Buzos de la Capitanía de Puertos de Perú encontraron este lunes el cuerpo del sexto militar ahogado en el río Ilave, en el sur del país, un día después de que una patrulla del Ejército intentó cruzar sus aguas para huir de un grupo de manifestantes antigubernamentales que los rodeó para expulsarlos de su localidad.
El cadáver del último cabo reportado como desaparecido, identificado como Carlos Quispe, de 22 años, fue ubicado por los buzos, la tarde de este lunes, en una zona profunda del río Ilave y aún en posesión de su fusil y su pesado equipamiento.
«Con la ubicación de los restos del cabo del Ejército Carlos Quispe Montalico concluyeron las labores de búsqueda y rescate iniciadas tras los lamentables hechos ocurridos en el río Ilave», informó el Ministerio de Defensa en su cuenta de Twitter.
«¡Honor y gloria a nuestro valeroso militar y sus cinco compañeros!», agregó el ministerio junto a los nombres de los fallecidos.
El cuerpo del uniformado fue trasladado a la morgue de esta ciudad, donde permanecen los restos de otros cinco militares fallecidos igualmente ahogados en el río cuando pretendían huir de los manifestantes que los superaron en número.
Fuentes en la zona confirmaron a EFE que, cuando los pobladores de Ilave vieron el domingo llegar a los militares, rechazaron su presencia en la localidad, pero una vez que observaron que se estaban ahogando en el río los ayudaron a salir del caudal.
Relataron que cuando los soldados llegaron convalecientes a la orilla fueron atendidos por los propios pobladores, que intentaron proteger sus vidas dándoles agua, ropa seca y hojas de coca, y también llevándolos a hospitales cercanos.
Además, como algunos de los soldados eran de la misma comunidad que los manifestantes, estos fueron recibidos por sus familiares preocupados por su estado de salud.
Horas antes, el Ministerio de Defensa (Mindef) había confirmado las muertes de los cabos Franz Canazas Cahuaya, Alex Quispe Serrano y Elvis Pari Quiso, y de los soldados Elías Lupaca Inquillas y Percy Castillo Pongo.
La región de Puno, en la que se encuentran Juli e Ilave, mantiene los bloqueos de caminos y paros de actividades desde enero pasado en que sus pobladores salieron a las calles a exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y una dura represión provocó la muerte de 18 personas en la vecina ciudad de Juliaca.
El Gobierno de Boluarte ha declarado el estado de emergencia en Puno, donde el control del orden interno está a cargo de las Fuerzas Armadas, con apoyo de la Policía Nacional de Perú (PNP).
Este lunes, el ministro de Defensa, Jorge Chávez, envió un oficio al presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, Diego Bazán, en el que solicitó presentarse ante ese grupo de trabajo «con el fin de informar sobre los lamentables hechos ocurrido en Puno».
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