El Senado de Estados Unidos aprobó el lunes por unanimidad una ley bipartidista para indemnizar a los funcionarios que fueron víctimas del «Síndrome de la Habana», una enfermedad neurológica que afectó a diplomáticos estadounidenses por posibles ataques ultrasónicos en Cuba.
La Ley de Ayuda a las Víctimas Estadounidenses Afligidas por Ataques Neurológicos (HAVANA Act), la cual fue redactada por los senadores Susan Collins (R-Maine) junto con el presidente del Comité de Inteligencia, Mark Warner (D-Va.), el vicepresidente Marco Rubio (R-Fla.), y Jeanne Shaheen (D-N.H.), autorizaran a la CIA y al Departamento de Estado que brinden apoyo financiero para las personas que sufrieron lesiones cerebrales por los posibles ataques de ondas energéticas.
“Demasiadas víctimas del ‘síndrome de La Habana’ han tenido que luchar contra la burocracia para recibir atención para sus heridas debilitantes», dijo Collins en un comunicado de prensa el 6 de junio.
Collins también agregó que se necesita «un enfoque de todo el gobierno para determinar qué es esta arma y quién la empuña para prevenir futuros ataques y proteger a los estadounidenses».
La senadora Shaheen también dijo que esta propuesta es un «paso importante» para que los servidores públicos de EE. UU. tengan acceso a los beneficios médicos que «necesitan y merecen».
Por su parte, el presidente del comité de inteligencia dijo que continuarán presionando para «obtener más respuestas sobre estos ataques misteriosos y debilitantes».
Asimismo, Rubio enfatizó que «es fundamental que nuestro gobierno determine quién está detrás de estos ataques y que respondamos”.
En los últimos meses, las autoridades estadounidenses han luchado por entender los misteriosos ataques desde que se notaron por primera vez en 2016, cuando el personal diplomático y de inteligencia en Cuba comenzó a reportar síntomas perturbadores que incluían presión o vibración en la cabeza, mareos, a veces seguidos de problemas visuales y dificultades cognitivas.
La Academia Nacional de las Ciencias la Ingeniería y la Medicina, publicó un informe el pasado diciembre donde mencionaba que más de 40 diplomáticos estadounidenses en Cuba, y al menos una docena en el Consulado de EE.UU. en Guangzhou, China «comenzaron a sufrir una variedad de síntomas inusuales (…) como ruido fuerte percibido, dolor de oído, presión o vibración intensa en la cabeza, mareos, problemas visuales y dificultades cognitivas».
“En general, la energía radiofrecuencia dirigida, especialmente en los casos con las primeras manifestaciones, parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos entre los que el comité ha considerado”, según el informe.
El informe no sugería que la energía de microondas formara parte de un plan deliberado dirigido al personal de Estados Unidos, pero señalaba que “la mera consideración de tal escenario suscita graves preocupaciones sobre un mundo con actores malévolos desinhibidos y nuevas herramientas para causar daño a otros, como si el gobierno de Estados Unidos no tuviera ya las manos llenas con las amenazas de origen natural”.
Gary Miliefsky, miembro fundador del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y editor de Cyber Defense Magazine, dijo al programa «The Nation Speaks» que está seguro de que algunos diplomáticos estadounidenses en Cuba fueron atacados hace años por algún tipo de arma ultrasónica.
“Absolutamente”, dijo Miliefsky cuando se le preguntó si pensaba que los síntomas de salud eran el resultado de acciones hostiles deliberadas.
“Grabaron los ruidos de fondo y los sonidos durante el ataque. Y me sonó exactamente como lo que se conoce como arma ultrasónica”, señaló.
El director de la CIA, William Burns, durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Inteligencia del Senado a finales de febrero, se comprometió a investigar el extraño fenómeno.
Con información del reportero Tom Ozimek.
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