Historias de sufrimiento, valentía y búsqueda de justicia resonaron en la Cámara de Representantes el 8 de marzo, cuando hablaron los que estuvieron en la primera línea de la retirada de Estados Unidos de Afganistán, en agosto de 2021.
Los emotivos testimonios de la audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, pusieron de relieve una amarga realidad: muchos de los que sirvieron en Afganistán sienten que ellos y sus aliados afganos locales fueron lanzados al olvido, lo que alimentó un sentimiento generalizado de desesperación.
Esto quedó patente durante un intercambio entre el representante Brian Mast (R-Fla.), uno de los muchos veteranos militares del comité, y el sargento de la Infantería de Marina Tyler Vargas-Andrews.
El equipo de francotiradores del Cuerpo de Marines de Vargas-Andrews fue enviado a lo que entonces era el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai (HKIA) de Kabul, sobre el que describió una escena de caos y horror cuando decenas de miles de afganos llegaron al lugar tratando de huir de los talibanes.
«Algunos afganos que huían por el HKIA intentaron suicidarse en la alambrada de cuchillas que utilizamos como elemento disuasorio. Ellos pensaban que esto era misericordioso comparado con la tortura talibán a la que se enfrentaban», declaró Vargas-Andrews.
El sargento de infantería sobrevivió al atentado suicida del 26 de agosto que se cobró la vida de 13 militares estadounidenses y más de 160 civiles afganos en ese aeropuerto.
Vargas-Andrews rompió a llorar al recordar los traumáticos acontecimientos de aquel día.
Al parecer, antes de que se produjera el atentado, los servicios de inteligencia habían difundido la descripción de un posible terrorista suicida y de su acompañante, declaró Vargas-Andrews.
Él testificó que antes del atentado, él y otro militar vieron a dos hombres que se ajustaban a esas descripciones, una impresión que fue confirmada por otras personas en el aeropuerto.
Cuando intentó obtener permiso para disparar contra el presunto terrorista suicida, el comandante de su batallón no pudo confirmar si le daban el permiso, según Vargas-Andrews. Al final, el hombre en cuestión desapareció entre la multitud.
«Hasta el día de hoy, creemos que era el terrorista suicida», declaró Vargas-Andrews.
«¿Alguna vez ha sido entrevistado por alguna parte del gobierno de Estados Unidos sobre lo que presenció en primera línea?», preguntó Mast.
«Ni una sola persona u organización», respondió Vargas-Andrews.
Mast enumeró un nombre tras otro. El Pentágono, el Cuerpo de Marines, el Departamento de Estado, la CIA, el FBI —»¿Ninguno de ellos quiso saber nada de lo que vio sobre el terreno?»
Un no tras no y tras no, fueron las respuestas.
La experiencia le dejó la sensación de que su paso por el ejército «no era valorado», dijo el testimonio a los representantes.
Vargas-Andrews y otros testigos que ayudaron en la retirada de Afganistán asintieron cuando el representante Mark Green (R-Tenn.) les preguntó si conocían a algún compañero de armas que se hubiera suicidado desde agosto de 2021, «porque sentían que todo había sido en vano».
«La sangre de esos hombres y mujeres está en las manos del presidente, punto», dijo Green, quien también es un veterano de Afganistán.
Green acababa de contar a sus colegas que el presidente Joe Biden desautorizó a los altos cargos del Pentágono con los que había hablado, quienes querían llevar a cabo la retirada de la base aérea de Bagram.
«Esos dirigentes le dijeron al presidente ‘necesitamos 3500 soldados’ para vigilar la base durante la extracción», dijo Green, indicando que según esos generales, en una sala de la Casa Blanca, el propio presidente dijo: ‘No, lleven a 600 soldados'».
«Con 600 no se puede mantener Bagram, así que la decisión de extraer desde Kabul se hizo necesaria», añadió.
The Epoch Times se puso en contacto con el Departamento de Defensa para recibir sus comentarios.
Aliados «no olvidados»
Otros testigos se refirieron a la difícil situación de los aliados afganos que permanecían allí o en terceros países.
Francis Q. Hoang, graduado de West Point, que sirvió en la exYugoslavia durante la década de 1990, dijo que la «precipitada y caótica retirada de Afganistán» de Estados Unidos violó la confianza de aquellos a quienes había jurado proteger.
El propio Hoang tenía solo 2 años cuando su familia fue trasladada en avión desde Vietnam tras la caída de Saigón, en una época en la que se reasentó a más de 100,000 personas del sudeste de Asia que habían sido leales a Estados Unidos durante la guerra de Vietnam.
«No les hemos olvidado», prometió Hoang a los aliados de Estados Unidos que siguen en Afganistán.
Mientras los republicanos arremetían contra el gobierno de Biden, los demócratas subrayaron durante la audiencia el carácter bipartidista de los fracasos en Afganistán. La caza inicial de Al Qaeda tras el 11-S se convirtió en un ejercicio de reconstrucción nacional que duró varias décadas a lo largo de cuatro administraciones.
La representante Sara Jacobs (D-Calif.) reprochó al propio comité que no hubiera proporcionado fondos suficientes al Departamento de Estado. Ella señaló que el Congreso había evitado votar sobre la guerra durante décadas de control alterno por ambos partidos.
Sin embargo, aunque los demócratas aconsejaron a los republicanos que fueran menos partidistas, culparon en parte al expresidente Donald Trump. Ellos argumentaron que su acuerdo con los Talibanes en Doha, así como sus políticas relacionadas con los refugiados, se combinaron para hacer que la retirada fuera mucho más rocosa.
«Estas decisiones políticas no solo alteraron el equilibrio de poder y redujeron la influencia de Estados Unidos en Afganistán, sino que crearon circunstancias increíblemente difíciles mientras trabajábamos para poner a salvo a los aliados y poner fin a la guerra de Estados Unidos en Afganistán», dijo el representante Gregory Meeks (D-N.Y.), miembro de mayor rango del comité.
El representante French Hill (R-Ark.) reconoció que los problemas en Afganistán implicaron a ambas partes. Aun así, cuestionó por qué la administración Biden no pudo desarrollar un buen plan de evacuación entre enero y agosto de 2021.
Hill señaló que los veteranos de Afganistán en el comité eran particularmente escépticos de las sesiones informativas de inteligencia clasificadas entre la primavera y el verano de 2021, que pretendían delinear dicho plan.
“Es posible que nosotros no hayamos tenido más remedio que irnos. Pero cómo es que uno se va, eso es una elección, y podría haberse hecho, en mi opinión, de una manera extraordinariamente más efectiva”.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.