Florida es líder en dar una guía racional de los riesgos y beneficios para los niños y las vacunas contra COVID-19, dijo el gobernador Ron DeSantis el 16 de marzo al defender la nueva guía del estado.
El Cirujano General de Florida, Joseph Ladapo, nombrado por DeSantis, emitió el 8 de marzo la orientación para los padres, afirmando que los riesgos para sus hijos de recibir una vacuna pueden ser mayores que los beneficios.
«Según los datos actualmente disponibles, los niños sanos de entre 5 y 17 años pueden no beneficiarse al recibir la vacuna contra COVID-19 actualmente disponible. El departamento recomienda que los niños con enfermedades subyacentes sean los mejores candidatos para la vacuna contra COVID-19», afirma la guía.
Ladapo «está liderando esto», dijo DeSantis a los periodistas en una conferencia de prensa no relacionada en Hialeah el miércoles.
«Yo creo que su punto de vista —y estoy de acuerdo con él— es que la responsabilidad de demostrar recae en las personas que dicen que se debe vacunar a un niño de 5 años contra COVID, ¿de acuerdo?, por lo que ellos tienen que llevar la carga de esa responsabilidad. No es la responsabilidad de un padre (…) demostrar por qué no debe hacerlo. Si uno mira el ensayo clínico, por ejemplo, con la [vacuna] de Pfizer para los niños de 5 a 11 años, no hubieron casos de COVID grave en el grupo de vacunados, pero tampoco hubieron casos de COVID grave en el grupo del placebo», añadió DeSantis.
El bajo riesgo que supone la enfermedad de COVID-19 para los niños sanos y el elevado riesgo de inflamación del corazón por la vacuna, en particular para los hombres jóvenes, condujeron a la orientación, dijo el gobernador republicano, señalando que los padres siguen siendo libres de vacunar a los niños sanos.
«Lo que quería hacer era decir simplemente: ‘Oye, esta es la recomendación, usted es libre de hacer lo que quiera como padre’. Yo creo que muchos padres se sentían presionados a hacerlo, aunque no pensaran necesariamente que era lo correcto. Así que en Florida somos un estado libre y usted puede tomar esas decisiones», dijo el gobernador, recibiendo aplausos de los asistentes.
DeSantis estaba celebrando un acto en el que anunció la financiación de los programas educativos de Florida.
Ladapo, exprofesor de la Universidad de California en Los Ángeles, anunció durante un evento a principios de marzo que pronto daría su «recomendación en contra de las vacunas COVID-19 para los niños sanos». La orientación del estado no va tan lejos, pero ha suscitado protestas porque va en contra del consejo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que siguen diciendo que todos los niños, salvo los que tienen un pequeño número de contraindicaciones, deben recibir una de las vacunas.
La guía de Florida cita, entre otras fuentes, datos de ensayos de Pfizer que, según Ladapo, demuestran que los niños sanos sin afecciones subyacentes tienen un «riesgo limitado de enfermedad grave debido a COVID-19» y datos recogidos por los CDC que indican que la mayoría de los niños del país se han recuperado de COVID-19 además de una «ausencia de datos que informen del beneficio de la vacunación contra COVID-19 entre los niños con inmunidad existente» y un estudio reciente de investigadores de Nueva York que indica que la protección de la vacuna de Pfizer «disminuye rápidamente», en particular contra la infección.
Las afecciones subyacentes incluyen enfermedades pulmonares crónicas, obesidad y trastornos neurológicos.
Ante una consulta sobre la orientación, Kathryn Edwards, profesora de pediatría en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que no está de acuerdo con la orientación estatal y que cree que «todos los niños de entre 5 y 11 años deberían ser vacunados”.
«El riesgo de enfermedad es mayor que el riesgo de miocarditis», dijo, refiriéndose a una forma de inflamación del corazón que se ha reportado en tasas más altas de lo esperado en los jóvenes, especialmente los hombres jóvenes.
Esta no es una opinión universal.
«Es importante que los padres entiendan que el riesgo de hospitalización, especialmente en un niño o adolescente sano, es muy bajo, y además el riesgo de miocarditis tras la administración de las vacunas de ARN mensajero es también muy bajo, y efectivamente, probablemente bastante similar. Así que el beneficio equivale aproximadamente al riesgo de daño», dijo a The Epoch Times el Dr. Cody Meissner, uno de los asesores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que votó en 2021 para recomendar la autorización de la vacuna de Pfizer para el grupo de edad de 5 a 11 años, después de revisar algunos de los documentos más recientes.
La vacuna de Pfizer, la única disponible para los menores de 18 años en Estados Unidos, se basa en la tecnología del ARN mensajero.
Bajo el mandato de DeSantis, el enfoque del estado de Florida ante la pandemia, además de un corto período de las duras restricciones que se observaron en gran parte del resto del país, ha sido uno que se centra en la protección de los vulnerables mientras mantiene al mínimo las reglas del gobierno de Estados Unidos.
Florida, por ejemplo, prohibió los pasaportes de vacunación en 2021. Muchas jurisdicciones que mantuvieron los pasaportes de vacunación y las órdenes de mascarillas las habían revertido en las últimas semanas.
«Creo que lo que verá cada vez más durante el próximo año es que verá a más y más personas salir y decir probablemente si uno tiene un niño sano de 5 o 6 años, probablemente no necesita dársela [la vacuna]», dijo DeSantis.
Meissner y otros miembros del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados, excepto uno, apoyaron la autorización de la vacuna para niños de 5 a 11 años, pero antes de que votaran para aconsejar a la Administración de Alimentos y Medicamentos, varios miembros expresaron su preocupación por las órdenes de vacunación, señalando la falta de datos que apoyen la vacunación de niños sin comorbilidades.
«En realidad, si se observa [eso], la mayoría de las personas que contribuyeron a ello decían: ‘Estoy indeciso sobre esto, porque creo que si lo aprobamos para los niños de 5 a 11 años, podrían hacerlo obligatorio en las escuelas’ y creemos que es una mala idea. Nosotros lo pensamos para los niños de alto riesgo, nosotros queremos que esto esté disponible», dijo De Santis.
«Así que creo que en los próximos seis o doce meses ustedes verán que más gente se mueve en su dirección y creo que esa es la realidad, y sobre eso que ustedes tienen gente que les está diciendo que uno no es un buen padre a menos que administre la (vacuna contra) COVID a los niños muy jóvenes, eso simplemente no es cierto. Realmente es una elección”.
«Solo hay que entender lo que muestran los datos», dijo. «No creo que se pueda decir que los datos han mostrado ciertamente un gran beneficio. En el mejor de los casos, se trata de riesgos marginales que se pueden compensar. Esa es la realidad por lo que la población puede tomar esas decisiones».
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