La secretaria de prensa de la administración Biden, Jen Psaki, informó a los reporteros de la Casa Blanca el lunes sobre el tema de los recientes disturbios al noroeste del Pacífico.
La prensa le preguntó a Psaki por qué Joe Biden criticó los disturbios antes de convertirse en presidente, pero no ha dicho nada desde entonces. El grupo de extrema izquierda Antifa destrozó edificios y se enfrentó contra la policía en Portland, Oregón y Seattle, Washington el 20 de enero. También prendieron fuego y rompieron ventanas de negocios en Tacoma, Washington, el domingo por la noche.
“El presidente Biden condena la violencia y cualquier violencia en los términos más fuertes posibles. Las protestas pacíficas son la piedra angular de nuestra democracia, pero romper ventanas no es protestar ni tampoco lo es saquear”, respondió Psaki.
“Acciones como estas son totalmente inaceptables y cualquier persona que haya cometido un delito debe ser procesada en la mayor medida posible. Nuestro equipo, por supuesto, lo está monitoreando muy de cerca”, agregó Psaki.
Algunos republicanos han criticado que sus homólogos demócratas no han condenado los disturbios en Portland y Seattle.
«Estoy esperando que el presidente Biden condene la violencia, los saqueos, y los incendios provocados hace dos días en los estados de Oregon y Washington», escribió el jueves el senador Chuck Grassley (R-Iowa).
Los miembros de Antifa rompieron la puerta de vidrio y las ventanas de la oficina comercial del Partido Demócrata en Portland, pintando con aerosol un símbolo anarquista sobre el letrero del partido. Según los medios, los protestantes volcaron botes de basura alrededor y les prendieron fuego. Los activistas de Antifa marcharon con pancartas que decían: “No queremos a Biden. Queremos venganza por los asesinatos policiales, guerras imperialistas y masacres fascistas” y “No somos gobernables”, junto con numerosos símbolos de anarquía.
El Partido Demócrata de Oregón emitió un comunicado luego de la violencia.
“Estamos frustrados y decepcionados por el daño hecho a nuestra sede del Partido Demócrata de Oregon en Portland esta tarde. Estamos agradecidos de que ninguno de nuestro personal estuviera en el edificio en ese momento. Esta no es la primera vez que nuestro edificio es objeto de actos de vandalismo durante el año pasado; ninguno de los incidentes anteriores nos ha disuadido de nuestro importante trabajo para elegir demócratas en las boletas electorales, y este no será diferente».
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