El secretario general, António Guterres, se dirigió el lunes a las Naciones Unidas para advertir a los líderes mundiales de que no acepten nuevas importaciones de carbón o gas natural por la ventaja económica a corto plazo de aliviar el coste de la vida de los ciudadanos en detrimento de las consideraciones medioambientales, advirtiendo de los supuestos peligros inminentes del cambio climático según las previsiones de los modelos de predicción del IPCC.
“Los países podrían verse tan consumidos por la brecha inmediata en el suministro de combustibles fósiles que descuiden o rechacen las políticas para reducir el uso de combustibles fósiles”, dijo Guterres en un discurso pregrabado en la Cumbre de Sostenibilidad Económica de la ONU, con representantes de las principales naciones industrializadas del mundo.
La invasión rusa a Ucrania el mes pasado ha conmocionado a toda la industria de los combustibles fósiles, ya que las líneas de suministro de Europa del Este se han interrumpido y las sanciones de la OTAN han privado al mundo de las exportaciones de combustibles fósiles rusos.
Mientras tanto, la economía mundial se ha esforzado por encontrar alternativas a los combustibles fósiles rusos, mitigando el impacto de la invasión y las sanciones en la economía global. Sin embargo, Guterres instó a las naciones a dar prioridad a la reducción de las emisiones de carbono y a la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles.
«A medida que las principales economías persiguen una estrategia de ‘todo lo demás’ para reemplazar los combustibles fósiles rusos, las medidas a corto plazo podrían crear una dependencia a los combustibles fósiles a largo plazo y cerrar la ventana a 1.5 grados», dijo Guterres.
Desde que asumió el cargo en 2017, Guterres ha enfrentado críticas por su silencio sobre la persecución a los uigures por parte de la China comunista y la limpieza étnica de los rohingya en Myanmar. Quizás buscando rehabilitar su imagen de estas críticas, el socialista portugués ha hecho de la política climática una de las principales prioridades de su administración y ha instado con frecuencia a las naciones a cumplir los objetivos establecidos en los Acuerdos Climáticos de París de 2015.
Guterres también enfatizó la importancia de la cooperación internacional, desalentando a las naciones a echarle la culpa a sus pares en la asamblea internacional.
“No podemos señalar con el dedo mientras el planeta arde”, dijo Guterres.
Los comentarios del Secretario General son consistentes con un creciente coro de voces en las instituciones internacionales, que argumentan que las naciones y los individuos deben reducir las emisiones de carbono, incluso si hacerlo tiene un costo personal o económico considerable. La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía publicó su Plan de 10 Puntos para Reducir el Uso de Petróleo, que prescribe un conjunto de restricciones y sacrificios para reducir el consumo de combustible.
Las acciones prescritas en el Plan de 10 Puntos incluyen reducir los límites de velocidad en al menos 10 km/h, prohibir el uso de automóviles privados un día a la semana y prohibir la circulación de automóviles con placas pares o impares en un horario diario alterno.
Sin embargo, para los críticos de estas políticas tecnocráticas, tales medidas ordenadas por el gobierno para frenar las emisiones imponen una carga excesivamente onerosa a la gente común, que se verá obligada a pagar los costos financieros y de conveniencia de tales medidas, como sucedió con los bloqueos por el COVID-19.
No obstante, líderes mundiales como la AIE y Guterres han seguido presionando por estas medidas, argumentando que reducir las emisiones es la clave para una política ambiental sostenible.
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