Ser una persona hiperanalítica está sobrevalorado.
Cuando empecé a pensar menos y a confiar más en mi intuición, las cosas empezaron a cambiar de verdad en mi vida.
Experimenté menos estrés, más confianza y una mayor sensación de progreso en mis tareas ordinarias. Lo atribuyo al hecho de que cuanto más rumiaba un tema, menos seguro me sentía y menos probabilidades tenía de pasar a la acción.
De todos modos, vivir intuitivamente es mucho más divertido. Aprender a dejarse llevar por la corriente y aceptar los elementos desconocidos de la vida te abre a la alegría de la aventura y la casualidad.
No importa la edad que tengas o cuáles sean tus objetivos en la vida; es muy probable que te venga bien aprender a seguir tus instintos más a menudo y salir de la trampa de pensar demasiado a la que tiende nuestra sociedad basada en el control.
Más allá de mi propia experiencia, también hay una revisión sistemática de la literatura de 2015 en el Social Science & Medicine Journal que expuso una serie de síntomas que están asociados con el problema de pensar demasiado:
-Depresión/ansiedad
-Problemas para dormir
-Dolores de cabeza
-Pérdida de memoria
-Dolor corporal
Por supuesto, no todos los casos de pensamiento excesivo acaban llegando tan lejos, pero a veces es difícil detener el tren una vez que ha salido de la estación. En mi caso, el momento de claridad llegó cuando me di cuenta de que llevaba media década hablando con mi esposa de los mismos problemas de indecisión e incertidumbre y nada había cambiado.
Fue entonces cuando me di cuenta de que no necesitaba un mejor sistema de seguimiento, ni otra técnica que aplicar, sino una forma totalmente nueva de enfocar mis días.
A continuación, compartiré algunas formas prácticas y cotidianas en las que he aprendido a adoptar un mayor espíritu de intuición y decisiones viscerales. Por supuesto, el pensamiento analítico todavía tiene un lugar, pero para mí, está claro que tenía que ser mucho menor de lo que era.
1. Reducir la planificación/investigación al mínimo absoluto
En muchos ámbitos de la vida, la investigación produce rendimientos muy decrecientes y, a veces, sólo enturbia el agua y aumenta la confusión. Esto se aplica a todo, desde planear una cita nocturna hasta comprar un artículo en Amazon o decidir qué hay para cenar. Mi consejo es que se decida por una o dos variables que sean las más importantes y elija la primera opción quel e parezca adecuada. No necesita maximizar cada decisión, y a menudo el intento de hacerlo solo lo volverá loco.
2. Pasa a la acción en cuanto sientas la más mínima inclinación.
Yo solía esperar para pasar a la acción hasta tenerlo todo resuelto, ya fuera en mi mente o en el mundo físico. Esto se debía a un profundo miedo a cometer errores y parecer tonto ante los demás. Esperaba, esperaba y esperaba más hasta que algún plazo me obligaba a pasar a la acción. ¿Quién dice que tenemos que vivir con unos estándares tan altos? Además, en la mayoría de los ámbitos de la vida, ¿nos lleva esa perfección a alguna parte?
3. Adoptar una actitud de «ya veremos» ante la incertidumbre
Le recomiendo que, en lugar de rumiar obsesivamente sobre las áreas de incertidumbre de tu vida, como yo era tan propenso a hacer, se invente una frase clave sobre cómo tomará estas ideas y aprenderá a guardarlas en un estante de tu cerebro. En mi caso, si la respuesta a algo no es inmediatamente obvia o no se puede descubrir con rapidez, simplemente digo «ya veremos» y dejo que la situación se desarrolle sin más reflexión. A veces eso significa actuar con una información que no es la ideal, y otras veces significa darte cuenta de que ni siquiera necesitas decidir todavía. La clave está en darte cuenta de que no tienes que seguir pensando en ello.
4. Reduce la cantidad de información que consumes y escucha lo que te dice tu instinto.
Una trampa en la que caía cuando me preocupaba algo, como mi salud o mis planes de futuro o lo que fuera, era pensar que podía solucionarlo leyendo todo lo que encontrara sobre el tema. Esta idea surgía de creer que mi problema era la falta de información en lugar de verlo como lo que realmente era: una situación compleja sin respuestas obvias. La única acción racional en estos casos es confiar en tu instinto y actuar de inmediato. Aprenderá mucho más dando los primeros pasos y le ahorrará un montón de preocupaciones.
5. Intente entrar en un estado de flujo lo antes posible
Una vez que empiece a actuar en cualquier área, no se eche atrás con pensamientos intrusivos sobre si lo estás haciendo bien o si deberías estar trabajando en otra cosa. Confíe en si mismo y dese cuenta de que se alegrará de progresar de cualquier forma, suponiendo que esté trabajando en algo razonable. Intento entrar rápidamente en un estado de flujo centrándome en la sensación de movimiento y la satisfacción de avanzar. A menudo, la música con un buen ritmo constante encaja perfectamente con el estado de ánimo.
6. Acostúmbrese a tomar decisiones rápidas y ver qué pasa
Una de las formas más rápidas de aprender las alegrías y los beneficios de la vida intuitiva es empezar a tomar decisiones lo más rápido posible. La experiencia le mostrará rápidamente lo a menudo que esto funciona y lo divertido que es vivir sin el peso constante de decisiones y elecciones no tomadas. La razón por la que esto funciona tan bien es que la mayoría de las decisiones son relativamente intrascendentes, y las cosas saldrán bien si simplemente toma medidas y hace algunos pequeños refinamientos sobre la marcha.
7. Sepa qué persona quiere ser y qué valores defiende
Termino con esto porque es esencial para entender el mensaje general que pretendo compartir. Pensar menos y vivir más intuitivamente supone que conoce los valores fundamentales que ya defiende y el tipo de persona que quieres ser. En mi caso, estos valores vienen determinados en gran medida por mi fe y las responsabilidades de la vida familiar. Así que cuando me apoyo en mi intuición, me apoyo en algo que ha sido formado y moldeado en una dirección que sé que es buena. Asegúrese de tener esos cimientos.
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