NANTERRE, Francia—Sarah Sjöström se quitó las gafas, echó un rápido vistazo al marcador y liberó todas sus emociones. Golpeó el agua en señal de triunfo, se sentó en la línea de meta y levantó la barbilla y los brazos.
La aclamada nadadora de velocidad sueca saltó fuera de la piscina, saludó con la mano y se cubrió la cara, convencida de que había ganado los 100 metros libres el miércoles por la noche.
Sjöström comenzó su laureada carrera olímpica a los 15 años en Beijing, y ahora vuelve a ser campeona olímpica a los 30 en París.
Bastante impresionante para alguien que ni siquiera quería nadar los 100, una prueba en la que tiene el récord mundial desde 2017.
“Esto es increíble. No creía que fuera a nadar los 100 metros libre, de verdad”, dijo Sjöström. “Después del relevo de estilo libre del primer día se lo dije directamente a mi entrenador: ‘No, no creo que los 100 libres sean para mí, quiero hacer los 50, quiero descansar hasta los 50’. Y él me dijo: ‘De ninguna manera, tienes que salir ahí y ver lo que puedes hacer sin importar el resultado’”.
Es la segunda medalla de oro de su carrera en sus quintos Juegos Olímpicos.
Sjöström tocó la pared a los 52.16 segundos, superando a la medallista de plata estadounidense Torri Huske, que terminó en los 52.29, mientras que Siobhan Bernadette Haughey, de Hong Kong, se hizo con el bronce a los 52.33.
“Creo que mi reacción lo dijo todo”, declaró Sjöström. “Realmente no sabía dónde estaba exactamente cuando terminé. Tardé unos segundos en ver que había ganado. Simplemente sentí que había hecho una carrera realmente buena y que estaba en mi zona, concentrada al 100 por ciento en todos los detalles con los que he estado trabajando”.
Sus entrenadores la convencieron para que probara los 100 libre al comienzo de la competición de natación el pasado fin de semana.
¿Discutió?
“Sí, claro que sí”, dice sonriendo.
Sjöström había pensado centrarse en los 50 libres en París. Por supuesto, está encantada de haber cambiado de opinión, o de que se la hayan cambiado.
Se quedó rezagada a mitad de camino.
“No sabía exactamente lo que podía hacer y, desde luego, no sabía lo que podían hacer los demás”, dice. “Estoy muy orgullosa de haberlo intentado”.
Cinco veces ganadora olímpica y poseedora de tres récords mundiales actuales (los 50 mariposa y los 100 y 50 libres), fue campeona de los 100 metros mariposa en Río de Janeiro hace ocho años.
“Tengo siete medallas de plata en campeonatos del mundo y la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 2016”, dijo Sjöström. “Así que eso dice mucho. No tengo más palabras”.
En su vuelta de la victoria alrededor del estadio de La Defense, Sjöström levantó en un momento dado la bandera sueca en el aire y se detuvo repetidamente para hacerse selfies con los aficionados.
Ahora tendrá unos días para descansar y volver a centrarse en los 50 libre, que se disputan el domingo en la última jornada de natación de estos Juegos.
Es la prueba que mejor conoce, su zona de confort.
“Ese siempre ha sido mi reto cuando se trata de los 100 libres, porque realmente necesito centrarme en el patrón de respiración”, dijo Sjöström. “Cuando hago los 50 libre no hay ningún problema, así que simplemente bajo la cabeza, giro el brazo y nado rápido”.
Por Janie McCauley
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