Según un informe publicado este mes por la Oficina del Inspector General (IG) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el organismo de control del DHS detectó lagunas en el proceso de investigación de inmigrantes ilegales solicitantes de asilo y de no ciudadanos en los puertos de entrada que creaban «amenazas significativas para la seguridad pública y la seguridad nacional».
«Hasta que el departamento no aborde estos problemas, el DHS seguirá corriendo el riesgo de admitir en el país a personas peligrosas o de permitir que sigan residiendo en Estados Unidos solicitantes de asilo que pueden suponer amenazas significativas para la seguridad pública y nacional», afirma el informe.
El informe surge en un momento en el que se ha acusado a inmigrantes ilegales de varios asesinatos de gran repercusión, el más reciente de ellos el de una niña de 12 años en Houston.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos también detuvo recientemente a ocho ciudadanos de Tayikistán vinculados al grupo terrorista ISIS.
En respuesta al informe, el DHS aceptó incorporar cinco recomendaciones del Inspector General para reforzar la seguridad.
El ex director adjunto de la CIA Michael Morell, que trabajó bajo las Administraciones Bush y Obama, comentó el informe del IG durante una entrevista el 23 de junio con «Face the Nation» de CBS News, diciendo que ponía de relieve el problema que plantea la falta de coordinación en el intercambio de información entre las agencias gubernamentales.
«El sistema de investigación de antecedentes no proporciona toda la información de que dispone el gobierno», afirmó Morell.
En un artículo de opinión del 10 de junio titulado «The Terrorism Warning Lights Are Blinking Red Again», publicado en la revista Foreign Affairs, Morell y Graham Allison, profesor de Harvard, compararon la amenaza de un atentado terrorista contra el país actualmente con el periodo previo al 9/11.
Señalaban el aumento de la actividad terrorista internacional, como el brutal atentado del 7 de octubre de 2023 de Hamás contra civiles israelíes y el atentado del ISIS-K que mató a 145 personas e hirió a 550 en una sala de conciertos de Moscú en marzo.
Según su artículo de opinión, el gobierno de Biden debe hacer más para evitar que los terroristas entren en Estados Unidos por la frontera sur.
Conexiones terroristas detectadas
El director del FBI, Christopher Wray, declaró durante una comparecencia ante el comité en marzo que había indicios de una red de contrabando con conexiones terroristas que operaba en la frontera suroeste. El grupo tenía facilitadores en el extranjero con vínculos con ISIS, testificó.
Los últimos datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés ) muestran 10 millones de encuentros con inmigrantes ilegales desde que el gobierno de Biden asumió el poder en 2021. El informe del IG examinó cómo la CBP y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) examinaron a los no ciudadanos que entraban en el país.
Los hallazgos muestran que la tecnología de reconocimiento facial ayudó a CBP a identificar a 1767 impostores en los puertos de entrada a Estados Unidos por aire y tierra entre 2018 y 2023.
Sin embargo, esa tecnología solo se utiliza en algunas situaciones de entrada portuaria, lo que deja la puerta abierta a los malos actores.
Además, los solicitantes de asilo, que a veces permanecen en el país durante años antes de que se resuelvan sus casos, no vuelven a ser investigados por el USCIS hasta que los casos se someten a revisión. Esto significa que puede pasar desapercibida nueva información, dejando a personas peligrosas residiendo en el país.
Un ejemplo que se cita en el informe es una revisión única realizada en 2020 de casos de asilo atrasados. Los funcionarios identificaron la información derogatoria de 53,649 de los más de 330,000 solicitantes de asilo para identificar los antecedentes penales de los solicitantes. Por información derogatoria se entiende cualquier cosa que pueda justificar la descalificación de un solicitante.
Los funcionarios también descubrieron al menos 620 solicitantes de asilo identificados como preocupantes para la seguridad nacional.
El informe señalaba 413,000 casos de asilo retrasados que los Servicios de Ciudadanía e Inmigración tardaban hasta cinco años en resolver.
Recomendaba volver a examinar con frecuencia a los solicitantes para identificar información nueva o desconocida que pudiera indicar una amenaza potencial.
«Nuestro análisis de las solicitudes de asilo afirmativas presentadas entre octubre de 2017 y marzo de 2023 reveló que 20,221 solicitantes que recibieron una revisión inicial favorable generaron un acierto en una revisión de seguridad posterior», señaló el informe.
Los puertos de entrada también son vulnerables, según el informe.
En los pasos fronterizos, la CBP utiliza controles biométricos por comparación facial en los puertos de entrada aéreos y marítimos y en las vías peatonales terrestres. Los agentes toman una fotografía facial y escanean el documento de viaje del peatón. A continuación, la foto de origen se recupera de la base de datos en la nube para compararla con la foto real del viajero.
Cruce en vehículo
Ese mismo escaneo biométrico de comparación facial, sin embargo, no se utiliza para las personas que llegan a los puertos de entrada terrestres en vehículos, lo que crea un punto ciego, según el informe.
Con frecuencia, los agentes solo interrogan a los conductores de los vehículos, no a los pasajeros, para identificar órdenes de detención, problemas de seguridad nacional o antecedentes de cruce de fronteras.
Para agilizar el flujo de tráfico, los viajeros eran admitidos en el país sin identificación o con documentos caducados en algunos casos, según el informe.
De las 20 oficinas del CBP en todo el país, solo siete disponían de procedimientos o políticas para realizar ajustes en la inspección de viajeros durante los largos tiempos de espera de los vehículos, pero ninguna contenía orientaciones relacionadas con la consulta únicamente a los conductores.
Los pasajeros a veces miran hacia abajo, están tumbados o llevan gafas de sol o sombreros, que ocultan u obstruyen sus rostros y limitan la toma de fotografías. El resplandor de la luz, los parabrisas sucios y los marcos de las puertas de los vehículos también plantean problemas para obtener fotos, según el informe.
El informe no explicaba por qué no se podía pedir a los pasajeros que se quitaran los sombreros, las gafas u otros impedimentos para tomar fotos.
El CBP atribuyó la incapacidad de implementar plenamente la tecnología biométrica de reconocimiento facial en los puertos de entrada terrestres a la falta de financiación.
El inspector general recomendó corregir los problemas de acceso a los datos entre agencias, desarrollar nuevas políticas de comprobación de nombres, actualizar la tecnología de recopilación de datos biométricos de los viajeros en vehículos y trabajar para automatizar los controles de seguridad de los solicitantes de asilo, exigiendo al mismo tiempo un nuevo control continuo para aquellos con tiempos de espera de adjudicación prolongados.
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