La secretaria de Educación, Betsy DeVos, reveló su visión para el futuro de los programas de préstamos estudiantiles del gobierno federal, y propuso convertir la oficina de Ayuda Federal para Estudiantes (FSA) en una agencia similar a un banco independiente de su departamento.
Supervisando más de USD 1,5 trillones en préstamos pendientes a 42 millones de prestatarios, la FSA se ha convertido en el principal prestamista de consumo del país, según DeVos en un discurso pronunciado el martes en la Conferencia Federal de Capacitación sobre Ayuda Estudiantil en Reno, Nevada. Ella argumentó que el Departamento de Educación debería salir del negocio bancario.
«El Congreso nunca estableció al Departamento de Educación de los EE.UU. para que fuera un banco, ni definió a la secretaria de educación como la ‘principal banquera’ de la nación», dijo DeVos, aclarando el papel que su departamento debería desempeñar en el negocio de préstamos estudiantiles. «Pero eso es efectivamente lo que el Congreso espera basado en sus políticas».
DeVos dijo a la multitud que el problema inherente con la ayuda estudiantil administrada por el gobierno radica en la estructura de la FSA, que está «configurada para servir a los políticos y sus políticas». A medida que el Congreso y las administraciones pasadas continuaron interfiriendo con los programas de préstamos estudiantiles, la FSA se ha convertido en un desastre engorroso que confunde a los estudiantes y a los padres.
Cuando los graduados comienzan a pagar sus préstamos federales, según DeVos, se enfrentan a ocho planes de pago diferentes, cada uno con diferentes requisitos de elegibilidad. Hay al menos 30 opciones de aplazamiento, 14 programas de condonación de préstamos y 11 proveedores diferentes, cada uno viene con sus propios sitios web, números de teléfono y formularios para completar.
“¿Es sorprendente … que tanto el principal como los intereses se estén pagando actualmente por solo uno de cada cuatro préstamos? ¿Casi 11 millones de prestatarios tienen préstamos morosos o en mora? ¿Y el 43 por ciento de todos los préstamos se consideran ‘en apuro?'», preguntó.
El plan de DeVos para abordar el problema implica convertir a la FSA en una entidad independiente algo similar a la Reserva Federal, o en sus propias palabras, «una corporación gubernamental independiente, dirigida por una Junta de Gobernadores profesional, experta y apolítica».
La propuesta, aunque lejos de ser detallada, permitiría que la revisada burocracia de préstamos estudiantiles establezca sus propias reglas para planes de pago y opciones de condonación sin tener que responder al Congreso, de modo que realmente pueda enfocarse en proporcionar a los estudiantes mejores servicios.
Hacer reformas tan radicales a una burocracia federal requeriría en última instancia la aprobación de un Congreso cada vez más partidista, que está tratando de avanzar en un proceso de juicio político contra el jefe de DeVos.
«El presidente Trump y esta administración están comprometidos a transformar la Ayuda Federal para Estudiantes para los estudiantes», dijo DeVos. «El Congreso debe unirse a nosotros para que esto suceda».
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