El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visitó Afganistán el jueves, menos de 24 horas después de que el presidente Joe Biden anunciara que todas las tropas estadounidenses abandonarían el país el 11 de septiembre.
Blinken se reunió en Kabul, sin previo aviso, con el presidente del país, Ashraf Ghani, y con otro alto funcionario, Abdullah Abdullah.
El mensaje general fue que Estados Unidos seguirá apoyando a Afganistán aunque la administración planea retirar todas las tropas.
«Hemos logrado el objetivo que nos propusimos hace casi 20 años. Nunca pretendimos tener una presencia militar permanente aquí. La amenaza de Al Qaeda en Afganistán se ha reducido considerablemente. Osama bin Laden ha sido llevado ante la justicia. Después de años de decir que nos iríamos militarmente en algún momento. Ese momento ha llegado. Pero incluso cuando nuestras tropas vuelvan a casa, nuestra asociación con Afganistán continuará», dijo Blinken a los periodistas durante una conferencia de prensa.
Biden dijo un día antes que la acción militar original de 2001, que respaldó como senador, tenía un objetivo claro y la causa era justa.
Pero ya en 2008, cuando Biden, entonces vicepresidente electo, y el presidente entrante, Barack Obama, viajaron a Afganistán, Biden dijo que veía que una «fuerza militar estadounidense interminable no podía crear ni sostener un gobierno afgano duradero».
«Tras consultar detenidamente con nuestros aliados y socios, con nuestros líderes militares y personal de inteligencia, con nuestros diplomáticos y nuestros expertos en desarrollo, con el Congreso y la vicepresidenta, así como con el Sr. Ghani y muchos otros en todo el mundo, he llegado a la conclusión de que es hora de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos. Es hora de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa», añadió.
La retirada ya estaba fijada para este año en virtud de un acuerdo negociado durante la Administración Trump, siempre que los talibanes mantuvieran bajos niveles de violencia. Sin embargo, las autoridades militares han puesto en duda en repetidas ocasiones que los talibanes cumplan esas condiciones.
Blinken advirtió que los talibanes deben entender que cualquier ataque a las fuerzas estadounidenses mientras se retiran será respondido con la fuerza, pero admitió que es hora de que otras partes asuman las principales responsabilidades para allanar un camino hacia adelante.
«Es muy importante que los talibanes reconozcan que nunca será legítimo y nunca será duradero si rechazan un proceso político e intentan tomar el país por la fuerza», dijo a los periodistas.
Una lectura de la reunión del secretario de Estado con Ghani dijo que los funcionarios discutieron «nuestra inversión compartida en Afganistán y la importancia de preservar los logros de los últimos veinte años, especialmente en la construcción de una sociedad civil fuerte y la protección de los derechos de las mujeres y las niñas» y «la cooperación antiterrorista y nuestro compromiso compartido para garantizar que Al Qaeda nunca recupere un punto de apoyo en Afganistán».
Ghani dijo a Blinken que los líderes afganos «respetan la decisión» de Estados Unidos sobre la retirada y «estamos ajustando nuestras prioridades», reportó Associated Press.
Blinken también se reunió con Abdullah, el presidente de la Alta Comisión para la Reconciliación Nacional de Afganistán, para repasar el trabajo continuo hacia un cese del fuego permanente entre los talibanes y el gobierno afgano.
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