Se están llevando a cabo conversaciones muy cautelosas en busca de una coalición en el 117º Congreso para destituir a Nancy Pelosi (D-Calif.) como presidenta de la Cámara. Se están celebrando reuniones entre los republicanos de la Cámara y 10 demócratas que votaron en contra de que Pelosi se convirtiera en presidenta en 2019.
«Se está realizando un esfuerzo serio para evitar que Pelosi se convierta en presidenta, respaldado por el Partido Republicano y los demócratas que están perturbados por la adopción de la retórica extrema y las políticas de su partido como ‘desfinanciar a la policía'», dijo a The Epoch Times el 30 de diciembre, un veterano asistente del Congreso que asesora a varios miembros del Congreso.
“Las probabilidades de éxito son menos de 50-50, sin embargo, es uno de los desafíos de liderazgo más intrigantes que han surgido en las últimas décadas”, dijo el asistente, quien habló bajo condición de anonimato.
El asistente se negó a proporcionar detalles de quién de cada partido participa en las negociaciones porque de hacerlo probablemente haría imposible que las conversaciones continúen.
Los portavoces de Pelosi y el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), no respondieron a la solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Pelosi a inicios de esta semana dijo a los periodistas que cree que tiene la presidencia «cerrada». Es probable que la presidencia se decida cuando el 117° Congreso se reúna oficialmente el 3 de enero de 2021.
El control de Pelosi en la presidencia —se convirtió en la primera mujer en la presidencia en 2007 y sigue siendo la única mujer en ocupar la poderosa posición que recuperó en 2019— podría verse comprometido si las conversaciones furtivas tienen éxito, debido a los inesperados logros republicanos en las elecciones de noviembre y los 10 demócratas que anteriormente se opusieron a su reelección.
Pelosi y otros demócratas esperaban obtener de 10 a 25 escaños para ser agregados a la mayoría que obtuvieron en 2018, pero cuando se contaron los votos, fueron los republicanos quienes obtuvieron al menos 10 escaños. También lideran en las dos contiendas disputadas restantes.
Los 10 demócratas incluyen a los representantes Abigail Spanberger de Virginia, Elissa Slotkin de Michigan, Mikie Sherrill de Nueva Jersey, Kurt Schrader de Oregon, Kathleen Rice de Nueva York, Conor Lamb de Pensilvania, Ron Kind de Wisconsin, Jared Golden de Maine, Jason Crow de Colorado y Jim Cooper de Tennessee.
Contando votos
Si los 432 miembros de la Cámara de Representantes que han tenido elecciones sin oposición a partir de noviembre se presentan físicamente como lo exige la Constitución, Pelosi tendría que obtener al menos 216 votos para mantener la presidencia. La Cámara tiene actualmente 434 miembros debido a la muerte el 29 de diciembre del representante Luke Letlow (R-La.)
Pero casi dos docenas de demócratas de la Cámara de Representantes han permanecido fuera de la capital de la nación durante la mayor parte o la totalidad de los últimos seis meses debido al virus del PCCh que causa la enfermedad COVID-19.
Uno de ellos, el representante Rick Larsen (D-Wash.), anunció el 23 de diciembre que dio positivo por el virus y, por lo tanto, comenzaría a votar por poder. No se permite la votación por poder en la votación de la presidencia en el pleno de la Cámara.
Si otros demócratas votan por poder debido a la preocupación por el virus, el quórum requerido para la votación podría ser incluso menor. Si el número llega a 214, una coalición solo tendría que obtener los votos de cuatro de los 10 demócratas y los 211 republicanos para destituir a Pelosi.
Un alto asistente republicano de la Cámara de Representantes que pidió no ser identificado dijo a The Epoch Times el 30 de diciembre que “no sorprende que los demócratas quieran huir del liderazgo fallido de la presidenta Pelosi. Desde su impeachment infundado hasta su demora innecesaria para la ayuda del coronavirus, está claro que no debería ser presidenta de la Cámara».
Reacciones
Los estrategas de la campaña demócrata se mantuvieron inusualmente callados sobre la posibilidad de que se formara una coalición contra Pelosi.
Sin embargo, varios estrategas republicanos no dudaron en hablar, pero sus puntos de vista estaban lejos de ser unánimes.
Brian Darling, exasesor principal del senador Rand Paul (R-Ky.) y fundador de Liberty Government Affairs, dijo a The Epoch Times el 30 de diciembre que las habilidades de Pelosi para recabar votos son bien conocidas, pero puede que no sea suficiente.
“La presidenta necesita una mayoría de los presentes y votantes para obtener la mayoría, y si una coalición vota ‘presente’ como voto de protesta, es probable que la coalición pueda negociar con Pelosi concesiones sobre las reglas y los presidentes de los comités o la coalición con los republicanos para elegir a un presidente diferente”, dijo.
«Esto último es poco probable, pero si Pelosi pierde en la primera votación, su poder se diluirá y es posible que simplemente se haga a un lado para un nuevo presidente».
Matt Mackowiak, un estratega republicano radicado en Washington, D.C. y Austin, Texas, que también es un veterano asistente del Congreso, dijo a The Epoch Times que duda que Pelosi pierda. «Ella obtendrá los votos que necesita, pero estará cerca».
Las voces conservadoras veteranas de defensa también expresaron opiniones divergentes sobre el tema.
David Williams, presidente de Taxpayers Protection Alliance, dijo a The Epoch Times que una derrota de Pelosi podría resultar en más cooperación y menos divisiones en la Cámara.
«Si esto sucede, es de esperar que signifique que los contribuyentes tendrán una voz más fuerte en la Cámara y el lado de extrema izquierda del Partido Demócrata tendrá menos influencia», dijo Williams.
«Cualquier oportunidad de recuperar la responsabilidad fiscal es una señal bienvenida, asumiendo que esta nueva coalición tendría la responsabilidad fiscal como uno de sus principales objetivos».
Sin embargo el presidente de Americans for Tax Reform, Grover Norquist, dijo que la estrategia de coalición no tiene sentido para las perspectivas electorales a largo plazo de los republicanos y podría ser peligrosa para los demócratas involucrados en la iniciativa anti-Pelosi.
“¿Por qué querrían los republicanos dejar sus huellas dactilares en el liderazgo de la Cámara? Su objetivo es señalar el liderazgo demócrata de izquierda, incompetente y fallido durante los próximos dos años”, dijo Norquist.
«Los republicanos quieren una diferenciación clara y brillante entre los demócratas y los republicanos a partir de 2022, cuando hay todas las razones para creer que los republicanos deberían recuperar la mayoría».
Norquist también dijo que «jugar en las batallas de liderazgo del otro partido hace que sea difícil distinguir las camisas de las pieles», y dijo que «cualquier grupo de demócratas que votó en contra de Pelosi sería blanco de la oposición primaria. E incluso los demócratas en distritos de tendencia republicana tienen mayorías primarias de izquierda».
El presidente de Americans for Limited Government, Rick Manning, señaló que las dos elecciones de segunda vuelta del Senado de Georgia, que se decidirán el 5 de enero de 2021, son más importantes para los republicanos que la disputa de la presidencia de la Cámara.
“Pelosi es una maestra en conseguir 218 votos para políticas radicales y, dado su éxito en mantener unido su caucus durante los últimos dos años cuando muchos de ellos representaban distritos ganados por el presidente Donald Trump, creo que la mejor manera de detener a los socialistas es derrotar a sus dos candidatos al Senado en Georgia y, al menos temporalmente, poner en juego sus corazones”, dijo Manning a The Epoch Times.
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