Los legisladores de Virginia bloquearon el lunes uno de los proyectos de ley de control de armas propuestos por el gobernador demócrata, Ralph Northam, ya que el estado sigue siendo el centro de una feroz batalla en el debate de armas de la nación.
El Comité Judicial del Senado votó en contra del proyecto de ley de Northam, que convertiría en un delito grave «dejar imprudentemente un arma de fuego cargada y no asegurada» de manera que ponga en peligro a un menor.
Antes de la desaparición del proyecto de ley, la portavoz de Northam, Alena Yarmosky, dijo: «Este proyecto de ley mantendrá a los niños a salvo de armas de fuego cargadas y no aseguradas. Al igual que otras medidas de seguridad de armas de sentido común del gobernador Northam, es algo que todos, incluidos los propietarios responsables de armas, deberían apoyar».
Dos demócratas, los senadores estatales Creigh Deeds y Chap Petersen, se unieron a los republicanos para derrotar la medida. Mencionaron su preocupación de que los propietarios de armas respetuosos de la ley serían castigados injustamente.
El fallido proyecto de ley es uno entre otros ocho proyectos que Northam ha propuesto en un esfuerzo por reducir la violencia armada, pero que han tenido una fuerte oposición de activistas por los derechos de armas en todo el país.
Los senadores han insinuado que no puede aprobarse, al menos, otro proyecto de ley de control de armas respaldado por Northam, una prohibición de las llamadas armas de asalto como los populares rifles AR-15-syle.
Ambas cámaras han aprobado algunas de las medidas de control de armas propuestas por Northam y resolverán cualquier diferencia entre sus respectivas versiones en las próximas semanas. Estos incluyen limitar las compras de armas de fuego a una vez al mes, verificación de antecedentes universales antes de la compra de armas y una ley de bandera roja que permitiría a las autoridades quitarle armas temporalmente a cualquier persona que se considere peligrosa.
Las armas fueron un tema clave en las elecciones legislativas del año pasado—particularmente después de un tiroteo masivo en Virginia Beach que cobró una docena de vidas—en las que los grupos de control de armas financiaron, en gran, medida a los candidatos demócratas. Los demócratas obtuvieron el control total de la legislatura por primera vez en una generación.
Los intentos de aprobar leyes de bandera roja en Virginia, cuando los demócratas no tenían control en el senado, habían terminado en comités controlados por los republicanos antes de que pudieran avanzar a votos de pleno derecho, señaló The Associated Press.
El senador demócrata John S. Edwards, presidente del Comité Judicial de la Cámara del Estado, dijo a Newsweek: «Los demócratas creen que debemos tener restricciones razonables para proteger a las personas de la violencia armada», dijo. “La gente se movilizó debido a que pensaban que necesitábamos hacer algo. Tenemos electores que sienten que necesitamos proyectos de ley razonables para proteger al público frente a la violencia armada».
Sin embargo, numerosos municipios y oficinas del sheriff en Virginia se han declarado santuarios de la Segunda Enmienda, a la luz del impulso por el control de armas en la legislatura estatal.
Activistas por los derechos de las armas realizaron un mitin el 20 de enero en Richmond, Virginia. Las autoridades estimaron el número total de asistentes en 22,000, con alrededor de 6,000 que pasaron por la inspección de seguridad de la Policía para ingresar a Capitol Square, y unos 16,000 que permanecieron en el centro de Richmond.
El número de asistentes a la manifestación y la participación prevista de los supremacistas blancos y los grupos de milicias marginales aumentaron los temores de que el estado pudiera revivir los hechos violentos que ocurrieron en Charlottesville, 2017. En un intento por lidiar con la violencia potencial, Northam declaró un estado de emergencia temporal antes de la manifestación, restringiendo las armas del evento en Capitol Square. El evento se mantuvo pacífico y terminó sin incidentes importantes.
El reportero de The Epoch Times, Jack Phillips, y The Associated Press contribuyeron a este informe.
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