Ariel Montoya, fundador del Partido Liberal de Nicaragua desde su exilio en Miami, cree que solo una «acción armada» puede sacar a Daniel Ortega del poder y echa en falta figuras del talante de Margaret Thatcher, Mijail Gorbachov y el papa Juan Pablo II para superar los rezagos de la «guerra fría».
«No queda ninguna otra alternativa más que una acción armada, llámese como se llame: guerra nacional, intervención extranjera o lucha armada. Sé que es difícil decir esto, pero miles de nicaragüenses lo piensan así en el fondo de sus conciencias», afirma en una entrevista con Efe.
Montoya subraya que las elecciones generales de noviembre próximo, en las que Ortega aspira a conseguir su quinto mandato presidencial y el cuarto de forma consecutiva, «ya están dadas».
«De haber observadores internacionales, estos van a ser cómplices» del sandinismo, afirma categóricamente antes de pedir a la comunidad internacional que no reconozca legitimidad a los comicios del 7 de noviembre próximo.
«No hay un candidato genuinamente anti Ortega; los que podían hacer oposición están presos y muchos desaparecidos», dice Montoya, quien fue secretario privado y director de prensa del hoy expresidente de Nicaragua Enrique Bolaños (2002-2007).
En el marco del proceso electoral, las autoridades nicaragüenses han arrestado a los aspirantes presidenciales opositores Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre, que están siendo investigados por supuesta traición a la patria.
Otros dos aspirantes a la Presidencia de la oposición, María Asunción Moreno y el exlíder de la «contra» Luis Fley, abandonaron Nicaragua alegando razones de seguridad.
Además, el Consejo Supremo Electoral (CSE) ha cancelado la personalidad jurídica a tres partidos políticos opositores con el argumento de que violaron la Ley Electoral.
La Guerra Fría no ha terminado
«Estamos en un momento de implosión que apunta a una confrontación bélica para sacar a Ortega (del poder); no es lo que uno quiere pero no queda otra alternativa», dice Montoya.
El fundador y actual secretario del Partido Liberal sostiene que la Guerra Fría no ha terminado, porque «quedaron vástagos como Ortega, que son satélites de Rusia. Él no acepta disidencia interna ninguna y eso lo coloca como déspota y tirano», recalca.
«Es lamentable todo esto, pero hace falta una Thatcher, un Gorbachov y un (papa) Juan Pablo II en estos momentos. Ya la Corte Penal Internacional acusó a Maduro de crímenes de lesa humanidad», dice.
«Pero países como Paraguay, Ecuador, Chile no se han pronunciado todavía. Es momento de que la comunidad internacional rompa con Ortega. Cada cual debe trabajar con la resistencia en sus propias trincheras», puntualiza.
Según Montoya, Nicaragua está sumida «en una guerra de odio, sangre, secuestro, muerte, paramilitares que van a las casas y violan a las personas».
«Todo eso no se puede permitir», insiste Montoya, quien llegó a Miami hace tres años a raíz de las amenazas de muerte que recibió por haber participado en la marchas cívicas contra el gobierno de Ortega, en las que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 328 personas murieron a causa de la represión.
De acuerdo con las cifras que maneja Montoya, el país centroamericano tiene actualmente más de 100,000 exiliados.
El regreso de Ortega
Alarmado por el hecho de que el Gobierno de Nicaragua canceló el pasado lunes los registros de seis ONG de Estados Unidos y Europa, tras acusarlas de «obstaculizar los controles internos» del país, Montoya dice que Ortega «es algo patético y políticamente patológico».
Ortega llegó al poder con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1979 tras derrocar al dictador Anastasio Somoza y, aunque luego perdió las elecciones con «tres gobiernos liberales», Montoya afirma que el actual mandatario «lleva 42 años gobernando en Nicaragua».
«Hubo tres gobiernos democráticos antes de que (Ortega) volviera. Entre pactos, protocolos de transición y vicios de corrupción de la mala derecha, Ortega ha seguido gobernando desde 1979 hasta el día de hoy», argumenta.
«Gracias a la mala derecha, a un sector del liberalismo que le permitió bajar el porcentaje de votos para ganar las elecciones (en 2002 a Arnoldo Alemán), Ortega ganó con el 35 % de los votos. Luego astutamente dividió a los dos grandes partidos que había», señala.
Nicaragua ya no cuenta con la candidata Cristiana Chamorro, periodista e hija de la exmandataria Violeta Chamorro (1990-1997), a quien respalda desde Miami el Partido Liberal, fundado por Montoya y un grupo de «profesionales, politólogos, intelectuales y escritores».
«Todo ha fracasado y la represión va a ser peor, no quedan más días, la gente va a volver a tomar las calles y comenzará una insurrección», vaticina el escritor desde su exilio, donde logró publicar en 2019 «Poeta autoconvocado» y ahora prepara una segunda edición.
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