedad e irreversibilidad de tal respuesta.
«¿Quién necesita un apocalipsis?», escribió Medvedev, viejo aliado del presidente ruso, Vladimir Putin. «Esta es una muy mala historia con un desenlace muy difícil».
Rusia aún podría reducir la ciudad de Kiev a ruinas sin recurrir a su arsenal nuclear, escribió Medvedev.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió en repetidas ocasiones a los aliados occidentales que autorizaran el uso de misiles contra Rusia, argumentando que es la única forma de proteger las ciudades e infraestructuras clave de Ucrania de los incesantes bombardeos y de poner fin a la guerra.
Tras la visita de Starmer no se hicieron nuevas promesas sobre Ucrania. La Casa Blanca declaró que los dos líderes «expresaron su profunda preocupación» por el suministro de armas de Irán y Corea del Norte a Rusia, así como por el apoyo de China a la base industrial de defensa rusa.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas
noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
