El Senado de México aprobó este miércoles el llamado «Plan B» de la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, que modifica varias leyes secundarias que promueven una reducción en el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE), aunque rechazaron la cláusula de “vida eterna” para los partidos.
Las modificaciones a la ley fueron aprobadas, en lo general y en lo particular, con 72 a favor y 50 en contra.
El dictamen contempla modificaciones a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, Ley General de Partidos Políticos, Ley Orgánica y del Poder Judicial de la Federación y expide la Ley General de Medios de Impugnación en Materia Electoral.
Los senadores se enfrascaron en una discusión de varias horas al defender sus posturas, aunque al final se logró la aprobación con una mayoría del oficialista partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados de los partidos del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM).
Mientras que el bloque opositor integrado por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y el Revolucionario Institucional (PRI) votó en contra.
Además, el debate resultó un tanto áspero debido a las constantes acusaciones tras el veredicto, el martes, sobre el extitular de la Secretaría de Seguridad Pública (2006-2012) Genaro García Luna, quien fue hallado culpable de narcotráfico en Estados Unidos.
El “Plan B” fue presentado por el presidente mexicano en diciembre, luego de que el Congreso rechazara su polémica reforma electoral con la que se proponía la creación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) para sustituir al actual INE, entre otras cosas.
Esta nueva propuesta incluía una cláusula de “vida eterna”, la cual señalaba que los partidos grandes podían traspasar parte de sus votos a los partidos chicos que tuvieran en su alianza o coalición para que conservaran el registro como partido político.
Sin embargo, dicha cláusula fue excluida del dictamen por considerar que los votos no deben convertirse en “mercancía política”.
Por su parte, los partidos de oposición criticaron la aprobación de la ley al considerar que es el “peor retroceso democrático de la historia de México”, afirmó Miguel Ángel Osorio Chong, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En tanto, Indira Rosales San Román, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), afirmó que este “Plan B” es “igual de dañino” que la propuesta original de reforma electoral por lo que es “un retroceso muy importante para la paridad”.
“Hoy vuelven a votar prácticamente lo mismo, ah bueno, quitan la famosa cláusula de “vida eterna”, donde ustedes (los senadores de Morena) dicen que no es transferencia, es distribución, algo totalmente distinto”, indicó.
Con las reformas a diversas leyes electorales se limita política y económicamente al INE y se compactan sus estructuras, así como algunas funciones del TEPJF.
El proyecto suprime duplicidad de funciones de áreas administrativas del INE y reduce de 300 oficinas distritales a 264.
También por primera vez se reconoce que los migrantes mexicanos o los residentes mexicanos que se encuentran en el extranjero van a poder votar por internet.
Además, establece las bases para el voto electrónico y por primera vez se suprime o se prohíbe que se hagan uso de instrumentos como los monederos electrónicos, como las tarjetas de prepago, que servían para coaccionar y para comprar el voto en la jornada electoral.
Otra disposición es que los partidos estarán obligados a garantizar candidaturas a grupos diversos, como jóvenes, indígenas, afromexicanos, migrantes, personas LGBT y personas con discapacidad.
El próximo domingo 26 de febrero organizaciones civiles, partidos políticos y legisladores de oposición convocaron a una movilización para protestar en contra de la reforma electoral. Se espera que más de 80 ciudades de México y el extranjero participen en estas marchas.
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