Un hombre ruso que ofreció vender información perjudicial sobre Hillary Clinton a representantes de la campaña del entonces candidato presidencial Donald Trump, reveló en documentos judiciales anteriores que había sido un informante del FBI durante mucho tiempo.
El hombre, Henry Greenberg, ofreció vender información no especificada por USD 2 millones a fines de mayo de 2016, pero el asociado de la campaña presidencial de Trump se negó.
Greenberg, quien también usó el nombre Oknyansky, presentó dos docenas de documentos ante un tribunal federal en 2015, mostrando que un agente del FBI facilitó repetidamente su ingreso a Estados Unidos con una visa especial para personas que ayudan a las fuerzas del orden público.
«Cooperé con el FBI durante 17 años, a menudo puse mi vida en peligro», dijo en una declaración judicial bajo juramento el 18 de agosto de 2015.
Nueve meses más tarde, llegó sin invitación a la inauguración de una galería en Florida, organizada por una firma de relaciones públicas dirigida por Michael Caputo, que trabajaba en ese momento para la Campaña Trump. Allí, se acercó al socio comercial de Caputo, Sergey Petrushin, y dijo que tenía información útil para la Campaña.
Petrushin le dijo a Washington Post que llamó a Caputo y le pasó el teléfono a Greenberg.
Caputo le dijo al periódico que el acento ruso de Greenberg no levantó sus sospechas. En ese momento, hablar con los rusos no se consideraba controvertido aún, y el propio Caputo fue un consejero de Boris Yeltsin, el primer presidente ruso poscomunista.
«Permítame que alguien lo verifique por usted», recordó Caputo que le dijo a Greenberg.
Luego conectó a Greenberg con Roger Stone, que vivía en Florida.
Stone es un estratega y lobista republicano que trabajó desde el principio en la campaña de Trump y que durante mucho tiempo fue asesor del candidato. Sin embargo, Trump despidió a Stone de su campaña en agosto de 2015.
Stone se reunió con Greenberg el 29 de mayo de 2016, en la ciudad de Sunny Isles. Stone le dijo al Post que Greenberg fue con una camiseta de Trump y un sombrero de Make America Great Again.
Cuando Greenberg hizo su oferta, Stone le dijo: «No entiendes a Donald Trump. … Él no paga por nada».
Él dijo que los dos luego se separaron.
Tanto Stone como Caputo dijeron que dejaron la reunión fuera de sus mentes.
Pero el mes pasado, Caputo fue interrogado sobre la reunión por el equipo del asesor especial Robert Mueller, que está investigando la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y las acusaciones de una campaña presidencial de Trump en colusión con el Kremlin.
Caputo dijo que la gente de Mueller estaba muy interesada en su contacto con Greenberg y aparentemente tuvo acceso a mensajes de texto entre Stone y Caputo desde mayo de 2016, dos meses antes de que el FBI alegara filtraciones al New York Times, para iniciar la investigación Trump-Rusia.
Los fiscales le mostraron a Caputo los siguientes textos desde el 29 de mayo de 2016:
Caputo: ¿Cuán loco es el ruso?
Stone: Quiere mucho & $ por la información: pérdida de tiempo
Caputo: La manera rusa. ¿Algo interesante?
Stone: No
Caputo dijo que los mensajes refrescaron su memoria y desde entonces su abogado envió una carta al Comité de Inteligencia de la Cámara para enmendar su testimonio anterior, donde Caputo negó haber recibido ofertas de información rusa de la campaña de Clinton.
Greenberg reconoció haberse reunido con Stone, pero dijo que no quería dinero y que solo acompañó a su amigo ucraniano, Alexei, un ex empleado descontento con la Fundación Clinton, que quería hablar. La Fundación Clinton negó haber empleado a alguien llamado Alexei. Greenberg dijo que su amigo ya se mudó a Ucrania y que no está más en contacto con él.
Stone dijo que Greenberg vino solo.
Caputo y Stone creen que la oferta de Greenberg fue arreglada por el FBI, algo que Greenberg negó.
Caputo contrató a un investigador privado para investigar los antecedentes de Greenberg.
El investigador recopiló extensos registros judiciales, artículos de medios y publicaciones en redes sociales que mostraron que Greenberg, de 59 años, tiene un extenso historial criminal en Estados Unidos, de asalto con armas mortales, robo, asalto, conducción en estado de ebriedad y violencia doméstica, y al menos dos cargos de robo en Rusia, por un total de USD 5 millones.
En los documentos judiciales de 2015, Greenberg dijo que dejó de trabajar con el FBI en 2013 después de que su coordinador se retiró y la oficina del FBI en Miami no cumplió la promesa de obtenerle una visa de inmigrante; en cambio lo entregó a la Seguridad Nacional para su deportación.
Sin embargo, no ha sido deportado desde entonces.
«Ello refuerza la credulidad de que los servicios de inmigración de Estados Unidos permitan que un extranjero aparte del estatus de violento, sea arrestado cuatro veces en dos estados, y permanezca en el país sin supervisión», señaló el investigador, y sugirió que Greenberg ha sido protegido de la deportación por un acuerdo con el gobierno.
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