A pocas semanas de que la ciudad de Nueva York ponga en marcha su mandato de pasaporte de vacunas para restaurantes, gimnasios y otros lugares, solo el 28 por ciento de los residentes negros de entre 18 y 44 años están completamente vacunados, según los datos proporcionados por el sitio web del Departamento de Salud de la ciudad.
Los datos de la ciudad, a fecha de 13 de agosto, también muestran que el 33 por ciento de los neoyorquinos negros de ese grupo de edad recibieron al menos una dosis de la vacuna COVID-19.
Según las disposiciones del mandato del pasaporte sanitario «Key to NYC», los clientes que han recibido al menos una dosis de la vacuna pueden entrar en gimnasios, restaurantes, bares y teatros. Esto significa que el 67 por ciento de los neoyorquinos negros de ese grupo de edad podrían ver denegado su servicio cuando entre en vigor a mediados de septiembre.
Y solo el 19 por ciento de los residentes negros de entre 13 y 17 años están totalmente vacunados, según los datos, mientras que el 28 por ciento de ese grupo de edad recibió al menos una dosis.
En general, el 37 por ciento de los neoyorquinos negros de todos los grupos de edad han recibido al menos una dosis, mientras que el 32 por ciento están totalmente vacunados, según los últimos datos.
Mientras tanto, las personas no vacunadas no podrán trabajar en restaurantes, gimnasios, teatros o bares, según el nuevo mandato, que fue presentado a principios de este mes por el alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio.
Una mujer negra, Diamond Wright, de 33 años, del barrio de Far Rockaway, en Queens, dijo a Politico que, a pesar del mandato, «personalmente, no me la voy a poner». Y añadió: «Se les ocurrió un poco rápido».
Y Wright dijo que no se deja convencer por el incentivo de 100 dólares de la ciudad para la vacunación, añadiendo que «mucha gente tiene miedo».
Otra mujer negra, Jazmine Shavuo-Goodwin, de 31 años, explicó a un medio de comunicación local por qué no quiere la vacuna COVID-19. Cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) suspendieron brevemente el uso de la vacuna de una sola inyección de Johnson & Johnson a principios de este año, se reafirmaron sus dudas, dijo.
«Reafirmó mis dudas, lo reafirmó todo», explicó Shavuo-Goodwin, gerente de una clínica del barrio de Red Hood de Brooklyn. «Simplemente demuestra que las vidas negras no importan. Pueden probar eso en nosotros igual que probaron la sífilis en nosotros».
Añadió Knya White, de Canarsie, en Brooklyn: «Están experimentando con nosotros».
A principios de esta semana, la oficina de De Blasio anunció que unas cuantas docenas más de negocios adoptarían el programa.
«Los primeros en adoptar el programa Key to NYC son héroes de la salud pública. Su liderazgo y su rápida actuación envían un poderoso mensaje: Los neoyorquinos haremos todo lo que esté en nuestra mano para mantenernos a salvo y derrotar la COVID-19», dijo el alcalde en un comunicado. «La vacunación masiva es la única manera de detener la propagación—y estas empresas están dando a los neoyorquinos más razones que nunca para protegerse a sí mismos y a sus comunidades. Estoy orgulloso de estar con ellos».
La semana pasada, la ciudad anunció que daría marcha atrás al mandato, un número de restaurantes y propietarios de pequeños negocios criticaron la medida. Algunos argumentaron que sería imposible de aplicar.
«Es una estupidez, porque no es nuestro trabajo vigilar a la gente», dijo un gerente de un restaurante italiano de Manhattan que solo dio su apellido, Liu. «Tanto si no estás vacunado como si lo estás, sigues siendo mi cliente», dijo.
Los negocios, dijo, probablemente ignorarán la norma en masa y dijo que el gobierno es el culpable de que la gente no se vacune.
«En cambio, nos están imponiendo estas ridículas leyes», dijo.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
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