En septiembre de 2019, un simulacro de guerra de la Escuela de Guerra Naval de los Estados Unidos generó 16 hallazgos que arrojan una importante luz sobre cómo la administración del presidente Donald Trump y otros funcionarios están respondiendo a la crisis del virus del PCCh.
Llamado «Urban Outbreak 2019», el simulacro de guerra convocó a 50 expertos, cada uno con al menos 10 años de experiencia en respuesta humanitaria, durante dos días para responder al brote de una enfermedad letal en una ciudad de 21 millones de personas, según un resumen publicado el 1 de abril por la institución, que tiene su sede en Newport, Rhode Island.
«Si bien estos hallazgos no son en modo alguno definitivos o completos, son una muestra de la orientación pertinente basada en la investigación, simuladores y la opinión de expertos. Esperamos que estos 16 hallazgos contribuyan a mejorar la eficacia civil y militar en las operaciones de asistencia humanitaria y de respuesta a desastres», comentó el colegio en el resumen.
La primera conclusión del resumen se centró en la importancia de que las autoridades actúen lo antes posible en un escenario de pandemia.
«Las medidas tempranas y la planificación son exponencialmente más importantes que las medidas reactivas una vez que la enfermedad se ha extendido. La claridad, la rapidez y la repetición son esenciales para los cambios dentro de una población y se logran con mayor eficacia antes de que otros factores comiencen a tomar decisiones por ellos», explicó el primer hallazgo.
La acción más controvertida de Trump en relación con el virus del PCCh fue la orden que prohibía el 31 de enero de 2020, a las personas que se encontraron recientemente en China, donde se originó el virus del PCCh, viajar a los EE.UU. desde la ciudad de Wuhan, una metrópolis con una población de 11 millones de residentes.
Cuando Trump anunció la prohibición de viajar, solo había unos 100 casos confirmados del virus en 21 países fuera de China, incluyendo siete en los Estados Unidos. Alrededor de 8,5 millones de personas viajaron entre los EE.UU. y China en 2018, según The New York Times, citando datos del gobierno estadounidense.
Los líderes demócratas, entre los que destaca el exvicepresidente Joe Biden, que actualmente es el candidato presidencial del partido para el año 2020, condenaron la prohibición de viajar de Trump durante semanas después de que se anunciara.
«Tampoco debemos entrar en pánico o recurrir a la xenofobia», señaló Biden en un discurso ampliamente difundido el 12 de marzo. «Etiquetar a COVID-19 como un ‘virus extranjero’ no desplaza la responsabilidad por los juicios erróneos que ha tomado hasta ahora la administración Trump. Permítanme ser muy claro: El coronavirus no tiene una afiliación política».
Otro de los hallazgos del simulacro de guerra universitario se centró en la importancia de movilizar a las empresas del sector privado para que desempeñen un papel destacado en la respuesta nacional a una pandemia.
«Las organizaciones del sector privado son un componente absolutamente esencial y singularmente ágil de cualquier respuesta a gran escala», afirma el resumen del simulacro de guerra, citando como ejemplo los «enfoques tangibles e innovadores» del propietario de una empresa de logística sin nombre que participa en la entrega rápida de los suministros necesarios.
«No tenía interés en utilizar las opciones de transporte por tierra debido a las preocupaciones de seguridad y a la deficiente infraestructura de carreteras, y en su lugar trató de transportar todas las mercancías por vías fluviales empleando una asociación pública/privada con la autoridad de tránsito local. Con esta estrategia, pudo dividir la mayoría de los centros de población y llegar a ellos sin apoyo militar, sin recursos aéreos y sin muchos cambios en su modelo de negocio actual», dice el resumen.
Trump ha logrado alentar a las empresas manufactureras privadas a que se conviertan en fabricantes de los suministros necesarios, como respiradores y mascarillas protectoras, como parte central de la respuesta de su administración al virus PCCh.
Sin embargo, al igual que con su prohibición de viajar en enero, Trump fue severamente criticado por algunos aspectos de su esfuerzo. Fue criticado a principios de esta semana, por ejemplo, por destacar el trabajo del fundador y director ejecutivo de MyPillow, Mike Lindell.
Después de que Trump permitió a Lindell hablar durante una reunión de prensa en la Casa Blanca, anunciando que su compañía fabricará hasta 50,000 mascarillas diarias, Jim Acosta de la CNN lo llamó un «truco de relaciones públicas».
Otro hallazgo del simulacro de guerra podría hacer que el alcalde de Nueva York, Bill DeBlasio, y los funcionarios de otras ciudades se replanteen la posibilidad de liberar a los presos de la cárcel para evitar que el virus se propague.
«Algunos cambios pueden ser caracterizados como mecanismos normales de afrontamiento, pero la actividad criminal flagrante debe ser perseguida activamente para reforzar las normas sociales. El mercado negro se convertirá inevitablemente en un factor crítico a medida que las presiones del mercado aumenten los riesgos, las ganancias y las oportunidades», dice el resumen.
«La delincuencia también aumentará dados los mismos factores, pero incluyendo la desesperación económica y una ‘prueba’ oportunista del control de las autoridades. El uso de drogas, el alcoholismo y el abuso en los hogares aumentará notablemente. Cada acción de las autoridades puede tener implicaciones magnificadas para los individuos, las familias y las comunidades», asegura.
Contacte a Mark Tapscott en [email protected]
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