Los sirios acudieron este domingo a las urnas para elegir un nuevo Parlamento en medio de una de las peores crisis económicas que atraviesa el país desde el inicio del conflicto civil en 2011 y en unas elecciones marcadas por la pandemia del virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus.
Desde las 07.00 hora local (04.00 GMT) los ciudadanos de Siria empezaron a depositar sus votos en los 7277 centros electorales repartidos en las zonas bajo control gubernamental para elegir entre 1656 candidatos, de ellos 200 mujeres, que optan por los 250 escaños que conforman el Parlamento unicameral, informó la Comisión Judicial Electoral Suprema.
Los colegios electorales cerraron a las 23.00 hora local (20.00 GMT) después de que la comisión extendiera cuatro horas más la votación en todas las provincias sin ofrecer ninguna explicación.
El organismo no ha informado del porcentaje de participación ni del número de votantes registrados para estas elecciones, las terceras desde el comienzo de la guerra que ha dividido y devastado el país, desplazando a más de seis millones de sirios y causando más de 5.5 millones de refugiados.
Votar sin expectativas
Un miembro de la comisión electoral, Mukhlis Qaysia, afirmó en una rueda de prensa que la votación «avanza con buena participación» sin que se hayan registrado violaciones del proceso.
Samer Zamriq, el presidente de la comisión, aseguró a los medios locales que está previsto que los resultados salgan publicados mañana, lunes, después de terminar el recuento, que comienza tras el cierre de los colegios, en todas las provincias.
En las últimas elecciones en 2016, un total de 5,850,444 electores acudieron a las urnas, una participación del 57.56 %, según datos oficiales.
Om Yazan, de 54 años, es una votante que hizo ayer cola en su centro de la capital, Damasco.
Justo antes de entrar, afirmó a Efe que «quizás vote en blanco, lo importante es que he hecho mi deber nacional».
Otros ciudadanos han decidido no acudir, como en el caso de Tony, un damasceno de 22 años, que dijo a Efe que no considera importante estas elecciones.
«Si yo votara, ¿acaso los miembros del Parlamento me ayudarían a encontrar trabajo cuando me gradúe? Ahora estoy buscando trabajo para completar mis estudios y no encuentro», afirmó.
Grave crisis económica
La renovación del Legislativo se produce en un momento en el que los sirios sufren una de sus peores crisis económicas desde el inicio del conflicto armado en el país, acorralado por las sanciones de las potencias occidentales.
La última acción ha sido la Ley César estadounidense, que tiene como objetivo al presidente Bachar al Asad y, por primera vez, a su mujer Asma, así como a sus aliados internacionales que invierten en la reconstrucción del país devastado por nueve años de guerra, como Rusia e Irán.
Horas antes de la implementación de la Ley César el mes pasado, el Banco Central sirio anunció la devaluación de su moneda local en un 44 %, en medio de la inflación disparada.
La ONU estima que un 83 % de los sirios viven bajo el umbral de la pobreza, con menos de 100 dólares al mes y, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), los precios de los productos de la cesta de la compra han subido hasta un 209 % respecto al año pasado.
Voto marcado por la COVID-19
Las elecciones que se celebraron ayer iban a tener lugar en abril, después se retrasaron a mayo y, por último, se aplazaron a julio por el virus del PCCh.
Para las votaciones, el Gobierno ha impuesto medidas sanitarias como el uso de mascarilla, tanto para el votante como para los miembros de la mesa electoral, la distancia social dentro de los colegios y en las colas.
Sin embargo, según las imágenes distribuidas por la agencia oficial siria de noticias SANA, dichas medidas no se han respetado y muchos votantes han acudido sin mascarilla.
Quien sí la ha llevado es el presidente Al Asad y su esposa, que acudieron sobre las 10.30 hora local (07.30 GMT) a votar al centro ubicado en el Ministerio de Asuntos Presidenciales, en Damasco, sin dar ninguna declaración.
Esta es la primera vez que se celebran elecciones en lugares que previamente estaban controlados por las facciones armadas opositoras a Al Asad, ya que desde 2018 sus tropas con el apoyo de Rusia han recuperado la mayoría parte del país.
La Unidad Nacional, coalición política en la que está incluida el partido gobernante Baaz, parte como favorita para obtener la mayoría del Parlamento unicameral, como desde hace décadas.
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