El senador Marco Rubio (R-Fla.) regresará a Washington después de frenar decisivamente el intento de su contrincante demócrata, la representante Val Demings (D-Fla.), de dar la sorpresa en su contienda electoral para el Senado de Estados Unidos.
Según una proyección de Decision Desk HQ, Rubio obtuvo el 56.4 % con 3.7 millones de votos, frente al 42.5 % de Demings 2.8 millones, tras el 86 % de los votos contados al cierre de esta edición. De esta manera se asegura un tercer mandato de seis años en el Senado y su segundo como miembro del estado de alto nivel en la cámara alta.
La contienda entre Rubio y Demings es una de las 34 elecciones para el Senado de EE. UU. que se celebraron en todo el país en donde el republicano de Florida nunca fue considerado entre los vulnerables que se ponían a prueba en las elecciones de medio período, en las que ambos partidos esperaban asegurarse una mayoría para romper el actual estancamiento de 50-50 asientos.
Rubio, de 51 años, nacido en Miami y elegido para el Senado en 2010 después de haber servido durante ocho años en la Cámara de Representantes de Florida, donde obtuvo el cargo de presidente de la Cámara de Representantes entre 2006 y 2008, proclamó en sus discursos de campaña que su reelección formaba parte de una «ola roja» de medio período que arrasaría en Florida y en todo el país.
Demings, una oficial de policía con 27 años de carrera y exjefe de policía de Orlando, elegida para la Cámara en 2016, realizó una campaña animada, pero siempre fue la menos favorecida. FiveThirtyEight, en su pronóstico dio a Rubio un 86 % de posibilidades de ganar. Rubio también lideró todas las encuestas desde junio, con ventajas que oscilaban entre los 6 y los 12 puntos porcentuales.
A su vez, Rubio ganó a pesar de que la campaña de Demings recaudó 25 millones de dólares más. Según su presentación ante la Comisión Federal de Elecciones (FEC) del 19 de octubre, la campaña de Demings recaudó 72.3 millones de dólares, gastó 68 millones y se quedó con 4.92 millones de dólares en efectivo. En el mismo día, la campaña de Rubio declaró en su presentación ante la FEC que había recaudado 46.6 millones de dólares, gastado 42.67 millones y mantenido 4.1 millones de dólares en efectivo.
La ventaja del dinero no consiguió dividendos en las urnas, donde en Florida hay ahora se cuentan 300,000 votantes republicanos registrados más que los demócratas. En cambio en 2018, los demócratas tenían 260,000 votantes registrados más que el GOP en el estado.
Rubio arremetió contra Demings por considerarla partidaria de las políticas del presidente Joe Biden que, según él, son las responsables de la inflación más alta de los últimos 40 años. Esto fue parte de una estrategia doble para atacar el historial de sus oponentes en el Congreso, al tiempo que promocionaba su carrera como legislador probado y eficaz. «I Get Things Done (Yo hago las cosas)».
Su campaña criticó a Demings por un historial de votos que se alinea «al 100 %» con las iniciativas de la administración Biden. También hizo hincapié en sus vínculos con la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.) —incluyendo su nombramiento como gestora del impeachment contra Trump— y su supuesto escaso apoyo a la seguridad fronteriza.
Demings promocionó su campaña electoral en las fuerzas policiales mientras abogaba por la ampliación de la atención sanitaria, la garantía del acceso al aborto, el «peligro para la democracia» y que Rubio posa como presunto adulador del expresidente Donald Trump.
Ella argumentó que los valores maleables de Rubio pueden ser manipulados por los extremistas y que sus opiniones moderadas reflejan mejor los valores y las necesidades de Florida.
Entre otras situaciones citadas en la campaña de Demings estaba que Rubio faltó al 9.2 por ciento de sus votaciones nominales en el Senado, más del triple del promedio de la cámara. Los anuncios de la «Jefa Demings», describieron la elección como «una elección entre un político de carrera que no se presenta a trabajar y un agente de la ley con 27 años de experiencia y con un historial probado de cumplimiento en Florida».
Rubio y Demings se enfrentaron cara a cara solo una vez durante la campaña, en un debate televisado el 11 de octubre en el Palm Beach State College de Lake Worth.
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