Seis hombres fueron acusados el jueves de conspirar para secuestrar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, en un supuesto complot de extremistas antigubernamentales que estaban enojados por sus políticas de contención del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como nuevo coronavirus.
Un gran jurado federal impuso una acusación de conspiración contra los residentes de Michigan Adam Fox, Ty Garbin, Kaleb Franks, Daniel Harris y Brandon Michael-Ray Caserta, y Barry Croft Jr. de Delaware.
El fiscal federal Andrew Birge dijo en un comunicado que el cargo conlleva una pena máxima de cadena perpetua.
Los sospechosos fueron arrestados en octubre después de una investigación del FBI sobre supuestos planes de secuestrar a Whitmer en su casa de vacaciones en el norte de Michigan.
Los abogados defensores han argumentado que sus clientes eran «charlatanes» que no planeaban llevar a cabo el supuesto complot contra la gobernadora demócrata, según la acusación.
Durante una audiencia judicial en octubre, el agente especial del FBI Richard Trask testificó que los seis hombres estaban involucrados con organizaciones paramilitares, según la acusación.
Trask también dijo que el gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam, estaba entre los mencionados como objetivos potenciales durante una reunión de junio en Dublin, Ohio, a la que asistieron Croft y Fox, según la acusación.
La acusación también dijo que Fox y Garbin, líder de un grupo de Michigan llamado «Wolverine Watchmen», acordaron en la ciudad de Grand Rapids en Michigan, colaborar en el logro de «objetivos comunes».
Además de describir los planes para vigilar la casa de Whitmer y las tácticas para luchar contra su equipo de seguridad, la acusación dice que discutieron la destrucción de un puente cerca de la casa de Whitmer para evitar que la policía respondiera.
La acusación dice que Caserta escribió en un mensaje electrónico que si los hombres se encontraban con la policía durante una misión de exploración, «deberían darles a los oficiales una oportunidad para irse y matarlos si no obedecían».
Los sospechosos fueron arrestados después de que cuatro miembros programaron una reunión el 7 de octubre en Ypsilanti, Michigan, para reunirse con un agente encubierto del FBI y comprar explosivos y otros suministros, según la acusación.
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