Aunque el Servicio Secreto de EE.UU. frustró el aparente plan de un hombre armado que buscaba dispararle al expresidente Donald Trump mientras jugaba al golf el 15 de septiembre, el incidente se suma a las preocupaciones por fallos de seguridad anteriores, según declararon a The Epoch Times agentes de policía con décadas de experiencia.
Las debilidades de seguridad altamente publicitadas, que salieron a la luz después del primer intento de asesinato contra el 45º presidente el 13 de julio, podrían envalentonar a los “imitadores”, especialmente en medio de la acalorada campaña presidencial de 2024, dijo Billy Ray Hunter, un exoficial de SWAT en el condado de Alachua, Florida.
“Rezo para que éste sea el último [pero] estoy realmente preocupado porque no creo que se haya acabado”, dijo en una entrevista el 17 de septiembre, dos días después del segundo incidente. “Los enemigos han visto la incapacidad para protegerle”.
Tanto Hunter como James Tignanelli, presidente de la Asociación de Agentes de Policía de Michigan, le dijeron a The Epoch Times que es evidente que los agentes no tomaron algunas medidas básicas para asegurar el campo de golf y garantizar la seguridad de Trump.
También comentaron su preocupación por las circunstancias que rodearon el intento de asesinato del 13 de julio en el que murió un espectador y resultaron heridas otras tres personas, entre ellas Trump, en un mitin en Butler (Pensilvania). El equipo de contrafrancotiradores del Servicio Secreto de EE.UU. respondió al fuego y mató al presunto pistolero.
La mayor preocupación de Tignanelli en ambos incidentes era la falta de comunicación y coordinación entre los agentes federales y los locales, un problema que ve “una y otra vez”, a pesar de que quedó al descubierto durante los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Ese fue uno de los principales impulsos para crear el Departamento de Seguridad Nacional, señaló, pero sigue siendo un problema sin resolver.
El director en funciones del Servicio Secreto, Ronald Rowe, defendió el 16 de septiembre las acciones de su agencia para proteger a Trump en el campo de golf, afirmando que las medidas desplegadas fueron eficaces. Señaló que el presidente Joe Biden dirigió mayores recursos para la protección a Trump tras el tiroteo de Butler, incluidos contrafrancotiradores, agentes de contravigilancia, equipos de contraataque y drones, que se desplegaron en el campo de golf, dijo Rowe.
La huella de seguridad fuera del campo de golf de Trump “no era muy diferente” de cuando él estaba en el cargo, dijo Rowe.
La vicepresidenta Kamala Harris dijo el 17 de septiembre que confía plenamente en el Servicio Secreto.
Rowe consideró un éxito que Trump saliera ileso después de que un agente detectara el arma del sospechoso y le disparara en el Trump International Golf Club de West Palm Beach (Florida). El sospechoso huyó. Las autoridades dijeron que el sospechoso Ryan Wesley Routh no tenía línea de visión sobre Trump, quien estaba a varios cientos de metros de distancia.
Hunter, que trabajó en misiones de seguridad de protección durante casi 20 años, coincidió en que la rápida actuación de los agentes fue encomiable. Pero Routh, de 58 años, que fue detenido más tarde, estuvo en el mismo lugar a lo largo de la línea de la valla oculta por la maleza en el campo de golf durante casi 12 horas, según una declaración jurada de la policía. Si los agentes hubieran inspeccionado el perímetro del campo de golf, se habrían percatado de la presencia de Routh, afirmó Hunter.
“Eso es básico, hacer un control del perímetro… Yo diría que eso es ‘Servicio de protección 101’”, dijo, y añadió que los agentes deben dar prioridad a la seguridad de cualquier zona que pueda suponer un riesgo para la seguridad, como un edificio (como fue el caso de Butler) o una zona boscosa, como la del campo de golf.
Rowe dijo que la visita de Trump al campo de golf fue un “movimiento extraoficial”, es decir, que no estaba en su agenda oficial, lo que implica que los agentes no tuvieron mucho tiempo para preparar su salida.
Pero Tignanelli y Hunter sostienen que no habría llevado mucho tiempo inspeccionar el perímetro y pedir ayuda a la policía local.
Tignanelli dijo que, según su experiencia, “las agencias federales no quieren decirte lo que están haciendo”.
“Es absurdo por su parte”, dijo, y añadió que la situación no ha cambiado durante sus cuatro décadas en las fuerzas del orden.
La policía local suele ser la que “atrapa a los malos”, dijo Tignanelli, señalando que eso es lo que ocurrió después de que el sospechoso huyera del campo de golf de Florida.
Hunter dijo que tenía entendido que el sospechoso podría haber escapado si no hubiera sido por una persona observadora que lo vio huyendo del campo de golf y tomó fotos del vehículo, incluida la matrícula, para la policía.
En el tiroteo de Butler, las fuerzas de seguridad locales advirtieron por primera vez la presencia del pistolero una hora antes de que Trump subiera al escenario y lo comunicaron al mando media hora después. El Servicio Secreto no fue alertado hasta cinco minutos antes de que Trump subiera al escenario, mientras que los contrafrancotiradores del Servicio Secreto fueron avisados 90 segundos antes del tiroteo.
Los agentes federales y la policía local “no se comunicaban en la misma frecuencia de radio”, dijo Tignanelli. “Hace 40 años sabíamos que no era así”.
Los sistemas de radio se pueden configurar “para que podamos compartir información… podemos mantener la privacidad o escuchar”, dijo.
El representante Mike Kelly (R-Penn.), presidente de un grupo de trabajo del Congreso que está investigando el intento de asesinato de Butler, le dijo a The Epoch Times el 16 de septiembre que ambos incidentes parecen haber estado plagados de aparentes deficiencias en los preparativos de seguridad antes de la llegada de Trump. Dijo que ahora es probable que el grupo de trabajo bipartidista amplíe su investigación actual para incluir el incidente de Florida.
El 17 de septiembre, siete senadores republicanos le escribieron a Rowe pidiendo que Trump recibiera el mismo nivel de protección del Servicio Secreto que los presidentes en ejercicio. Dijeron que los sucesos del campo de golf demostraban que “Trump no cuenta con el dispositivo de protección del Servicio Secreto acorde con el entorno de amenazas existente”.
El 16 de septiembre, Biden dijo que el Servicio Secreto “necesita más ayuda”, antes de sugerir que el Congreso debería responder a las necesidades de la agencia. Tanto el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, como el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, han dicho que están considerando la posibilidad de impulsar fondos adicionales para la agencia.
Rowe dijo que estaba hablando con el Congreso para conseguir más fondos para la formación y la contratación de más personal.
A raíz del incidente, Trump ha echado parte de la culpa a la retórica de los demócratas, citando los comentarios continuos que dicen de que él es “amenaza para la democracia”.
El 17 de septiembre, la Casa Blanca rebatió la acusación.
“El presidente y la vicepresidenta siempre han condenado enérgicamente la violencia en todas sus formas, incluida la violencia política”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. “Y desde luego nunca hemos alentado la violencia de ninguna manera”.
Tanto Biden como Harris condenaron el aparente intento de asesinato y la violencia política tras el incidente de Florida.
Kelly dijo que quiere averiguar qué se puede hacer para evitar que la gente tome acciones extremas, para garantizar que “estamos a salvo y seguros”.
“No sólo con nuestros candidatos presidenciales, sino también con la posición de Estados Unidos ante el mundo”, dijo Kelly. “Creo que somos demasiado vulnerables… Son tiempos muy peligrosos para Estados Unidos”.
Un portavoz del Servicio Secreto declinó hacer más comentarios.
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