La senadora Kyrsten Sinema (D-Ariz.) dijo el jueves que no ayudará a su partido a debilitar o abolir el filibusterismo, lo que prácticamente pone fin a la aspiración del presidente Joe Biden de aprobar una legislación integral sobre el voto que aumente el poder del gobierno federal sobre las elecciones.
Este anuncio no sorprende a los observadores de la inconformista de Arizona que, al igual que el exsenador John McCain, lleva mucho tiempo dispuesta a disentir de su partido en varias cuestiones. Especialmente en lo que respecta al filibusterismo, Sinema se opone a los esfuerzos de su partido por cambiar la peculiar regla del Senado.
«No es necesario que reitere mi apoyo de toda la vida al umbral de 60 votos para aprobar la legislación. No hay necesidad de que reitere su papel en la protección de nuestro país de los cambios salvajes de la política federal», dijo Sinema el jueves.
El anuncio, aunque no sorprende, es un duro golpe para el presidente Joe Biden y otros líderes demócratas.
En Twitter, el 3 de enero, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, dejó claro que la legislación sobre el voto sería una de las principales prioridades de los demócratas al volver de su receso invernal.
Schumer y otros miembros de su partido han sostenido que los esfuerzos de las legislaturas republicanas de todo Estados Unidos por reforzar sus leyes electorales mediante una identificación más estricta de los votantes, normas sobre el voto en ausencia y otras medidas constituyen un «nuevo Jim Crow» que exige una acción inmediata del Congreso.
«Podemos y debemos tomar medidas enérgicas para detener esta marcha antidemocrática», escribió Schumer en el tuit.
Aproximadamente una semana después de este tuit, Biden dejó claro que apoyaba el objetivo de Schumer.
«Para proteger nuestra democracia», dijo Biden ante una multitud mayoritariamente negra en Georgia. «Apoyo que se cambien las reglas del Senado en lo que sea necesario para evitar que una minoría de senadores bloquee la acción sobre el derecho al voto».
«El filibusterismo no es utilizado por los republicanos para unir al Senado, sino para separarlo aún más», dijo Biden más tarde durante el discurso.
Este anuncio supuso un cambio de rumbo significativo para el exsenador, que durante el final del verano y el principio del otoño de 2021 seguía oponiéndose a los esfuerzos por debilitar el filibusterismo.
Los demócratas han hecho varios esfuerzos para aprobar diversas leyes electorales que pondrían efectivamente al gobierno federal a cargo de las elecciones en todo Estados Unidos. Sin embargo, todos estos proyectos de ley se han enfrentado a la dura resistencia de los senadores del Partido Republicano y, en un caso, del senador Joe Manchin (D-W. Va.).
Debido a la regla del filibusterismo del Senado, prácticamente cualquier legislación electoral que la Cámara de Representantes pudiera enviar al Senado necesitaría el apoyo de al menos 60 senadores, incluidos 10 senadores del GOP, para abrir el debate sobre la medida y permitir que se someta a una votación en el pleno por mayoría simple.
Para esquivar esta norma del Senado, que ha sido un pilar en el Senado durante décadas, Schumer, Biden y otros demócratas han formulado una nueva estrategia: Cambiar por completo las reglas del Senado para convertir la cámara deliberante en una versión más pequeña de la Cámara, donde los votos por mayoría simple son la norma.
Técnicamente, podrían hacerlo. Utilizando la llamada «opción nuclear», el partido mayoritario puede cambiar las reglas del Senado por mayoría simple.
Sin embargo, esta es una vía que muchos legisladores han dudado en utilizar en el pasado: Si bien es cierto que permite al partido mayoritario aprobar legislación partidista, esta vía puede volver a perjudicar al partido cuando pierda la mayoría, que estará igualmente facultado para aprobar legislación partidista.
Desde que regresaron de su receso, este esfuerzo ha sido el principal objetivo de los líderes demócratas y de los miembros de base en el Senado. Pero según Sinema, este impulso de todo o nada ofusca el debate más amplio sobre el valor del filibusterismo.
«Las discusiones de esta semana sobre las reglas del Senado no son más que un pobre sustituto de lo que creo que podría y debería haber sido un debate público reflexivo el año pasado», dijo Sinema.
No es la primera vez que Sinema expresa su oposición a debilitar el filibusterismo. Los demócratas tuvieron el mismo debate durante el verano de 2021, y en ese debate Sinema se opuso directamente a los cambios radicales propuestos por su partido. En una aparición en «The View», Sinema defendió su posición, llamando al filibusterismo «una herramienta … para la protección de la minoría».
Y Sinema no es la única opositora a la propuesta.
Manchin, un aliado de Sinema, ha prometido en términos inequívocos que no debilitará el filibusterismo, y esta es una posición de la que no se ha desviado desde el comienzo del 117º Congreso.
La senadora Dianne Feinstein (D-Calif.) también ha expresado su oposición a cambiar el filibusterismo para aprobar la legislación sobre el voto en el pasado, aunque no está claro si sigue manteniendo esta posición, ya que ha sido mucho menos abierta que Sinema y Manchin.
Sin embargo, el anuncio de Sinema representa otra derrota para Biden, cuya ley «Reconstruir mejor» de 1.85 billones de dólares fue efectivamente anulada por la oposición de Manchin. Sin el pleno apoyo de su partido en el Senado, las aspiraciones de Biden de cambiar el filibusterismo no tienen oportunidad.
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