Si se despliegan tropas francesas a Ucrania, Moscú las considerará objetivos militares legítimos, advirtió el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
«Si los franceses aparecen en la zona de conflicto, se convertirán inevitablemente en objetivos de las fuerzas armadas rusas», declaró a la prensa el 8 de mayo la portavoz del Ministerio, Maria Zakharova.
«París ya lo sabe».
En enero, Rusia afirmó haber llevado a cabo un ataque de precisión contra una instalación que albergaba «combatientes extranjeros» en la región ucraniana de Kharkiv (noreste).
El Ministerio de Defensa ruso afirmó posteriormente, sin aportar pruebas, que 60 «mercenarios franceses» habían muerto en el ataque.
En ese momento, París rechazó la acusación, y el Ministerio de Asuntos Exteriores francés afirmó que Francia «no tiene mercenarios en Ucrania ni en ningún otro lugar».
Las declaraciones de Zakharova siguen a semanas de una retórica cada vez más belicista por parte del presidente francés Emmanuel Macron.
En febrero, el presidente francés dijo a los líderes de la UE que el despliegue de tropas europeas en Ucrania «no debería descartarse».
En marzo, dijo a los líderes de la oposición francesa que París no debería tener «límites» en su enfoque de la invasión rusa del este de Ucrania, ahora en su tercer año.
Y en una reciente entrevista con The Economist, Macron reafirmó la idea de enviar tropas, especialmente si las líneas de defensa ucranianas colapsan.
«No descarto nada, porque nos enfrentamos a alguien que no descarta nada», dijo Macron a la revista.
«Si Rusia decidiera avanzar más, todos tendremos que hacernos esta pregunta [con respecto al despliegue de tropas]».
Según el Sr. Macron, sus repetidas propuestas de despliegue de tropas están destinadas a mantener a Moscú adivinando sobre las intenciones occidentales.
«El Sr. Macron explica su retórica citando una intención de crear algún tipo de ‘ambigüedad estratégica’ para Rusia», dijo la Sra. Zakharova a los periodistas.
«Pero tenemos que decepcionarlo. Para nosotros, la situación es obvia».
Anunció que las fuerzas rusas han encontrando un número creciente de ciudadanos franceses entre los muertos en el campo de batalla en Ucrania.
El Epoch Times no pudo verificar de forma independiente la afirmación de Zakharova.
«Brinksmanship» británico
Macron no es el solo líder europeo que hace comentarios belicosos.
La semana pasada, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, sorprendió al anunciar que Kiev tenía derecho a utilizar los sistemas de misiles suministrados por el Reino Unido para atacar objetivos en Rusia.
«Ucrania tiene ese derecho», declaró a Reuters.
«Como Rusia está atacando dentro de Ucrania, se puede entender perfectamente por qué Ucrania siente la necesidad de asegurarse de que se está defendiendo».
Moscú acusa a menudo a Occidente de empujar al mundo al borde de un conflicto nuclear al proporcionar a Kiev municiones de largo alcance utilizadas para atacar objetivos dentro del territorio ruso.
A principios de este mes, Rusia afirmó que sus fuerzas habían frustrado con éxito un ataque con misiles de largo alcance —con misiles ATACMS de fabricación estadounidense—*- contra varios aeródromos de Crimea.
Kiev confirmó posteriormente que había disparado varios misiles de largo alcance contra Crimea desde la región meridional ucraniana de Kherson.
Moscú se anexionó Crimea en 2014 y ahora considera la estratégica península territorio de la Federación Rusa.
La entrega de sistemas de misiles de largo alcance a Ucrania, incluyendo ATACMS y Storm Shadows de fabricación británica, sigue siendo objeto de debate entre los aliados de Kiev.
Sus defensores sostienen que el uso prudente de municiones de largo alcance por parte de Ucrania le permitirá atacar líneas de suministro, redes ferroviarias y bases aéreas rusas hasta ahora inalcanzables.
Sin embargo, los críticos anuncian que los ataques con misiles de largo alcance —especialmente contra objetivos dentro de Rusia— corren el riesgo de escalar el conflicto actual hasta convertirlo en una guerra de proporciones continentales.
Kiev, por su parte, prometió en repetidas ocasiones no utilizar municiones de largo alcance suministradas por Occidente para atacar objetivos más allá de sus fronteras reconocidas.
Ultimátum ruso
A principios de esta semana, Moscú anunció planes para ensayar el despliegue de sus fuerzas nucleares en respuesta a las «declaraciones provocadoras de funcionarios occidentales».
Según el Ministerio de Defensa ruso, los simulacros —que incluyen fuerzas aéreas y navales— tienen por objeto «mejorar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas con vistas a alcanzar objetivos de combate».
Moscú confirmó más tarde que los simulacros eran una respuesta directa a los recientes llamados de los líderes occidentales, incluido el Sr. Macron, para enviar tropas a Ucrania.
Tales llamados «merecen una respuesta especial», dijo un portavoz del Kremlin a los periodistas.
Andriy Yusov, portavoz del aparato de inteligencia militar de Ucrania, describió los simulacros previstos como un ejemplo de «chantaje nuclear» por parte de Rusia.
El 6 de mayo, Nigel Casey, embajador del Reino Unido en Rusia, fue convocado por Moscú para que dé explicaciones sobre las recientes declaraciones de Cameron.
«Se solicitó al embajador que reflexione sobre las catastróficas consecuencias de tales medidas hostiles por parte de Londres y que refute las provocadoras declaraciones realizadas por el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores», anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en un comunicado.
Según Moscú, Casey fue advertido además de que si se utilizaban armas británicas para atacar territorio ruso, Rusia tomaría represalias contra los activos militares británicos, tanto dentro como fuera de Ucrania.
Londres negó que el Sr. Casey hubiera sido convocado —o reprendido— por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, el enviado se limitó a asistir a una «reunión diplomática» con funcionarios rusos, durante la cual «reafirmó el apoyo del Reino Unido a Ucrania».
Pierre Lévy, enviado de Francia a Moscú, también fue convocado por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso el 6 de mayo.
Según el Ministerio, se solicitó a Levy que explique «las declaraciones cada vez más belicosas de los dirigentes franceses y las crecientes pruebas de la implicación de Francia en el conflicto en torno a Ucrania».
París, por su parte, se ha mantenido hermético sobre lo que ocurrió en la reunión.
Pero poco después, el Sr. Macron anunció que su país no estaba «en guerra con Rusia o el pueblo ruso».
En una conferencia de prensa conjunta con su homólogo chino, anunció: «Tampoco estamos buscando un cambio de poder en Rusia».
Reuters contribuyó a este informe.
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