Rusia dio hoy nuevos datos sobre el incendio en el submarino que causó 14 muertos en el mar de Barents y reconoció -tres días después del accidente- que la nave tenía un sistema de propulsión nuclear que, sin embargo, no quedó afectado por el fuego.
«El dispositivo de propulsión por energía nuclear del sumergible está completamente aislado», afirmó el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú durante una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Se trata de la primera vez que las autoridades rusas confirman que el submarino accidentado este lunes en el mar de Bárents, al noroeste de Rusia, tenía un sistema de propulsión nuclear.
El titular de Defensa subrayó que gracias a las acciones de la tripulación para proteger el dispositivo nuclear de la nave, esta está «completamente operativa».
También desveló la causa del accidente, otro de los temas que generó muchas especulaciones a falta de información oficial.
«La causa principal del incidente ha sido establecida: fue un incendio en el compartimiento de baterías, que se extendió a continuación», dijo el ministro ruso.
Agregó asimismo que las primeras estimaciones de los daños permiten confiar en la posibilidad de restaurar el sumergible «en poco tiempo».
El titular de Defensa evitó no obstante ofrecer datos acerca del modelo del sumergible accidentado, que, según la prensa rusa, es el AS-12, conocido también como «Losharik».
La nave, diseñada en la URSS en la década de los 1980, es capaz de descender a profundidades de hasta 6000 metros y albergar a un máximo de 25 tripulantes.
Rusia insiste en que el submarino estaba efectuando una misión de investigación en las aguas territoriales del país cuando se desató el fatídico incendio, versión que ha levantado muchas preguntas en los medios al estar formada la tripulación de la nave por representantes de la élite militar rusa.
El Kremlin anunció este miércoles que los pormenores de la investigación de la tragedia, en la que fallecieron 14 militares de alto rango, entre ellos dos Héroes de Rusia, no se harían públicos al tratarse de un «secreto de Estado».
El ministro de Defensa ruso, quien se desplazó el miércoles al lugar de la catástrofe, en Severomorsk, en el Ártico, confirmó que hay varios supervivientes sin especificar su número.
A la vez, después de las acusaciones de secretismo y filtraciones en los medios independientes, el departamento castrense publicó la lista completa de las víctimas, entre ellas siete capitanes de primer rango, tres capitanes de segundo rango, dos capitanes de tercer rango, un teniente coronel y un capitán.
Muchos de los marinos provenían de familias con una larga tradición en el Ejército, escribió la prensa rusa.
Pese a los primeros datos oficiales sobre el submarino, los expertos continúan discutiendo acerca de la misión que realizaba la nave en el momento del accidente.
Según los medios, los tripulantes a bordo del submarino accidentado pertenecían a la unidad militar secreta 45707, con base en Peterhof, cerca de San Petersburgo, que depende de la Dirección General de Exploración en Aguas Profundas del Ministerio de Defensa de Rusia.
«La profundidad media del mar de Bárents es de 220 metros y no está claro por qué un aparato diseñado para sumergirse a varios kilómetros de profundidad se encontraba allí», escribió el experto militar de Novaya Gazeta, Pavel Felguengauer.
Construido para la investigación, el rescate y otras operaciones especiales, el sumergible de inmersión ruso es capaz de realizar tareas más «sensibles» como la recuperación de objetos militares perdidos o la destrucción de cables de comunicación en el fondo marino, señalan los expertos.
«Pero no está claro qué es lo que buscaban nuestros capitanes submarinistas: un supuesto dispositivo colocado por los estadounidenses (…), algo importante perdido durante unas maniobras o realizaban pruebas de equipos nuevos», especulaba Felguengauer.
A su vez, otro experto militar ruso Alexandr Goltz señaló que la presencia de muchos militares de alto rango en el mismo sitio indica que la misión que estaban realizando solo se podía encargar a «personas con una gran experiencia».
A falta de una confirmación oficial, varios medios informaron de que los 14 tripulantes del submarino fallecidos en el accidente de este lunes serán enterrados en el cementerio de Serafimovski de San Petersburgo, donde descansan los restos de los 118 marineros que perecieron en la tragedia del submarino Kursk, en 2000.
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