Varios senadores republicanos enviaron una carta al presidente de los Estados Unidos pidiendo imposición de sanciones contra el régimen de Nicaragua, tras la creciente persecución religiosa en el país centroamericano.
El senador Ted Cruz (R-TX), junto a Rick Scott (R-FL), Katie Britt (R-AL) y Tommy Tuberville. (R-L) enviaron una carta a Biden instándolo a tomar firmes acciones contra el régimen Ortega-Murillo, tras el arresto de trece pastores, entre ellos tres estadounidenses, a mediados de enero de este año.
Pidieron a la Casa Blanca imponer «sanciones específicas adicionales» y a «usar todas las autoridades disponibles» para responsabilizar al régimen de Managua, que ha perseguido a la iglesia católica desde 2018 y ha expulsado a varias misiones y organizaciones benéficas católicas y cristianas del país, según la misiva.
“Si bien su administración ha empleado algunas sanciones selectivas, hay mucho más por hacer”, dijeron, en relación a las “inquietantes violaciones de la libertad religiosa y décadas de abuso y corrupción” en la nación centroamericana.
Los senadores señalaron el aumento exponencial de los abusos contra los derechos humanos y dijeron que tanto Daniel Ortega, como su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, y los funcionarios del régimen, deben rendir cuentas ante la comunidad internacional.
A mediados de enero el régimen arrestó a trece pastores del grupo evangélico Mountain Gateway, incluyendo a tres ciudadanos estadounidenses, por lavado de dinero y crimen organizado, según un comunicado de la propia organización religiosa.
La organización sin fines de lucro, que lleva más de una década de misiones en América Latina, negó las acusaciones y dijo que los fondos que utilizaban contaban con la revisión y aprobación de las autoridades de la dictadura.
Los senadores aseguraron en la misiva que el “injusto encarcelamiento” de los religiosos de Mountain Gateway, confirma la coordinación del régimen nicaragüense con el de Cuba y Venezuela “en una campaña opresiva de desestabilización en el hemisferio occidental”, por lo que instaron a Biden a tomar medidas también contra esos otros dos regímenes .
A finales de enero, opositores al régimen que se encuentran en el exilio condenaron las acciones de Ortega tras los arrestos de los pastores.
“Estos actos desesperados de la tiranía reflejan su ruina moral, su derrota ante la firme convicción de los pastores de la Iglesia católica de colocarse del lado de la verdad y la justicia, y de respaldar el cambio político, social y democrático que exige la inmensa mayoría del pueblo de Nicaragua. Es una batalla que la dictadura ha perdido y por eso actúa con dolo y saña”, señaló la organización Unidad Nacional Azul y Blanco.
Cabe señalar que la persecución religiosa en Nicaragua ha apuntado principalmente a la religión católica. Diecinueve sacerdotes han sido expulsados del país, incluyendo al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvaez.
Además, se han registrado decenas de incidentes de acoso y profanación de iglesias. La situación del clero y de los fieles católicos está empeorando este año, según sacerdotes exiliados, laicos nicaragüenses y defensores de derechos humanos, informó Associates Press.
Ortega y Murillo catalogan al clero como terrorista “por apoyar los disturbios civiles” y consideran esto como “un golpe de estado en su contra», según la agencia de noticias.
Por su parte, los religiosos y los observadores laicos “dicen que el gobierno está tratando de sofocar a la Iglesia porque sigue siendo el raro crítico en Nicaragua que se atreve a oponerse a la violencia estatal y cuya voz es respetada por muchos ciudadanos”.
Sin embargo, el miedo se ha generalizado entre la población, que ahora teme practicar su fe.
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